El otro sector que también sufrió de manera determinante el recorte de recursos fueron las transferencias a las provincias, con solo $67.898 millones, una cifra que nominalmente es apenas 3,5% más alta que la del mismo mes del año pasado, pero que implica un recorte real de más del 90%.
En gastos corrientes, el Gobierno destinó $151,561 millones, es decir, un incremento nominal del 271%. Se trata del capítulo del gasto menos impactado.
En otros términos, los gastos de capital, como la obra pública, tienen una caída nominal de casi el 15% con apenas $150.000 millones. En ese caso, el Gobierno ha eliminado completamente los gastos en transporte, educación, vivienda, agua potable y otros. Por ejemplo, en el caso de educación se gastaron apenas $2.590 millones, lo que marcó una caída nominal del 70% respecto del año pasado.
Un dato a tener en cuenta es que hasta marzo el gasto en intereses, que es lo que hace a la diferencia entre el superávit primario y el financiero, era el único que venía creciendo, pero en abril se pagaron $247.543 millones, con un incremento del 225%, por debajo de la inflación de 12 meses.
La motosierra en el primer cuatrimestre
Por otro lado, según indicó el Gobierno, “en el primer cuatrimestre del año el gasto primario acumula una reducción de 32% en términos reales”.
“Los rubros que registraron las mayores bajas son Gasto de Capital (-85% interanual -i.a.-), Transferencias Corrientes Discrecionales a Provincias (-76% i.a.) y Resto de Gasto Corriente (-43% i.a.), que incluye otros gastos como las transferencias para cubrir el déficit de empresas públicas”, señaló el Palacio de Hacienda.
La información oficial indica que “a pesar de representar sólo un 13% del gasto primario en el primer cuatrimestre de 2023, estos tres rubros por sí solos explican un tercio de la reducción real de las erogaciones primarias en el período”.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) destacó que «esta variación real del gasto primario resultó ser la mayor interanual real de los últimos 30 años para un cuatrimestre».
Una cuestión a tener en cuenta, dentro del resultado fiscal, es el tema de los pagos pendientes de períodos anteriores, que ya fueron devengados y que hace falta cancelar. Los datos de la Tesorería Nacional muestran que al cierre del primer trimestre esa deuda ascendía a $2 billones, de los cuales $1,3 se generaron este año. Del año pasado habían quedado unos $700.000 millones. La deuda flotante, no obstante, crece dentro de los parámetros acordados con el FMI. No puede superar el 10% del gasto total.