El comité de crisis que se montó en Santa Cruz tras la muerte de un policía en los violentos enfrentamientos con manifestantes dispuso esta tarde reforzar a modo de prevención la seguridad.
Tras un fallido intento por lograr una salida al conflcito que mantiene los trabajadores petroleros con las empresas del sector, los manifestantes llevaron nuevamente la protesta a la ruta 43, pero se mantienen a un costado del camino.
La orden a Gendarmería es que «mantedrán el control de los caminos», dijeron voceros del Ministerio del Interior a LANACION.com.
La tregua en la que ayer entró el conflicto petrolero en la provincia de Santa Cruz, agudizado en los últimos días, se mantuvo hoy durante todo el día. De todas maneras, al finalizar la jornada, el panorama de negociaciones no era alentador.
El sacerdote Juan Carlos Molina actuó hoy como mediador a pedido de los trabajadores. Participó en Comodoro Rivadavia de una reunión con un gerente de la petrolera Repsol-YPF. La compañía indicó que los pedidos estaban fuera de su competencia, por lo que las noticias no fueron bien recibidas por los protagonistas de la protesta.
Tras el encuentro, el religioso regresó a Las Heras donde esta noche, además de transmitirle a los obreros la palabra empresaria, ofició una misa en memoria del policía fallecido, Jorge Sayago.
El reclamo. Los trabajadores petroleros reclaman que se eleve el mínimo no imponible por el cual se grava el impuesto a las ganancias sobre sus salarios. Dicen que reduce notoriamente sus ingresos en una zona donde el costo de vida es alto.
Además, exigen su reencuadramiento gremial bajo el convenio de la UOCRA.
Infiltrados. En tanto, el intendente Martinelli dijo que no descarta que del ataque a la comisaría hayan participado infiltrados y defendió la actuación de la policía durante los incidentes.
En sentido similar, un poblador que se identificó como Roberto Ramírez, aseguró en declaraciones radiales haber visto «disparar a gente del pueblo», como por ejemplo «un cazador de liebres que apuntaba en diagonal a la alcaidía desde su camioneta» con un rifle calibre 22 de mira telescópica.
«Yo llegué cuando terminaba, no vi gente extraña, vi gente disparar, gente joven del pueblo, conté ocho armas, dos con mira telescópica y otras armas cortas», detalló a Radio 10.
El testigo, quien no precisó si ya fue convocado por la Justicia, detalló que vio «la cara de los jóvenes» que estaban en el lugar. «Este es un pueblo chico, acá nos conocemos todos, no había infiltrados», aseguró.
La causa. Por otra parte, la jueza de la causa Graciela Ruata de Leone viajó en las últimas horas hacia Las Heras aunque todavía no ordenó ninguna medida concreta ni ninguna detención por el crimen de Sayago.
