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Se había anticipado ayer y hoy lo confirmaron oficialmente: el crecimiento de la economía en el primer semestre del año fue de 9% con respecto a igual período de 2004.
El resultado de junio mostró un alza de 8,6% en la actividad con respecto al mismo mes del año pasado. Pero la suba fue de apenas 0,1% en relación a mayo.
La previsible alza en junio en la comparación interanual sirvió para completar 31 meses consecutivos de crecimiento, un ciclo que no es fácil igualar en la historia económica argentina y que comenzó en diciembre de 2002.
El INDEC vincula el crecimiento registrado en junio al buen desempeño de la industria, la construcción, el agro y el mercado financiero.
La suba de 9% para los primeros seis meses del año garantizaría una suba mínima de 7% en la actividad para todo 2005. La mayoría de los analistas cree que no se podrán mantener cifras tan altas de crecimiento de la economía, algo que incluso se reconoce desde las esferas oficiales.
Una de las incógnitas que se mantiene, en este marco de continuo crecimiento, es si esa torta que aumenta con el correr del tiempo empezará a repartirse de una manera diferente, en un país en el que todavía hay 14,5 millones de pobres. Y en el que la brecha de consumo entre ricos y pobres aumentó en el último semestre con respecto al mismo período del año pasado, según reveló un informe de la consultora LatinPanel. (Archivo 14/08/2005)
La anhelada recuperación, luego de la crisis que produjo el estallido de la convertibilidad, trajo también aparejada una mayor conflictividad social. Es a partir de sectores que arrastran importantes reclamos, y que en los últimos tiempos sumaron el de la inflación. Tras la devaluación, los precios subieron en un promedio mayor al 60% y el salario promedio lo hizo apenas por arriba del 50%.