La posición de quienes se oponen a una reforma constitucional, que podría ser anunciada este 1 de Junio Dia de la Provincia, durante el acto del 33 aniversario de la jura de la Constitución Provincial, es atendible y es parte del sistema democrático, aceptar las disidencias.
Sin embargo, y con los argumentos del costo, y que no es el momento, porque la gente tiene la cabeza en otros problemas, como la crisis económica, cuasi terminal, con 55 % de pobreza, mas de 3000 empleos perdidos en los últimos 5 meses, caída del consumo, recorte de fondos, al transporte, despidos, suspensiones en la industria, Fondo de Incentivo Docente y recorte de coparticipacion entre otros, todos han adelantado que participaran de la elección de constituyentes, pero en contraposición a lo descripto, todos obviamente van a cobrar por esta participación.
Ninguno de los que se oponen han planteado por ejemplo, donar sus dietas, aportar a los mas de 150 comedores comunitarios que hay en la provincia y atender a las mas de 10.000 personas que asisten a ellos y comen una vez al dia.
Desconocer esta realidad se da de nariz con la posición de no aceptar la reforma, cuando, al menos este medio se ha manifestado a favor de cambios estructurales necesarios en las políticas de estado.
Como por ejemplo poner fin a la elección indefinida de legisladores o eliminar los cargos vitalicios como la fiscalía de estado o jueces del Superior Tribunal de Justicia, integrar al texto temas tan importantes como la economía del conocimiento aplicada a la educación, nuevos sistemas de contratación laboral, actualizar los montos de coparticipacion a los municipios, concepto de democracia paritaria.
Inclusión de obras fundamentales como e puerto en Rio Grande que, hace 33 años los ciudadanos de esta ciudad están esperando.
El hecho de no reformar la constitución, puede ponerse en tela de juicio, pero con argumentos fundamentados, y sobre todo si tanto preocupa la situación social y económica debería ponerse en agenda, asumir la crisis generalizada y actuar en consecuencia. No se puede argumentar la pobreza, el desempleo, o los recortes del gobierno nacional, pero querer participar de una convención constituyente adelantando que se votará negativamente.
Si es así, podría no llamarse a convención, rechazar esta posibilidad y como ya se hizo unir las fueras políticas y dejar este tema para mas adelante o participar de forma ad honorem y ahorrar eso miles de millones que tanto se cuestionan y nadie pued eresponder a que se van a destinar si no hay convención, y que herramienta técnica se puede utilizar para que ese dinero llegue a quienes tanto lo necesitan como señalan quienes se oponen a la reforma.
www.lalicuadoratdf.com.ar