Diputados sesionó sólo 11 veces en 2005

Esas pocas reuniones sirvieron para aprobar proyectos del Ejecutivo; para la oposición, el Gobierno «desprecia al Congreso Un recinto colmado de legisladores aprueba, después de largas horas de argumentaciones y debates, distintos proyectos de ley.

Parece ser la crónica de una tarde cualquiera en la Cámara de Diputados, pero durante 2005, y sobre todo en el período de sesiones ordinarias que comenzó en marzo y culminó el 30 del mes último, esta postal fue más excepción que regla en la Cámara baja.

Es que la Cámara baja tuvo, durante ese período, sólo 11 sesiones ordinarias. A ellas habría que sumarle 6 sesiones que completaron pedidos de cuarto intermedio, y otras 18 sesiones en las que los diputados de la oposición sesionaron en minoría, es decir, sin la posibilidad de alcanzar quórum y de ese modo lograr la aprobación parlamentaria de distintos proyectos.

Consultados por LA NACION, diputados oficialistas y opositores coinciden: la carrera electoral y la pelea sin cuartel entre kirchneristas y duhaldistas fueron los principales factores que complicaron el funcionamiento de la Cámara. Los números de 2004 lo corroboran: ese año se efectivizaron 23 sesiones ordinarias, sumando las continuaciones de cuarto intermedio.

Tampoco se cumplió con el viejo refrán: «poco, pero bueno». Los pocos proyectos de peso que fueron aprobados (ley contra el lavado de dinero, donante presunto, desfederalización de delitos de narcotráfico) fueron remitidos o avalados por el Poder Ejecutivo, y fue el impulso de la bancada oficialista el que determinó su aprobación. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sólo concurrió una vez (el 1° de abril) a dar su informe a la Cámara baja, aunque por ley debió haberlo hecho cada dos meses.

La única oportunidad en la que un conglomerado de opositores consiguió quórum fue el 28 de septiembre, cuando radicales, duhaldistas y representantes de centroizquierda lograron aprobar la suspensión de los remates hipotecarios, a lo que el Ejecutivo se oponía. El Gobierno no quiso más riesgos: fue la última reunión ordinaria con quórum hasta esta semana, en la que comenzaron las sesiones extraordinarias.

Culpables

Para los partidos de oposición, fueron la «vocación del Gobierno de gestionar por decreto», su «desprecio por el Congreso» y la cesión de facultades al Ejecutivo las razones que confluyeron para el colapso legislativo. Desde el oficialismo se esgrime que también los opositores dedicaron sus mejores esfuerzos a prepararse para la contienda electoral, y que serían corresponsables de la exigua productividad.

«El oficialismo es el responsable. Cuando se produjo la ruptura entre Kirchner y Duhalde [Eduardo] esto se agravó, y la ingenua arbitrariedad del Presidente le hizo perder la mayoría absoluta que hasta ese momento tenía», afirmó el demoprogresista Alberto Natale (Santa Fe), que concluyó su mandato el 10 de este mes.

Desde ARI, de Elisa Carrió, surgieron argumentos parecidos. «Está claro que no hubo sesiones por las internas en el PJ; es la primera vez que una bancada oficialista boicotea las sesiones», afirmó Eduardo Macaluse, titular de la bancada arista. Para el diputado bonaerense, «la oposición hizo esfuerzos por sesionar, aunque siempre se puede hacer más».

Según Federico Pinedo (Pro-Capital), titular del bloque Propuesta Federal, hay culpas repartidas. «Diputados no sesionó por las facultades delegadas al Poder Ejecutivo, que permiten al Gobierno funcionar sin el Congreso. El deprecio evidente de los dos bloques oficialistas también influyó», fustigó el legislador macrista.

El reparto de culpas fue evidente, y público, entre los kirchneristas y los duhaldistas hoy enrolados en el bloque Peronismo Federal. Durante la sesión del miércoles último, el nuevo jefe del bloque del Frente para la Victoria-PJ, Agustín Rossi (Santa Fe), argumentó: «Todos somos conscientes -al menos los diputados de este bloque- de que durante el último año esta Cámara no funcionó con sus oídos en sintonía con lo que reclama la sociedad».

A los pocos minutos, el ex titular de la Cámara Eduardo Camaño (PJ-Buenos Aires), le contestó con dureza. «Esta Cámara no funcionó porque el Poder Ejecutivo Nacional decía a los diputados de su bloque que no dieran quórum. No pudimos funcionar veinte días antes de las elecciones y mucho menos después de ellas», afirmó un enojado Camaño. Un opositor no podría haberlo justificado mejor.

Por Jaime Rosemberg
De la Redacción de LA NACION

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