Mientras el oficialismo se ufana de contar ya con los 129 votos que necesita para aprobar en la Cámara de Diputados la polémica ley de reforma del Consejo de la Magistratura, la oposición no baja los brazos: a partir de esta semana, sus distintos referentes aceitarán los contactos para trazar una estrategia común de rechazo.
El debate se aproxima; será el 22 del actual, según anticiparon las máximas autoridades oficialistas de la Cámara de Diputados, que aseguran estar listos para dar la batalla. Durante el último mes mantuvieron contactos con posibles aliados, y por ello prometen tener la mayoría suficiente para convertir en ley la reforma.
En la oposición admiten que la pelea no será fácil y que el oficialismo tiene posibilidades de ganar. Pero aún así procurará articular un frente común de rechazo como ocurrió a fines del año pasado, cuando dirigentes de la talla de Elisa Carrió (ARI), Mauricio Macri (Pro), Hermes Binner (Socialismo), Ricardo López Murphy (Recrear) y distintas organizaciones no gubernamentales se reunieron públicamente para denunciar el intento del justicialismo de manipular la Justicia.
«Hay que movilizarse para impedir la aprobación de este proyecto; podría haber una reunión conjunta antes del 22», señaló Federico Pinedo (Pro-Capital). En igual sintonía se pronunció Fernando Chironi (Río Negro), titular del bloque radical: «Debemos unirnos para alertar a la sociedad de la gravedad de este proyecto, pues afecta la independencia del Poder Judicial».
La iniciativa oficial -impulsada por la senadora Cristina Kirchner- propicia reducir de 20 a 13 la cantidad de miembros del Consejo, eliminando las segundas minorías y manteniendo en cinco la representación oficialista. Como las votaciones allí son por dos tercios, esos cinco miembros podrán bloquear la destitución o la designación de jueces.
El oficialismo considera que la oposición cae en expresiones tremendistas. Justifica la reducción del número de miembros en la necesidad de dinamizar la labor del Consejo y asegura que su representación es equilibrada, ya que la mayoría política tendrá dos miembros y la minoría, uno. En la actualidad, tienen tantos consejeros las mayorías parlamentarias como las minorías, acusa el oficialismo.
El bloque Frente para la Victoria contaría con un piso de 117 diputados para aprobar el proyecto; a ellos se sumaría una legión de aliados, entre ellos un puñado de duhaldistas conciliadores y radicales conciliadores con el Gobierno. También esperan contar con el bloque puntano de Adolfo Rodríguez Saá, pero en los últimos días se produjeron dos bajas: tanto Alicia Lemme como Hugo Franco pidieron licencia en la Cámara baja para asumir funciones en la provincia.
El duhaldismo, clave
La posición que adopte el duhaldismo, hoy agrupado en el bloque Peronismo Federal, resulta fundamental para el oficialismo. Ese bloque está dividido en dos: quienes están dispuestos a avalar con modificaciones el proyecto -pero avalar al fin- y quienes se oponen. La bancada que preside José María Díaz Bancalari se reunirá en diez días para definir su postura.
Mañana, en tanto, se reunirá el consejo provincial del PJ bonaerense, donde conciliadores y críticos analizarán éste y otros temas.
Todavía es un interrogante qué postura adoptarán los diputados que responden al cordobés Luis Juez (Partido Nuevo), aunque el oficialismo descarta que buena parte de ellos votará el proyecto del Gobierno. Sin ir más lejos, el propio intendente de la capital cordobesa bajó los decibeles de sus críticas a la iniciativa.
Por Laura Serra
De la Redacción de LA NACION