Un menú que es una bomba

Buenos Aires 27/02/2024.- Cualquier persona diestra en la cocina sabe que, antes que nada, hay que realizar una buena mise en place, sobre todo si se trata de un plato de cocción rápida. Eso no es más que la «puesta en su lugar» de los ingredientes, de modo de tenerlos correctamente cortados y dispuestos para ir incorporándolos secuencialmente al calor del fuego.

Dicha acción calza a la perfección con lo que ocurre hoy en la política argentina: por conmocionante que parezca lo que acontece hora a hora, todo es simplemente mise en place previa a la elaboración de un menú que va a ser una verdadera bomba. Uno, claro, de cocción sorprendentemente veloz.

La guerra en gestación entre las «Provincias Unidas del Sur» y el poder central debido a la detracción de fondos coparticipables de la provincia de Chubut siguió en las últimas horas el curso lamentablemente previsible: ni el gobernador del PRO Ignacio Torres ni Javier Milei dieron marcha atrás, aunque la posición del primero pareció algo socavada por las dudas de varios mandatarios a acompañarlo en serio en la quijotada del boicot petrolero a toda la Argentina a partir de mañana.

El presidente, por su lado, decidió cantar vale cuatro. Así fue que ordenó, a través del decreto 192/2024, la eliminación del Fondo para el Fortalecimiento de la Provincia de Buenos Aires, nada menos que 873.000 millones de pesos, una medida que tiene el potencial de desquiciar las finanzas del principal distrito del país. Jugar con el precario equilibrio social de la Provincia es un peligro de incendio para Axel Kicillof, pero también para el propio Milei. El detalle es que el Presidente no la ve y parece jugar a un 2001 autoinfligido.

Dicho fondo, hay que recordar, fue establecido por Alberto Fernández en 2020 sobre la base de un recorte a los fondos que la Nación le giraba a la Ciudad de Buenos Aires, no sin controversia. Con todo, Jorge Macri no se beneficiará de una restitución de esos recursos, que serán devorados por el agujero negro del Caputazo.

De ese modo, Milei da otro paso para cumplir su promesa de «fundir» a sus enemigos provinciales y para sumar la aspiradora al set de máquinas que usa para engendrar una Argentina pinochetista, es decir la motosierra y la licuadora. Sin embargo, aun si, como hipótesis de trabajo, se supusiera que le asisten la razón y el derecho, cabría preguntarse cómo se organiza la administración de provincias sometidas cada mañana a la lectura del Boletín Oficial para ver qué hachazo nuevo se le ocurre.

Silvio Rodríguez habla en una canción extraordinaria de «la vida nueva», a la que califica como «un dios en edad de jugar». Eso vive hoy la Argentina, una era que no es la de un dios, pero sí la de un presidente que, en vez de gobernar, juega como un niño. Y es enorme la capacidad de daño que una criatura juguetona puede provocar si dispone de tanto poder.


La mise en place de la política

Kicillof reaccionó con la relativa contundencia que le permite su situación de poder y con mayor templanza que Torres. Anunció un recurso ante la Corte Suprema y decidió esperar a la reunión que mantendrá hoy con sus homólogos para disponer una réplica concertada. Así, se abstuvo de hablar de guerras comerciales y, de hecho, alertó sobre el peligro que la era Milei supone para la unidad y la propia organización nacional, al punto de dar señales de que tratará de evitar en toda la medida posible el lanzamiento de una cuasimoneda provincial que erosionaría más al ya vapuleado peso. Afortunadamente, añade desPertarobsesionado incluso desde antes de la asunción del ultraderechista con el carácter disolvente de su proyecto y con una perforación mayor de la soberanía del Estado.

El gobernador bonaerense se prepara para una lucha larga, en principio porque la Corte se tomará su tiempo y porque no hay garantías respecto de su veredicto. Por eso vale prestar atención a los términos que usó en la conferencia de prensa que brindó en La Plata rodeado de todo el peronismo provincial.

En esa presentación hizo suyos los términos del comunicado emitido poco antes por el partido Justicialista bonaerense. Más allá de explicar que la detracción de esos recursos perjudica a la gente de a pie, el mismo denunció que «el presidente de la Nación ha decidido abandonar sus responsabilidades institucionales» y que está «dedicado a otras tareas que no son las de asumir los problemas y proponer soluciones realistas para enfrentarlos». Además, mencionó una «extorsión» que usa «a los ciudadanos de la provincia de Buenos Aires como rehenes».

Kicillof reiteró prolijamente esos conceptos y agregó que «Milei se roba los recursos de las provincias».

Se trata de palabras fuertes que exceden la disputa política. «Abandonar sus responsabilidades institucionales», dedicarse a «otras tareas», «extorsionar» y «robar recursos» provinciales son cargos que, eventualmente, podrían sustentar un pedido de juicio político. Esa es la mise en place de la política argentina actual, componentes del plato que muchos tienen en mente para algún momento.


Temas incómodos (parte uno)

Este newsletter no propone nada de eso; sólo blanquea que la idea del juicio político ronda las conversaciones de la rosca política.

De hecho, desPertar cree que el 55% de los votos de noviembre y el 45% de apoyo actual al Presidente son elementos que hacen ridículo incluso pensar esa posibilidad, al menos por el futuro previsible. Con todo, la atención viaja de inmediato a los enemigos que el mandatario se crea hoy y a las iras que su ajuste puede generar no mañana, pero acaso sí el día después. El recorte de las asignaciones familiares fue ayer otro golpe a la clase media.

Si hubiese, contexto, sobrarían las causas, como en casi cualquier otro caso, para argumentar «mal desempeño»: inestabilidad emocional; injurias reiteradas; incumplimiento del deber de denunciar ante la Justicia cohechos que dice conocer; suspensión de las ayudas alimentaria y médica en un contexto que él mismo califica de emergencia social; una declaración jurada inverosímil, gastos de alojamiento inexplicables en el primer tramo de su mandato…

El juicio político es, justamente, político. El mencionado respaldo, que otras encuestas elevan casi a la mitad de la ciudadanía, salva hoy a Milei, pero este debería abstraerse de estos días de adulación, endogamia decisional y suposición de que la «batalla cultural» le dará lo que el apretón fiscal pueda quitarle. Sobre todo si con sus guerras privadas aleja la posibilidad de tejer alianzas que lo acerquen al tercio de las dos cámaras del Congreso, la minoría de bloqueo para cualquier posibilidad de impeachment.


Temas incómodos (parte dos)

En su aparición, el gobernador bonaerense sumó otros términos en referencia a Milei, términos que constituyen un runrún en el Círculo Rojo, sacudido ahora –atención– por el aterrizaje de Elon Musk en un terreno que el Grupo Clarín creía tener alambrado. Kicillof habló de «algo que se asemeja a la locura» e instó a «vivir lo menos desquiciadamente posible».
Ahora repasá la argumentación de Kicillof y el comunicado del peronismo bonaerense. Y de inmediato, si te da el tiempo, metete en la cuenta de X del Presidente, sobre cuyos likes y reposteos interrogó ayer con coraje el periodista Fabian Waldman, de FM La Patriada, al balbuceante vocero Manuel Adorni. Lo que se ve allí es una letrina que no este newsletter no merece replicar ni vos, ver. Más allá de la actividad llamativamente frenética de Milei en esa red, impactan la grosería, la violencia, las discriminaciones, los insultos y la brutalidad de los mensajes que el Presidente hace suyos.

Lo dicho: un dios en edad de jugar.


Enigmas

Llaman la atención las adhesiones que Milei conserva entre gente inteligente. Por un lado, de financistas y empresarios que se embelesan ante el acaso efímero equilibro financiero de enero sin advertir su absoluta precariedad. Por el otro, de dirigentes que no terminan de entender el peligro que representa, no ya para el país, sino para sus intereses egoístas pegarse a este presidente de ultraderecha.

Cuando están bien estructurados, ciertos delirios pueden resultar persuasivos, sobre todo para quienes disfrutan de ver a hombres como Kicillof, a quienes literalmente odian, contra las cuerdas. La pregunta es qué actitudes cabría esperar de Milei si, en determinado momento, la euforia que hoy lo envuelve experimentara un reflujo.

De los dichos de Kicillof y de los movimientos de legisladores que responden a partidos provinciales cabe interpretar que el foco principal de la esperable embestida opositora será el indefendible decreto de necesidad y urgencia 70/2023, el que, entre otras cosas, le permite al jefe de Estado disponer arbitrariamente de fondos destinados a las provincias.

¿Cómo reaccionaría Milei a su posible derogación?

Parte de su frenesí tuitero del domingo se dedicó a celebrar la potente manifestación ultraderechista realizada en San Pablo, destinada no sólo a denostar a Luiz Inácio Lula da Silva, sino principalmente a reclamar la rehabilitación electoral de Jair Bolsonaro, vedado como está de competir por ocho años por su rol en el intento de golpe de Estado de enero de 2023, que pretendió gatillar con el asalto a la sede de los tres poderes en Brasilia.

¿Supergobernador?

La Legislatura de Chubut le otorgó facultades delegadas a Nacho Torres para sostener la pulseada con la Nación. ¿Estará este entrando a un callejón sin salida con su compromiso de impedir el flujo de crudo al resto del país? ¿Cómo afrontaría la pérdida de regalías, cómo un eventual desabastecimiento de combustibles refinados? ¿Es por eso que prometió ir «hasta las últimas consecuencias», pero sin volver a mencionar la canilla del petróleo?

Su ministro de Economía, Facundo Ball, difundió chats en los que un funcionario del gobierno nacional confiesa una finalidad persecutoria detrás del cobro de una deuda mediante la retención de fondos coparticipables.

El gobernador reunirá hoy en el Senado a sus pares patagónicos, aunque el rionegrino Alberto Weretilneck y el neuquino Rolando Figueroa parecen sacarle el cuerpo ahora el convite a la guerra comercial, y podrían ayudar al primero a salir del brete si le «pidieran» que reconsidere su postura de máxima. En tanto, los jefes territoriales del PRO, el partido de Torres, también dieron señales de parar la pelota ante el color que toma el conflicto. El silencio de Mauricio Macri, impotente para terciar ante Milei, ya es estruendoso.

El anarcocapitalista, por su parte, pone en la mira a otras diez provincias, y apenas parece zafar el tucumano Osvaldo Jaldo, quien se siente obligado a explicar los motivos por los cuales se rindió al chantaje.

Si la Corte esperaba que la política ordenara el caos que insinuó el DNU 70/2023, todo indica que el pozo institucional es cada vez más oscuro. Guste o no guste, en sus decisiones sobre una gran variedad de frentes, radica el futuro del país.

Milei no va a frenar voluntariamente. Mete miedo pensar en el clima que rodeará su discurso para la apertura de sesiones ordinarias del Congreso este viernes en el llamativo horario de las 21 horas. ¿Espectáculo para el prime time televisivo?


Que tengas un muy buen día. Hasta mañana.


Marcelo Falak.
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