Así como las advertencias del Fondo deberían escucharse –sobre todo por provenir de un organismo tildado con razón de ser socialmente insensible y políticamente torpe–, también habría que repasar algunos episodios no tan lejanos.
En julio de 1991, el entonces gobernador de Río Negro Horacio Massaccesi se llevó 15 millones de dólares de una delegación local del Banco Central, lo que le valió, 14 años después, una condena a tres años de prisión en suspenso y una inhabilitación a perpetuidad para ejercer cargos públicos.
En noviembre de 2001, el entonces gobernador bonaerense Carlos Ruckauf amenazó con embargar a la Nación para hacerse con deudas por coparticipación y hasta con invocar el Pacto de San José de Flores de 1859 para volver a cobrar impuestos aduaneros.
1991 y 2001, respectivamente la secuela de dos hiperinflaciones y de la que ha sido, hasta ahora, la peor crisis nacional. Otra vez: ¿a dónde nos llevan?
Sorprende el modo en que la dirigencia, incluso la libertaria, que presume de no tener pasado, se devalúa a los ojos de la sociedad. Cabe otra pregunta: cuando esto pase, porque todo pasa, ¿hacia qué horizontes navegará este barco a la deriva que es la Argentina si la frustración y el resentimiento populares no dejan de crecer? |