Porque decimos lo que decimos

A veces uno depende de los tiempos y no siempre tiene la posibilidad de decir cosas cuando estas pasan así como un calidoscopio delante de nuestros ojos. Pero la realidad esta ahí, y gracias a mi profe de literatura y revolviendo libros de la biblioteca descubrí que aunque a millones de años luz, me ciento identificado con Roberto Arlt, diciendo cosas que quizás otros no dicen, quizás con un estilo casi desprolijo. Pero no por eso menos espontáneo y necesario en estos días donde los símbolos como dice Maria son una constante para no decir nada.

Vivimos comparando a todos con todos o damos miles de rodeos antes de decir las cosas como son. Es un acto hipócrita o es miedo?.
Es duda o desconfianza? Porque no nos atrevemos a decirnos las cosas en la cara, porque estamos siempre en el anonimato, porque, porque, porque.
Siempre decimos desde esta columna que debemos pregonar con el ejemplo, sin embargo a la hora de mostrarlos se nos hace imposible dar a conocer siquiera lo que pensamos, porque creemos que eso no va a gustar, que no son las palabras adecuadas, los adjetivos que buscamos y en definitiva terminamos diciendo nada.
En los tiempos que corren y cuando la realidad nos supera todos los días, es casi una obligación ser transparente, espontáneo, abierto y por sobre todo honesto con todos aquellos que dia a dia esperan algo de nosotros, por mínimo que sea lo que poemos brindar.
No debe ser la prioridad buscar la forma de quedar bien, nunca vamos a estar bien con todo el mundo, la vida no es así, es lo contrario. Es sacarse la mascara y darse a conocer, haciendo lo que sea que hagas.
Que no te impresionen los sacos y las corbatas, los grandes autos o las grandes cosas, porque esas grandes cosas no hacen al buen ser humano, la hombría de bien no se logra arriba de un auto. El envase solo no sirve, es descartable y hay algunos de los que conviven con nosotros que sin el no serian nada y saben que? Hay que decírselos, hay que hacerles notar que son puro cartón pintado, y retoques materiales. El ser humano que se amedrenta ante la apariencia esta perdido per se.
Los que se someten a la apariencia crecerán creyendo que es mejor parecer que ser, y esos generalmente terminan presos o denunciados por corruptos o tienen la conciencia comprada y hoy los ejemplos abundan. Solo hay que asomarse a la puerta para ver como desfilan los ricos modelo 2004 en sus camionetas mal habidas, sus casas impresionantes y sus trajes mal combinados. Quien podría someterse al arbitrio de semejantes especimenes.
Ningún ser inteligente se dejaría ordenar nada por estos personajes y deben saberlo, hablar de costado y oler a perfume importado, es solo eso, todo eso se compra y se vende, pero la dignidad no.
Todo va y viene pero la hombría de bien, el don, el respeto y la honestidad son una impronta que solo llevan aquellos que jamás bajaron la frente ante nada ni nadie, por mas cargo, traje o doble apellido de que se precie.
Eso es ser digno, poder mirar a los ojos a los hijos y decirlos que lo poco o nada que tenemos es nuestro, pero hay algo que nada ni nadie te podrá quitar jamás, el honor de saberte un buen hombre, una buena mujer. Nadie jamás podrá señalarte con el dedo como el hijo de.
Eso a muchos les molesta y más aun a quienes creen que todo se puede comprar y vender, decirle no al dinero de los poderosos te hace libre, respetado, independiente.
Quería decir esto por todos aquellos que a pesar de la vergüenza que trasmiten, de la indignidad que los rodea, aun insisten con hacernos creer que son lo que en realidad nunca serán. Honestos, probos, dignos, esos no pueden ser ejemplo de nada. Pero tampoco lo entienden, por ende el mensaje no es para ellos sino para ustedes a los que quizás ya intentaron convencer sobre lo bueno que puede ser quedarse con un vuelto, esquilmar al desprevenido o saquear al estado.
Esta ahí a la vuelta de la esquina, al asecho tratando de llevar alguno para su redil, pero ya los conocemos y cada ves mas los tenemos identificados así que dentro de poco estarán solos. Y quizás a partir de ahí las cosas comiencen a cambiar un poco.

Armando Cabral

15/11/05

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