Rock, Nemo y Fiesta Cívica, los nombres de los chicos de la nueva generación

Cada vez más se piden autorizaciones para bautizar bebes con términos del cine, el deporte o el almanaque. Dicen que es el primer regalo que recibe un hijo de sus padres. Pero para algunos puede ser un legado algo excéntrico. Man, Rock, River, Fiesta Cívica y Efluvio de Amor, por poner sólo unos ejemplos, son nombres con peso propio. Tanto, que muchos creen que en lugar de un nombre cargan una mochila

Actualmente, hay más de 9000 nombres aceptados por el Registro Civil de la Ciudad de Buenos Aires. De ellos, 2000 fueron incorporados en los últimos años, a partir de una flexibilización en la legislación que permitió, entre otras cosas, inscribir apodos y nombres que en castellano u otro idioma signifiquen algo.

De todas maneras, la legislación argentina todavía no ha llegado tan lejos como la norteamericana. El último caso se conoció hace un mes, cuando se supo que en los Estados Unidos un padre había inscripto como Google (el famoso buscador de Internet) a su primogénito. Entre bromas, muchos aseguraron que lo hizo para que lo llamaran «el padre de Google». Antes, en Transilvania, otra pareja, que se había conocido por Internet, había decidido llamar Yahoo a su primer hijo.

«Eso acá no estaría permitido porque no son nombres, sino marcas», explicó a LA NACION Ivana Centenaro, directora general del Registro Civil de Buenos Aires. Sin embargo, la funcionaria destacó que en los últimos años se incorporaron muchos nombres no habituales, como Aluné, Lusin, Hiromi y Kayra, todas gracias femeninas.

Ciudades, deportes, cine…

Los amantes de las grandes ciudades pueden encontrar entre los nombres aceptados para mujeres Roma, Venecia o París. En cambio, los fanáticos de la música pueden llamar a sus hijos varones Rock o Jagger, en honor al cantante de los Rolling Stones.

Entre los cultores del deporte hay quienes optan por nombres como River (los hinchas de los demás equipos, abstenerse), también los amantes del basquetbol, que pueden bautizar a su hijo Jordan, como el legendario jugador de los Chicago Bulls.

También hay lugar para los cinéfilos. Los fanáticos de la saga Rocky no tienen obstáculos para bautizar a su hijo como el personaje de la película. Viggo es otro de los nombres surgidos gracias a la gran pantalla. Una pareja, fanática de la película «El señor de los anillos», pidió llamar a su hijo como el actor protagonista de las tres películas, Viggo (Mortensen).

También en el mundo del cine infantil se pueden encontrar gracias como Nemo (el simpático pececito de la película «Buscando a Nemo») y Aladdino, el clásico de la literatura infantil.

En el interior

Y si de excentricidades se trata, el libro de inscripciones de Río Gallegos sorprende con nombres como Shaiel, Altair, Desile, Angello Didier o Luna Itziar. Dos mellizos se llevan el raro privilegio de tener los nombres más raros e impronunciables del mes: Horus y Hatshepsut. A ellos les siguen la pequeña Saori Serenity, Iorana, Xiomara y Iara Sarai.

En el interior todavía se estila elegir el nombre con el calendario. Así, en Posadas, Misiones, un niño fue llamado Fiesta Cívica Rodríguez, pues nació un 25 de mayo.

También el matrimonio Domínguez, de Posadas, utilizó el calendario para ponerle nombre a su bebe nacido un 28 de diciembre. Lo llamaron «Santos Inoc» (Santos Inocentes, abreviado).

Apelando a la Biblia, el señor Sureda llamó a tres de sus hijos varones: Prometido del Cielo, Edén del Paraíso y Efluvio de Amor. En tanto, el señor Pessini, fanático de la aviación y ex director de Aeronáutico, eligió para sus tres hijos Jet, Boeing y Twin.

Hubo un caso de un padre que esperaba una hija, pero le llegó un varón, al que bautizaron Natividad María del Carmen Rosario… Don Samudio, estudioso de la astronomía, llamó a su hijo varón Phobo Deimos -ambos satélites del planeta Marte- y a su hija mujer Antares, por una de las estrellas más brillantes del firmamento.

En San Juan abundan los nombres insólitos desde los tiempos de las campañas al desierto. Entre personas que fueron inscriptas entre 1880 y 1900 figuran nombres como Gandiosa, Eufemio, Delicia, Dulovina, Celmira, Ninila, Casiano, Primitiva Esperanza y Eresmila.

En Tucumán, los únicos nombres extraños que se permiten son los que provienen de culturas indígenas, como la mapuche o la araucana. «Nosotros alentamos a los padres a que usen estos nombres», dijo a LA NACION Adriana Ledesma, empleada del área Nacimientos del Registro Civil de la capital provincial.

Así, no es extraño ver niños o niñas que se llaman Inal (que significa orilla), Lil (peñasco), Liu (blanco) o Dio (rocío).

Por Laura Reina
De la Redacción de LA NACION

Con la colaboración de corresponsales del interior

Qué exige la ley

Sólo hay dos consignas para que un nombre sea aceptado por el Registro Civil de la Ciudad: que no sea peyorativo y que tenga algún significado en alguna lengua. Si el nombre no figurase en la extensa lista oficial (que puede consultarse en www.registrocivil.org.ar ), los padres pueden solicitar que se reconozca mediante una carta al registro, donde se adjunten pruebas de que esa voz, en determinado lenguaje, es un nombre.

Link corto: http://www.lanacion.com.ar/759911
FUENTE: WWW.LALNACION.COM.AR

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