Más advertencias del FMI por la inflación

WASHINGTON.- La inflación es la nueva inquietud central del Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando de la Argentina se trata, lejos de los planteos que hizo en los últimos años sobre la deuda soberana en default o las tarifas de los servicios públicos privatizados. Ayer fue el turno del número dos del Fondo, John Lipsky, y del director para el Hemisferio Occidental de ese organismo, Anoop Singh, para exponer sus objeciones. Después de afirmar que la inflación actual es elevada, recomendaron una receta tradicional para remediarla: elevar las tasas de interés, apreciar el valor del peso y reducir el gasto público.

Lipsky lo planteó durante la 14° conferencia «América latina se encuentra con los mercados», mientras que Singh lo complementó al difundir el informe «Perspectivas Económicas-Las Américas-2007», que apenas dos días después del reporte mundial elevó la previsión inflacionaria para el país y reclamó medidas para reducirla.

Los economistas que prepararon el reporte global estimaron que la tasa de inflación será del 10,3 por ciento este año y del 12,7% en 2008, pero el equipo de Singh lo elevó un poco más. La colocó en el 11 y 13%, respectivamente, y dejó intactas las pautas de crecimiento y de balance de cuenta corriente.

El staff para América latina también elevó las previsiones inflacionarias para Venezuela -a 22,4 y 28,3%, entre uno y dos puntos y medio más-, México y Perú. Pero no se trató de un mero ajuste del cálculo matemático y redujo, por el contrario, su pronóstico para Brasil, Colombia y Ecuador.

Crecimiento

La ministra de Economía, Felisa Miceli, replicó a esas advertencias con el anuncio de que «en los primeros dos meses del año, el crecimiento será de entre el 8 y el 8,5 %».

«Esa es una proyección», aclaró Miceli durante un fugaz encuentro con la prensa, antes de presidir la reunión del G-24, el grupo que coordina las posiciones de los países en desarrollo en temas monetarios y financieros.

Desde allí fue la encargada de expresar nuevas objeciones al FMI. «Crecemos a tasas superiores a las economías desarrolladas», «pasamos de deudores a acreedores internacionales», «nuestra voz debe ser escuchada en la arena internacional», esgrimió, en distintos tramos de su discurso.

En la misma línea que siguió anteayer el director gerente del Fondo, Rodrigo de Rato, ante Miceli, Lipsky y Singh volvieron a la carga. Les pidieron a las autoridades económicas que usen «todos los instrumentos de la política macroeconómica» para bajarla y así garantizar que el crecimiento actual sea sustentable en el mediano plazo.

Lipsky, el norteamericano que sustituyó a Anne Krueger en el Fondo, se lo planteó al presidente del Banco Central (BCRA), Martín Redrado, según pudo confirmar LA NACION, que también participó como panelista de la conferencia junto a su par de México, Guillermo Ortiz, y otro viejo conocido del país, Andrew Crockett.

Según el informe regional del Fondo, la tasa de interés real a corto plazo se encuentra entre 2,5 y 3 puntos porcentuales por debajo del punto neutro. Y abunda que «aunque se ha moderado el crecimiento del agregado monetario objetivo -por medio de una continua esterilización de las compras de moneda extranjera-, [esas tasas] siguen siendo negativas en términos reales y la política fiscal contribuye a las presiones de la demanda».

Sin embargo, fuentes de la delegación que acompaña a Miceli en esta capital dijeron a LA NACION que «el Fondo no recomendó subir la tasa 3 puntos o más». No hubo un planteo directo de ese tipo, ni nada parecido. Pero Lipsky y Singh sugirieron elevarlas, sin arrojar números y como parte de un paquete de medidas complementarias.

«Desafío complejo»

«No podemos esperar que la inflación sea controlada en ningún país con un solo instrumento», expresó Singh durante su conferencia de prensa, ante una pregunta específica sobre las tasas en el país. «Nuestras discusiones se han basado en la visión de que la Argentina es capaz de utilizar todos sus instrumentos macroeconómicos, de políticas monetaria, fiscal, del tipo de cambio para reducir la inflación.»

Según Singh, el desafío «es más complejo que simplemente decir las tasas de interés» y afirmó que «el Gobierno necesita, y estoy seguro que usará progresivamente, todos los instrumentos disponibles». Tres horas después, Miceli reiteró la posición oficial durante la conferencia de prensa que siguió a la reunión del G-24: «Nuestro país ha salido de la crisis y está buscando un camino de crecimiento sustentable con inclusión social. Hemos logrado no sólo crecer, sino con un fuerte proceso de reducción de pobreza sólo tres o cuatro años después de que el Gobierno comenzó a instrumentar una política económica con mucha autonomía con respecto a las recomendaciones tan soberbias que el Fondo realizó y sigue realizando».

Por su parte, Redrado argumentó ante Lipsky que, en el contexto actual, subir las tasas reales de interés causaría más problemas que soluciones para consolidar el crecimiento. «En la práctica terminaría modificando el tipo de cambio y reduciría los superávit fiscal y comercial, afectando una economía que aún está en transición», manifestó, según un testigo del diálogo.

«El desafío es morigerar la presión inflacionaria mediante un crecimiento de la inversión y no mediante las recetas clásicas del Fondo», argumentó. Lipsky, como un día antes hizo Rato con Miceli después de expresar sus dudas, evitó la confrontación.

Por Hugo Alconada Mon
Corresponsal en EE.UU.

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