56° COLOQUIO IDEA Síntesis ejecutiva «Los desafíos de las democracias latinoamericanas» y «La agenda para una Argentina con medio país en la pobreza»

Juev 15/10/2020.- La agenda para una Argentina con medio país en la pobreza Alejandro “Pitu” Salvatierra La pobreza no es algo nuevo para nosotros. Con la pandemia estos problemas se agudizaron y se manifestaron en la demanda de los comedores comunitarios, con mucha gente que nunca se había acercado y le daba vergüenza ponerse en la fila.

  • Paralelamente, hay un creciente rechazo al manejo económico de los gobiernos; insatisfacción popular por el funcionamiento de las democracias porque no están respondiendo a las necesidades de bienestar de las personas; se incrementaron las protestas por el descontento con modelos económicos que generaron más pobreza y la indignación por la corrupción.
  • Debemos crear un ambiente mundial propicio para el trabajo decente y el respeto a los derechos humanos.
  • Con el Covid ese deber comienza por las empresas, que deben tener en cuenta a todos los involucrados en su cadena de valor. Por ejemplo, empresas de telecomunicaciones han desarrollado programas para asistir a los docentes en el dictado de clases a distancia.
  • No hay que tratar de volver al mundo de antes de la pandemia, porque dejó en evidencia grandes desigualdades. Tenemos que generar un mundo con una economía más inclusiva, que respete el medio ambiente, coloque en el centro a los derechos humanos y donde la prosperidad sea más compartida.
  • Para crear trabajo hay que revisar la educación, no sólo en su calidad sino para facilitar el acceso al trabajo digno y decente. Hay que buscar fórmulas para terminar con el trabajo informal. Lo vemos con los problemas para vivir cada día de los hombres y mujeres que deben cumplir aislamiento social.
  • Creo fundamental contar con programas de protección social para los más vulnerables. Chile aplicó el modelo noruego con la exportación de cobre, al crear un fondo anticíclico en la época de vacas gordas para distribuir en épocas de vacas flacas.
  • Es clave mirar cómo está la productividad en nuestra región, que realmente es muy baja; diversificar las fuentes de emergía, mejorar la calificación educativa y laboral.
  • Hay que hablarle claro al país y generar espacios de diálogo político-social. Cuando uno es capaz de hablar con franqueza se generan vínculos de confianza. Sobre todo, para enfrentar momentos duros como el actual.
  • Hoy día no se puede, pero hay que trabajar duro para mejorar las expectativas, que he aprendido que siempre están por encima de las posibilidades.
  • Como presidenta de Chile no siempre pude crear consensos. Tuve que tomar decisiones difíciles con el disgusto de los empresarios, en especial de alimentos, pero yo estaba convencida y nos sentamos a conversar.
  • No hay una receta. Pero si uno piensa que el país es de todos y el planeta una casa común como señala el Papa Francisco, hay que lograr que si me va bien a mí le vaya bien al otro y conjugar la economía con el trabajo decente.
  • Yo creo que ese es el verdadero patriotismo. Que la Patria es de todos. Siempre hay que tratar de hacerse entender para convencer; sobre todo cuando el beneficio a largo plazo es mayor que el costo a corto plazo. Miremos, si no, el costo que significa hoy en plena pandemia tener tanta desigualdad social.
  • En Latinoamérica es clave que funcione el Estado de Derecho y que las instituciones cumplan su rol, porque la gente siente que el acceso a la Justicia no es igual para todos.
  • Pero el problema de la política son los períodos electorales: los líderes deben tener una visión de futuro que vaya más allá de su período de gobierno.
  • No hay milagros aquí. Hoy día gobernar es más difícil que nunca, porque el mundo está polarizado, crece el populismo, el nacionalismo y la xenofobia, se debilita el multilateralismo y también la situación social.
  • Para gobernar hay que imaginarse como si uno tuviera desplazar a una población para construir una represa hidroeléctrica que beneficiará a más gente. No se puede imponer sino convencer.
  • Este razonamiento también sirve para que sectores no competitivos asuman que deben mejorar su competitividad o entender que si no lo hacen serán desplazados.
  • Hay gente que no me quiere por mi condición de mujer. Pero creo que ser empática, comprender al otro y charlar para buscar fórmulas de acuerdos y las mejores soluciones posibles, es tan importante como saber escuchar a los críticos para poder corregir errores.
  • Debido tal vez a que la mujer siempre fue más discriminada y vulnerable, tiende a ser más inclusiva y a tener en cuenta que la diversidad siempre enriquece.
  • Ser mujer resalta la mirada sobre atributos de liderazgo femenino como la honestidad, la empatía, la búsqueda de consensos y la buena comunicación.

 

Las reglas de juego del país que queremos ser

Moderador: Eduardo Braun

Marcelo Scaglione

  • Hablar de futuro es como pensar en un barco que lanzamos al mar, para lo cual tenemos que saber a qué puerto queremos llegar. Lo mismo que para saber qué país queremos ser.
  • Yo sueño con una Argentina integrada al mundo, con sus empresas y economías regionales y que permita el desarrollo económico, social y ambiental. Pero para hacer eso, tenemos que invertir en educación y crear una economía basada en el conocimiento.
  • En Francia acaban de cumplirse 75 años de la Escuela Nacional de Administración creada por Charles De Gaulle, quien entonces afirmó que “no podemos tener un país desarrollado sin una administración pública desarrollada”.  Más cerca en el tiempo, Francois Hollande creó el ministerio del Futuro para pensar en una estrategia nacional de 50 años.
  • En el pasado, San Martín nos da un ejemplo cuando, ante la carencia de recursos, afirmó que la gesta libertadora podía parecer imposible pero resultaba imprescindible.
  • También Sarmiento con el Censo Nacional de 1888, que determinó que el 80% argentinos eran analfabetos. De ahí surgió la decisión de tener un proyecto educativo que dos décadas después redujo el analfabetismo a 20% y ubicó a la Argentina entre las principales economías del mundo.
  • Los inmigrantes vinieron a trabajar, a esforzarse, lograron que sus hijos fueran a la universidad y crearon empresas que produjeron ascenso social.
  • Hay una cuestión de valores, pero también de reglas de juego.
  • Bachelet hizo que Chile ingresara a la OCDE, una sigla donde la letra C significa cooperación. Lo empezó una presidenta de centroizquierda y lo terminó el actual presidente de centroderecha. El acuerdo significa ceder y la cooperación se logra a través del dialogo.
  • San Agustín decía que la verdad no es la tuya ni la mía, para que la verdad sea tuya y mía.
  • Si pensamos qué país les queremos dejar a nuestros hijos, será más fácil pensar en políticas de Estado.
  • La OCDE es un foro de 35 países que generan 75% de la inversión y 60% del comercio mundial, con 250 buenas prácticas, 85 de ellas relacionadas con el medio ambiente. También con una base institucional de separación de poderes, rol de la Justicia, equilibrio regional, Gobierno abierto y rol ciudadano, en línea con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
  • En los últimos cuatro años fuimos cada semana al Congreso, hablamos con las provincias, los sindicatos, las empresas, la sociedad civil y esto permitió sancionar la ley de Responsabilidad Penal Empresaria, que permite construir confianza en el mundo.
  • En 2015 la Argentina tenía acuerdos de preferencia comercial con el 1% PBI mundial. Cuando nuestros productores salen al mundo compiten en desigualdad y por eso son importantes las reglas de juego.
  • Con el mundo globalizado, si nos quedamos encerrados para vivir con lo nuestro esto no alcanza.
  • Hoy tenemos acuerdos en marcha con la UE, con el EFTA y tenemos que cerrarlos. También que profundizar el Mercosur, avanzar con la Alianza del Pacífico, América del Norte, China y África. Las buenas prácticas comerciales ayudan muchísimo porque permiten integrarse al mundo.
  • En nuestra Constitución Nacional tenemos muchísima sabiduría para aprovechar.
  • Tenemos que volver a enamorarnos de esas reglas escritas hace casi 170 años, vivirlas y apasionarnos. Como hace 37 nos emocionaban cuando escuchábamos su preámbulo.

La agenda para una Argentina con medio país en la pobreza

Moderador: Chani Guyot

 

– Alejandro “Pitu” Salvatierra

  • La pobreza no es algo nuevo para nosotros. Con la pandemia estos problemas se agudizaron y se manifestaron en la demanda de los comedores comunitarios, con mucha gente que nunca se había acercado y le daba vergüenza ponerse en la fila.
  • Creo que con la pandemia retrocedimos 20 años. Tampoco tuvimos herramientas para que los chicos tuvieran clases a distancia. En los barrios populares la pobreza es alarmante y sólo estamos preocupados para que llegue un plato de comida.
  • Para nosotros fue una gran alegría que llegaran las cajas de Seamos Uno, porque fueron una muestra de solidaridad colectiva.
  • Así como estamos viviendo una situación muy compleja, vemos mucha colaboración entre las familias y los vecinos con mucha buena gente.
  • Tenemos dos caminos por delante: esperar que la clase media se vuelva a poner de pie y nos contrate en su mayoría como personal informal (personal doméstico, jardineros, etc.) o ser protagonistas para pensar a la economía popular como fuente de trabajo sustentable.
  • Esto no ocurre en la CABA, donde las posibilidades son más limitadas. Es notable como mucha gente usó el IFE para poner en marcha emprendimientos familiares, pero se superpusieron entre sí. De los 20 que preparaban empanadas o sandwichs de milanesa se pasó a más de 200.
  • Si lográramos diversificar actividades y darles sustentabilidad, la perspectiva sería diferente. Para nosotros tampoco fue una buena experiencia formar una cooperativa para confeccionar guardapolvos que compraba el Ministerio de Desarrollo Social, porque se trabajaba en muchos talleres dispersos.
  • Necesitamos que los emprendimientos comunitarios se acerquen a las empresas y que los empresarios nos digan a dónde apuntar. No a venderles a intermediarios.
  • Esto pasa porque muchas veces mi vecino no trabaja en un lugar adecuado y ni siquiera es monotributista. Hay mucho por ganar si tendemos puentes con las empresas. También que nos digan en qué actividades formar a los chicos en el Instituto Villero de Formación.
  • Con el potrero digital, que es una escuela de oficios digitales y la plataforma que creamos para conectarnos podemos ampliar el alcance de los emprendimientos comunitarios y no limitarlos a que vendan solo en el mismo barrio.
  • El escollo es la brecha digital que existe y que se complicó este año con la pandemia. Sin conectividad no hay educación y no hay empleo.
  • Hoy la conectividad no es un lujo, sino una necesidad para trabajar.
  • Mi tarea es cambiar mi barrio (Ciudad Oculta) y no cambiar de barrio, donde viven mis hermanos, mi hijo, mis nietos y mucha gente que quiero mucho. Los pobres logramos encontrar pequeños momentos de felicidad.

– Nahuel Sosa

  • Vivimos una crisis que marca un momento de inflexión, que desnuda nuestras debilidades y desigualdades, muchas de las cuales son estructurales. Yo creo que nada va a ser igual que antes.
  • Las organizaciones comunitarias salvaron vidas.
  • Ahora surgieron varias iniciativas que tienen un lado B y son tierra fértil para la estigmatización de la gente que trabaja. El problema es cuando se exacerba el discurso del odio o del racismo sin racistas.
  • Hay una idea de los que trabajamos versus los parásitos. Tenemos que pensar en la injusticia económica, pero también en la injusticia simbólica. El otro es un vago, un planero, un choripanero y le niego derechos aunque trabajen y mucho en lo suyo.
  • A veces, este micro-racismo es más hiriente que las formas más burdas de racismo.
  • Vivimos una sociedad donde la percepción vale más que la autopercepción. Mucha gente pobre en las estadísticas se autopercibe de clase media.
  • Si a un grupo fuertemente agredido por el Covid le agregamos un discurso de discriminación, estamos en el peor de los mundos.
  • El concepto de Argentina Unida fue importante en el comienzo de la cuarentena, con el aplauso a los médicos, la iniciativa del Seamos Uno y muchas muestras de solidaridad entre los vecinos de barrios populares.
  • Para definir qué es la economía popular, hay que entender que los cartoneros, los vendedores ambulantes, los emprendedores de agricultura familiar o los que hacían changas todos los días, son parte de ella y trabajan muchas horas por día.
  • Los excluidos se reinventaron sus laburos. Surgieron el Relevamiento Nacional de Barrios Populares (Renabap), unidades productivas para preparar sandwichs de milanesa o vasos de leche para los merenderos y también procesos de comercialización para talleres textiles.
  • Ahí aparece con fuerza la idea de la innovación y quiero remarcarlo porque no es sólo la idea creativa inspirada en un garaje sino buscar formas de cooperación entre distintos actores.
  • Este sector está trabajando y genera consumo. La encíclicla Laudato Si, donde el Papa Francisco plantea la necesidad de tierra, techo y trabajo (TTT) marca un fenómeno que llegó para quedarse.
  • El primer paso es acercarse a las empresas y evitar los intermediarios para venderles.
  • Otro paso clave es la construcción de viviendas, porque el 80% de la población pobre vive en centros urbanos. Quienes están en los barrios son los que mejor saben cómo urbanizarlos y trabajar en esa misma tarea. Y finalmente es necesario armar un fondo de fideicomiso para encarar obras de saneamiento y desarrollo ambiental sustentable.
  • Sin duda la urgencia es salir de la pobreza y evitar los discursos de odio. Debemos valorar el esfuerzo del gobierno, de una parte de la oposición y de gran parte de la sociedad.
  • La adversidad nos obliga a pensar en cómo sobrevivir y vivir juntos. Hay que articular a los distintos actores sociales. Por eso hay que valorar el acuerdo social, no para que todos piensen lo mismo, sino para contribuir entre todos a la salida de la crisis.
  • El futuro es una construcción colectiva, donde todos y todas tenemos derechos debemos ser protagonistas.

Verónica Andreani

  • Estamos muy orgullosos de la acción del Seamos Uno. Fue un aprendizaje que nos demostró la necesidad de unidad. Nos motivó el gran compromiso colectivo de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil.
  • Siempre supimos qué es la última milla, pero ahora sabemos quién recibe y pudimos mirar a los ojos a los destinatarios de esta acción solidaria tan grande.
  • En total se armaron 1.050.034 cajas que fueron distribuidas en la CABA y 24 partidos del Gran Buenos Aires por más de 5000 voluntarios.
  • Fue algo tan rápido que a los dos días de comenzado ya estaban todos los sectores trabajando juntos. Demostramos que uniéndonos nos va mejor y que hacer las cosas rápido no significa ser menos eficiente.
  • Primero hay que sacarse los prejuicios, ser empáticos y ponerse en el lugar de los otros.
  • Después de la pandemia va a haber 1 millón de chicos que no pudieron pasar por las aulas.
  • Tenemos que recuperar la idea de que el esfuerzo individual tiene sentido y que la pobreza no puede ser una barrera infranqueable para las empresas.
  • Necesitamos acercarnos como lo hicimos en el Seamos Uno.
  • El rol que tenemos hoy es de enorme responsabilidad. Tenemos que ser protagonistas Nuestro compromiso es trabajar en lo que sabemos hacer, invertir en generar más empleos, más oportunidades y asumir el compromiso de pensar en hacer más cosas teniendo en cuenta la situación social en que vivimos. Para eso somos hacedores.
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