El convenio entre Laboratorio del Fin del Mundo y Laboratorios Richmond encendió las alarmas que ya estaban vigentes. El anuncio es que ambas empresas -una estatal y otra privada- trabajarán juntas para producir medicamentos contra la Hepatitis C, que se venderán en la provincia, el país, y quizás en el exterior. El dueño de Richmond, Marcelo Figueras, ensayó un hermoso discurso: «el motivo por el que incentivamos este convenio forma parte de nuestra política de responsabilidad social. Es decir, para nosotros la accesibilidad de los medicamentos, sobre todo por parte de aquellos que más lo necesitan, forma parte de nuestras prioridades como ética empresarial”.
Sin embargo, la realidad es muy distinta a la presentada por este empresario, esposo además de la ex senadora peronista María Laura Leguizamón, y la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone. «El convenio no estipula montos a invertir, sino solamente el proyecto de producción. Es como una carta de intención para producir la droga en nuestra provincia, solo eso», le contó a Minuto de Cierre un funcionario de la administración provincial, que lentamente busca despegarse de Bertone, como tantos otros que miran las encuestas, donde la duda termina siendo si Gustavo Melella ganará la gobernación en primera o segunda vuelta.
En el entorno del actual intendente de Río Grande circuló que el convenio entre Figueras y Bertone es en realidad una excusa para que el primero financie la campaña de la segunda. Por supuesto, probar eso es muy difícil, y nadie es culpable antes que se demuestre lo contrario. Pero los más memoriosos recuerdan la buena relación que tuvo Figueras con el ex ministro de Planificación Julio De Vido, uno de los impulsores de la figura política de Bertone a nivel nacional. En el casamiento de Figueras con la ex senadora peronista María Laura Leguizamón hubo un gran desfile de figuras políticas, la mayoría de ellas del kirchnerismo.
En el entorno de Melella, el acuerdo firmado entre Figueras y Bertone impulsó aún más la idea de armar una «Conadep de la Corrupción», propuesta que también le acercaron distintas organizaciones sociales al propio jefe comunal de Río Negro y candidato a gobernador. Es más, en al acuerdo de la provincia con Laboratorios Richmond no hay montos comprometidos en contra de la administración provincial; pero esto sí ocurre -por ejemplo- en la compra de un terreno de New San (de Rubén Cherñajovsky) en Ushuaia, donde Tierra del Fuego no sólo entrega dos propiedades bien ubicadas en Capital Federal, sino que además le subsidia el costo de la energía: http://www.minutodecierre.com/nota/2018-11-28-16-0-0-a-cambio-de-un-terreno-baldio-bertone-quiere-entregarle-a-chernajovsky-un-petit-hotel-en-san-telmo-un-deposito-en-capital-y-tres-lotes-en-ushuaia
Esta semana, tras el contrato firmado entre Figueras y Bertone, le preguntaron a Melella si va a revisar los últimos contratos firmados por Bertone, a lo que respondió afirmativamente. Esta futura política abarcaría por lo menos a lo actuado en el 2018, incluyendo lo votado en Legislatura provincial, donde la gobernadora formó una mayoría automática con sus aliados de la Unión Cívica Radical (UCR), en especial Pablo Blanco, Oscar Rubinos y Liliana Martínez Allende.
En diciembre de 2011, cuando Melella asumió su primera gestión al frente de Río Grande, detectó que las obras públicas se pagaban más caras de lo que parecía razonable. Tras una profunda revisión, un año después seguía pagando los mismos valores, con una inflación del 25% anual, y los constructores no se quejaron. Es decir, por lo menos el sobreprecio pagado hasta que Melella asumió la intendencia era de ese valor. La escala de montos y porcentajes es mucho mayor en la provincia, especialmente por la gestión que realizó Bertone, y ahí cobra fuerza la idea de armar una «Conadep de la Corrupción».
