Es radical pero no es Ricardo Gil Lavedra, un postulante histórico para el cargo. Es del estudio de León Arslanián, pero no es Arslanián, quien sigue al frente del Ministerio de Seguridad bonaerense. El candidato más firme que estaría impulsando el Gobierno para cubrir la vacante que dejará el juez Augusto Belluscio en la Corte Suprema, la semana próxima, es Mario Kaminker, un abogado radical, especialista en Derecho Comercial y Laboral.
El nombre de Kaminker fue proporcionado por fuentes de la política y de la Justicia, quienes subrayaron que el candidato cuenta con varios aspectos a favor: es especialista en Derecho Concursal, de Quiebras y Laboral, un rubro vacante en la Corte, está cerca del radicalismo —como el renunciante Belluscio— y es de origen judío, un sector social que al Gobierno le interesaría ver representado en la Corte.
Aunque no hay muchos datos disponibles sobre el candidato, en la página web del estudio que comparte con el ministro bonaerense, «Arslanián, Beraldi, Kaminker y Asociados», figura como su especialidad: ley de Concursos y Quiebras y litigios en general. Kaminker se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires en 1963, con medalla de Honor.
Por quinta vez en su gestión y en apenas dos años de Gobierno, el presidente Néstor Kirchner tendrá que nombrar a un nuevo juez en la Corte. Esta vez será por motivos «naturales», ya que Belluscio decidió renunciar en junio pasado, cuando cumplió 75 años, aunque eligió como fecha de su alejamiento el primero de setiembre, por compromisos que tenía como presidente del Jury de Enjuiciamiento.
Las cuatro vacantes anteriores, en cambio, fueron impulsadas por el mismo Gobierno, en medio del proceso de renovación del tribunal que provocó las renuncias de tres jueces —Julio Nazareno, Guillermo López y Adolfo Vázquez—, y la destitución de Eduardo Moliné O’Connor. Todos ellos, junto a Antonio Boggiano, quien enfrenta actualmente un proceso de juicio político en el Senado, fueron designados por el ex presidente Carlos Menem durante su gestión.
Desde que se conoció la renuncia de Belluscio, a principios de junio, la danza de nombres para cubrir esa vacante se había limitado a Arslanián, y en menor medida a Gil Lavedra, ambos integrantes de la histórica Cámara Federal porteña que juzgó a las juntas militares, en 1985.
La posible candidatura de Gil Lavedra nunca alcanzó mucha fuerza, aunque cuenta con la simpatía y reconocimiento de muchos de los actuales jueces de la Corte. El nombre de Arslanián, en cambio, sonó con más insistencia, al punto que días atrás, al salir de la Casa Rosada, el actual ministro bonaerense reconoció que «sería un gran honor» integrar la Corte, aunque aseguró que no creía que fuera conveniente que lo hiciera en lo inmediato ya que, sostuvo, todavía necesita tiempo para consolidar la reforma en la conflictiva área que dirige en la provincia.
«Sería para mi un gran honor poder integrar una Corte Suprema de Justicia, pero no veo que esto sea conveniente que pueda hacerlo en lo inmediato. Necesito mucho más tiempo para poder consolidar este proceso de reforma iniciado en el área de seguridad de la provincia de Buenos Aires», señaló a Radio Mitre.
La otra vacante que se podría producir en breve en la Corte es la de Boggiano, si prospera el juicio político en su contra. Hasta el momento, el juez no ha hecho explícita la intención de renunciar al cargo, y sigue adelante con su defensa.
Ayer, los jueces de la Corte decidieron en el plenario que se excusarán de intervenir en el pedido de Boggiano para que la suspensión en el cargo que le aplicó el Senado quede sin efecto. A cambio designarán conjueces para que resuelvan el asunto, como ya hicieron ante un planteo similar presentado por el ex juez Moliné O’Connor.
Para hacer aún más complicada la situación de Boggiano, ayer la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, que preside Cristina Kirchner, rechazó otro planteo de la defensa del juez. El miércoles 30 se escuchará a los testigos y a fin de mes se conocerá el veredicto.
Fuente Diario Clarin
