En Argentina, durante el período del menemismo (1989-1999), se implementaron políticas para fomentar el consumo de gasoil en lugar de nafta, obedeciendo a la disponibilidad de recursos de gas natural y petróleo, junto al boom de fabricaciones de vehículos familiares con motores gasoleros.
Pero con el paso de los años, los motores nafteros de baja cilindrada fueron logrando estándares de eficiencia nunca antes vistos, mientras que, en paralelo, se modificaba la estructura fiscal de los combustibles en desmedro del diésel.
Estos cambios significativos en la matriz de combustibles provocaron que actualmente el consumo de nafta supere al de gasoil. Varias razones han contribuido a esto:
En primer lugar, subió la demanda de vehículos particulares, especialmente automóviles con motores a nafta, que han experimentado un crecimiento sostenido en el mercado nacional.
Cristian Folgar, en su rol de subsecretario de combustibles, desempeñó un papel clave en aquella época, promoviendo medidas como la reducción de impuestos al gasoil y la implementación de programas de financiamiento para la adquisición de vehículos diésel.
El exfuncionario recordó a surtidores.com.ar que “en aquel momento la industria automotriz había avanzado en mejoras sobre los automóviles gasoleros” y agregó que, por otra parte, la opción naftera había sido capturada por el auge del GNC ya que eran de alto consumo para el bolsillo.
Los tiempos evolucionaron y los cambios impositivos modificaron los precios finales de ambos productos, por lo cual hoy en día según Folgar, “los segmentos premium tienen prácticamente el mismo valor de venta”.
En este sentido, recalcó que este fenómeno impacta en las Estaciones de Servicio de manera positiva debido a que ofrece mayor margen de renta, por lo cual justificó su opinión respecto de que “el estacionero prefiere vender nafta antes que expender gasoil”.
Vale recordar que, según el último reporte de la Secretaría de Energía, la demanda de naftas en sus dos variedades alcanzó el 54 por ciento, mientras que el gasoil el 46 por ciento.
