Análisis: Un documental, un magnicidio y un final abierto.

Viern 03/01/2020.- Después de ver completo el documental sobre la muerte del Fiscal Alberto Nisman queda claro que ningún gobierno desde Carlos Menem para acá tuvo la intención de esclarecer el caso AMIA y mucho menos después de la muerte del fiscal. El peligroso juego de las relaciones exteriores y la política exterior con una mirada sesgada y parcial. Bienvenidos al mundo real.

 

Pero además, el documental  muestra de que se trata el mundo real, donde estamos parados como país, un país sin justicia, corrupto desde la cabeza a los pies y más claro aún, que la argentina es una sociedad que ignora el 99% de las cosas que pasan dentro de su propio país, como así también que es lo que hacen las autoridades de este país.

Quizá muchos creen que la CIA, el FBI, el MOSAD y otras organizaciones de inteligencia, son producto de la mente afiebrada de algún director de cine, pero aquí queda claro, y no solo estaban aquí, sino que los ex integrantes de la inteligencia norteamericana tenían pruebas irrefutables de ADN de quien condujo la camioneta que explotó y produjo 84 muertes y más de 200 heridos, mostraron las fotos, el nombre y apellido del iraquí que se inmoló en la Trafic Renault, el FBI fue convocado por el entonces presidente Néstor Kirchner y Cristina destacó la buena relación con los Estados Unidos, mientras Irán,  Irak, Estados Unidos, el MOZAD israelí y medio planeta sabían de donde venía el reclamo por la no entrega de insumos nucleares a Irán, con lo que queda claro que las autoridades y la justicia se aprovecharon de esta ignorancia, y pruebas fundamentales como el ADN de quien conducía la camioneta, que jamás se presentaron como prueba y nunca fueron reclamadas, pero si mostradas en el documental.

Cuando se habla de política internacional o relaciones internacionales deberíamos tener en cuenta que para los argentinos hay un antes y un después luego de este testimonio de todos los involucrados en la causa AMIA y luego en la muerte de Alberto Nisman, las relaciones internacionales no deben ser tomadas o vistas desde un solo punto, no se puede ver medio escenario, no se puede ignorar que los poderosos están sobre nosotros y que nos vigilan las 24 hs del día, los 365 días del año.

No se puede ser amigo de unos, e ignorar o desmerecer, cuando no criticar a aquellos que no acompañan aventuras políticas argentinas desconociendo cuales pueden ser los daños colaterales, como pasó con AMIA y antes con la mutual israelita.

No se puede desconocer que un informe de este tipo en Estados Unidos eyectó de la presidencia a Richard Nixon, luego de conocido el informe Watergate publicado por el Diario Washington Post, y que otro casi voltea a Obama luego de conocido el informe Snowden donde se habían robado datos de más de 55 millones de ciudadanos para apoyar su candidatura. El presidente del país más poderoso del mundo tuvo que pedir disculpas y sancionar a las empresas que habían participado de la trama, Google, Twiter, yahoo o Facebook, comprometiéndose a devolver la información y terminar con esas prácticas.

Nada es secreto en este mundo globalizado y para cuando nosotros vamos ellos ya vienen de vuelta. Las relaciones internacionales están tan relacionadas con nuestra vida diaria, que somos incapaces de dimensionarlas, hay tanto ahí afuera que nos supera la idea de saber que un conflicto entre Rusia y medio Oriente podría dejarnos sin gas o petróleo, que la separación de Inglaterra de la Unión Europea, también nos afecta porque quizá la recuperación de Malvinas sea más difícil, la guerra comercial entre China y Estados Unidos, nos complica si sigue su curso y también si se logran acuerdos porque en cualquiera de los casos, dejarían de hacer negocios con nosotros, al menos en parte.

En la región las cosas cambiaron mucho en menos de dos años, Chile tiene una situación social insostenible y sus devaluaciones ya no permiten ni siquiera ir de turista, Brasil no coincide en nada con las políticas del nuevo gobierno, y el comercio bilateral con ellos ahora es difícil de mantener aun cuando la balanza comercial dice que le vendemos más de lo que compramos, Bolivia directamente le pidió a Argentina que no interfiriera en sus asuntos internos y podría también dejarnos sin gas si los problemas subsisten.

El documental de la muerte de Alberto Nisman, mostró todo esto y más, mostró que lejos estamos de tener una inteligencia que le sirva al país, una justicia independiente, y funcionarios honorables, ese documental nos muestra formando parte de un triángulo con Cuba y Venezuela, dos regímenes que solo se sostienen sometiendo a sus pueblos, censurando y encarcelando opositores, cuando no, matándolos, por eso un final abierto, por eso la conclusión tenemos que sacarla nosotros.

La muerte de Nisman, es una puerta abierta a una realidad mundial en la que estamos inmersos, pero mal, estamos inmersos si ellos quieren y si cuando ellos quieren, si lo que hacemos aquí los perjudica, seguramente nos perjudicaran, lo dejan claro los agentes de la CIA y el FBI, uno de los asesores del presidente de Estados Unidos, la prensa europea y todos y cada uno de nosotros, que después de ver eso, nos dimos cuenta que no sabíamos nada, incluidos los medios más importantes del país, hegemónicos o no hegemónicos. Seguramente la excusa para desvalorizar este trabajo sea que el director es inglés, pero lo cierto es que la imparcialidad del informe es indiscutible y no inclina la balanza para ningún lado, creo que ha llegado la hora de comenzar a entender dónde estamos parados y dejar las parcialidades al momento de las relaciones internacionales escondiendo acuerdos como el firmado con Irán, un país que ha hecho del terrorismo su política exterior.

En este juego ingresan todos, no los que nosotros queremos, todos y si eso no se entiende entonces habrá que saber elegir cual es el bando que nos puede ayudar o eyectar, para luego tapar todo bajo la alfombra para que sigamos creyendo que el mundo gira alrededor nuestro cuando en realidad es al revés.

Armando Cabral

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