En la introducción del documento con el que la Casa Rosada difundió las nuevas medidas, el Gobierno afirma: “Creemos que, habiendo empezado a estabilizar la cuestión cambiaria, llegó el momento de traer un poco de alivio a los argentinos, que tantos esfuerzos hicieron en estos meses difíciles para todos”.
Cabe remarcar que muchas de estas medidas, especialmente los controles de precios, los planes de cuotas para estimular el consumo, y los créditos a tasas subsidiadas, fueron siempre criticados por los actuales funcionarios antes de estar en el Gobierno, al igual que rechazados durante toda la gestión hasta ahora.
Sin embargo, el creciente descontento social con las elecciones presidenciales ya en el horizonte, en las que Macri y todo Cambiemos se jugarán su continuidad en el poder, obligó al Gobierno a pegar un volantazo.
En concreto, las nuevas medidas económicas llegan en medio de tensiones entre dirigentes de las fuerzas que integran Cambiemos por las diferencias que surgieron sobre cómo afrontar la recesión económica, que comenzó a complicar el plan reeleccionista de Macri.
El paquete al que se podría denominar “Plan Octubre” por el afán del Gobierno de llegar con cierta estabilidad a las elecciones, parece más un maquillaje que medidas efectivas. El congelamiento de precios parece difícil que alcance para morigerar la inflación que en marzo avanzó un 4,7% y que para abril las consultoras privadas estiman que se ubique entre 3,5% y 4%.