POR UN RADICALISMO EN SERIO

Señor presidente Convención Provincial U.C.R. Don Jorge Bustos La Unión Cívica Radical de Tierra del Fuego atraviesa uno de los momentos más difíciles que le han tocado vivir en su historia.

El manejo inescrupuloso del poder ha llevado a nuestro partido al borde del abismo dejándonos sin candidatos para una elección por primera y última vez.

Es hora de propuestas y acciones consecuentes que nos permitan revalidar títulos frente a la sociedad y a nosotros mismos.

Hoy más que nunca los radicales tenemos que atrevernos a vislumbrar un futuro distinto transformando a esta crisis en lo que nos conviene que sea, es decir, en una formidable oportunidad para mejorar.

Llegó el momento de asumir con coraje nuestra parte de culpa en esta verdadera catástrofe interna. Hay que volver a empezar con lo mejor que tenemos, con los afiliados que necesitan que nuestra dirigencia transmita señales que refuercen lidentidad y el sentido de pertenencia radical.

Si apostamos a la simple permanencia, al “borrón y cuenta nueva” como si aquí no hubiera pasado nada, la sociedad no lo perdonará.

Es tiempo de lanzar una reconstrucción sincera, abierta y generosa que deje definitivamente atrás a los personeros de la vergüenza y forje cientos de razones por las que valga la pena seguir siendo radical o sumarse decididamente al radicalismo.

Quienes realmente pretendemos transformar a la UCR en un instrumento para el progreso con equidad social, debemos tomar de manera urgente una serie de medidas reparadoras como las que aconsejaría Don Hipólito Irigoyen.

Nuestro partido debe ser rápidamente normalizado y, en este contexto, ello supone la generación de enérgicas medidas que emanen del seno de la Convención Partidaria. Estas medidas deberían comenzar por extender una invitación a las máximas autoridades del Comité Nacional para que envíen o designen una Comisión Normalizadora con amplias facultades ejecutivas. Luego, el partido debería convocar a elecciones inmediatas para cubrir todos los cargos partidarios que resulten vacantes, tanto por caducidad de sus mandatos como por haberse sustanciado expulsiones.

Estas dos medidas preliminares permitirán la rápida oxigenación institucional, el recambio de dirigentes y la emergencia de nuevos líderes de proyección que tanto estamos necesitando.

El radicalismo se encuentra frente a una encrucijada de hierro: o renovamos el partido a fondo o el pasado volverá hecho presente. Por esta razón, debemos actuar rápidamente y sin contemplaciones porque no es lógico ni saludable que continúen siendo autoridades partidarias, o alegando representar al partido, quienes ya no pertenecen a la Unión Cívica Radical por decisión propia, por conveniencia ocasional o por absoluta incompatibilidad ética y moral con la Profesión de Fe partidaria cuyos principios rectores animan el accionar de nuestra centenaria institución.

Apelar a más de 100 años de historia no debe hacernos viejos sino más sabios.

Es hora de modernizar todo el andamiaje institucional del radicalismo fueguino aunque ello implique que todos debamos afiliarnos de nuevo.

Es hora de renovar nuestro compromiso radical y dejar que la historia, como un buitre implacable, consuma y disuelva la carroña.

Radicales: no hay discurso más desmovilizador que el de la queja permanente. Pongamos, pues, manos a la obra. ¡Que no se doble ni se parta! Hagamos YA lo que hay que hacer. Hagámoslo por una Unión Cívica Radical autónoma, auténtica, moderna y profundamente renovada. Sólo así ganaremos confianza, generaremos mayor respeto en la sociedad y seremos realmente constructivos para nuestra querida Tierra del Fuego.

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