Volvió a su segunda casa, el sitio desde donde comenzó a ganarse un lugar en la política nacional y al que aspira volver, votos mediante, luego de las elecciones de octubre.
Elisa Carrió visitó ayer el Congreso y fue fiel a su estilo: en una conferencia organizada por el Círculo de Periodistas Parlamentarios, la líder de ARI y candidata a diputada nacional porteña embistió contra Néstor Kirchner: afirmó que «el Presidente está obsesionado por el poder y pierde legitimidad en su propio partido».
Crítica, la ex diputada afirmó que «el Presidente erosiona día a día su propia autoridad» y que la denuncia del jefe del Estado sobre un complot desestabilizador fue ignorada por la oposición y el duhaldismo. «No puede haber un Presidente ladrándole a la luna», se quejó.
De buen ánimo y acompañada por el coordinador de la campaña, el mendocino Néstor Piedrafita, Carrió llegó al salón Illia del Senado para encontrarse con los periodistas acreditados en el Congreso. Se trataba del segundo encuentro organizado por el Círculo de Periodistas Parlamentarios para hablar con líderes políticos, auspiciado por la Fundación Adenauer. El primer invitado, hace dos semanas, había sido el vicepresidente Daniel Scioli.
Durante una hora y media, en la que contestó todas las preguntas, la ex diputada criticó al oficialismo, aunque aclaró que «el país va muy bien», al referirse a las circunstancias económicas internacionales y a las oportunidades de desarrollo del país.
Por otra parte, calificó a Ricardo López Murphy como «un hombre honesto y republicano, pero con ideas horribles»; detalló su propuesta electoral basada en el contrato moral, republicano y de distribución del ingreso, al tiempo que pronosticó: «Voy a ser presidenta, pero trabajaré hasta los 60 años; después, me jubilo», bromeó.
Indiferencia y pena
No bien pudo, Carrió disparó contra las denuncias de complot motorizadas por el kirchnerismo. «No he visto un presidente que frente a una denuncia como la que hizo haya tenido como respuesta la indiferencia de la oposición y la pena de su contrincante», afirmó, en referencia a Eduardo Duhalde.
Y volvió a castigar al estilo presidencial. «No se gobierna con el miedo y la humillación; en todo liderazgo debe haber algo del orden del amor», razonó, y advirtió: «Nunca la legitimidad se articula en el miedo y el resentimiento».
También justificó su rechazo al modelo «transversal» que el oficialismo impulsó al comienzo de su gestión. «Si hubiéramos comprado eso, habríamos terminado con Maza [Angel] y con De la Sota [José Manuel]», fustigó.
Además, al negar la posibilidad de alianzas electorales dijo: «Tenemos una estrategia de intransigencia, la misma que siguieron Alem [Leandro] y Palacios [Alfredo]», justificó. En el final del encuentro, mostró admiración hacia Eva Perón y la diferenció del PJ actual. «Hoy vemos una parodia casi perversa de aquel peronismo», dijo.
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