En un año, el ingreso promedio de las 14 millones de personas ocupadas en todo el país aumentó el 10,9%: subió de 650 pesos en el primer trimestre de 2004 a 721 pesos en el primer trimestre de 2005, según los datos que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Aunque el dato refleja una mejora en las condiciones sociales, en el mismo período los precios minoristas aumentaron el 9,1%. Así, el ingreso real o el poder de compra de los ocupados mejoró el 1,6%. Además, esta situación se dio en un momento en que la economía creció al 9% anual.
La población ocupada, que asciende a 14 millones de personas, se compone de trabajadores privados y públicos, tanto «en blanco» como «en negro», profesionales, cuentapropistas y patrones.
En cambio, según el INDEC, los ingresos de la población inactiva aumentaron en el mismo período un 33%, superando con creces a la inflación.
La «población inactiva con ingresos» abarca, entre otros, a rentistas de inmuebles o por colocaciones financieras, beneficiarios de seguros de desempleo, becas de estudio y jubilados y pensionados. Estos últimos, en ese lapso, tuvieron una suba en el haber mínimo de 240 pesos hasta 308 pesos y del 10% para los que ganan hasta 1.000 pesos. Mientras, se mantuvieron sin cambios las jubilaciones y pensiones superiores a 1.000 pesos.
Por eso, de los datos oficiales se infiere que la suba parcial de las jubilaciones y pensiones ayudó a mejorar los ingresos de los inactivos, pero por sobre todo fueron los ingresos de los rentistas por el cobro de alquileres, intereses u otras colocaciones financieras los que más crecieron durante el último año.
En la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, el ingreso promedio de los ocupados es de 793 pesos, por encima de los 721 pesos del promedio nacional. Y lo mismo pasa con el ingreso de los inactivos.
Si se compara con el período anterior a la crisis, el ingreso promedio de los que trabajan se ubica un 22% por debajo del nivel de fines de 2001. De esta manera, aunque ahora el PBI de la Argentina supera al de 1998, con el bolsillo no pasa lo mismo. Y esto es así porque desde octubre de 2001 el ingreso promedio subió el 25,4% (pasó de 575 pesos a 721 pesos) mientras la inflación hasta el primer trimestre de este año fue del 61,3%. Para acompañar la inflación, el ingreso promedio debería ser de 927 pesos: 206 pesos más.
Mayor es la caída de los ingresos si la comparación se hace con relación a 1998, antes del inicio de la recesión y la crisis. Entonces el ingreso promedio de los ocupados era de 661 pesos, apenas un 10% inferior en términos nominal al actual.
Desde 1998 hasta marzo de 2005 la inflación fue de casi el 55%, menor si se compara con el inicio de la devaluación, por la deflación que hubo entre 1998-2001.
Como todo promedio, el cuadro salarial del primer trimestre de este año muestra grandes disparidades. Así, la mitad de los ocupados —unos 7 millones de personas— gana menos de 540 pesos. Y por debajo del costo de la canasta de pobreza de una familia tipo, que ronda los 800 pesos, se ubica el 70% de los que trabajan. En la otra punta, apenas el 10% de los ocupados —1,4 millón de personas— declara tener ingresos superiores a los 1.500 pesos mensuales.
En la Capital Federal y el conurbano bonaerense la mitad de las personas ocupadas gana menos de 600 pesos.
Esta radiografía social explica por qué siguen altos aún los niveles de pobreza (40%) e indigencia (15%), a pesar del fuerte ritmo de crecimiento económico y de la recuperación del empleo. Y esto se debe a que junto al gran número de desocupados (1,9 millón de personas), un amplio sector de los que trabajan tiene ingresos muy bajos.
Fuente Diario Clarin