Si bien ayer más de 50 habían logrado avanzar y tomar ruta en dirección al sur, la situación seguía siendo compleja, tanto para los transportistas que desde el lunes han atravesado a territorio vecino a través del paso Cardenal Samoré como para una población que está siendo azotada por las manifestaciones del personal de Salud en conflicto con su gobierno, a la falta de bencina que ha originado largas columnas de vehículos y también al inicio de la carencia de otros productos. De ahí, un descontento general que ha llevado a un conflicto donde los camioneros chilenos se han visto inmersos, y que como consecuencia podría tener el desabastecimiento de Magallanes y parte de la Patagonia argentina.
Por el lado chileno, los dirigentes locales del transporte y la Cancillería han venido dialogando para destrabar el tránsito, mientras las autoridades argentinas han explicado que se trata de un conflicto interno focalizado en Salud, con un gremio descontento por sus condiciones laborales en pandemia y por un reclamo en materia de remuneraciones.
Ayer, mientras Neuquén además comenzaba a vivir una tormenta eléctrica, el diálogo entre trabajadores y autoridades prácticamente estaba a fojas cero. Más aún, al malestar y demandas comenzaban a adherirse otros gremios, como el de la Educación.
Si bien muchos camioneros chilenos habían logrado avanzar por sectores alternativos y, luego de dialogar con los manifestantes, el aumento de bloqueos y piquetes, que durante la tarde ya alcanzaban la veintena, seguían llenando de incertidumbre a choferes que en buena parte transportan carga de perecibles.
Se señaló ayer que aun logrando continuar ruta, nada asegura que los camiones que siguen pasando por Cardenal Samoré desde territorio chileno puedan sortear los bloqueos, quedando sólo a la buena disposición de los propios manifestantes o de un acuerdo entre las partes en conflicto que, al menos hasta ayer, parecía lejos de llegar.
Fuente:la prensa austral
