Turbulencia en el primer semestre ¿soft landing en el segundo?
Rio Grande 27/06/2022.- El escenario internacional se vio sustancialmente modificado a lo largo de la primera mitad de 2022. Si bien la inflación ya encendía algunas alarmas y la economía global todavía se veía afectada por el avance de la variante Omicron, las perspectivas para este año eran de una recuperación sostenida de la actividad (el FMI proyectaba un crecimiento mundial de 4,4% en enero), una moderada aceleración de la inflación (+0,8 p.p para economías avanzadas y +0,2 p.p. en emergentes) y una gradual normalización de las políticas monetarias de los principales bancos centrales del mundo. Sin embargo, con el estallido de la guerra Rusia-Ucrania, la inflación no solo no se desaceleró, sino que continuó marcando máximos de 4 décadas (+8,6% y +8,1% para EE.UU. y Zona Euro respectivamente). Sumado a esto emergió un nuevo foco de riesgo: una recesión a nivel global. En este sentido, los rebrotes de COVID en China y la estricta política sanitaria amplificaron el shock de oferta que implicó la guerra. En la actualización de abril, el FMI recortó las proyecciones de crecimiento global en 0,8 p.p. y elevó su estimación de inflación global en 1,8 p.p. para economías avanzadas y 2,8 p.p. para emergentes.
