Paritaristas del fin del mundo: una historia de lucha por la igualdad

Rio Grande 17/04/2024.-Cuando realizamos la entrevista que da pie a esta nota, no se había iniciado en Argentina la época de cambio de paradigma político y social, en marcha desde diciembre de 2023. En el escenario actual, en el que se ponen en riesgo derechos que se creían garantizados, y peligran conquistas de largas luchas feministas, hablar de paridad podría parecer algo ingenuo. Sin embargo, es aún más importante que las voces de las mujeres y diversidades estén presentes en la representación, en los poderes y en la construcción de agenda, ya que son sus cuerpos, sus derechos, sus existencias las que cotidianamente son puestas en jaque.

Reportaje: Eloísa Oliva

Imágenes: Natalia Roca

Pariataristas

Argentina construyó en las últimas décadas un marco normativo que habilita la igualdad en la representación política de hombres y mujeres. La Ley de Cupo (1991)1 y la Ley de Paridad (2017)2 significaron avances reales en materia de derechos3. Sin embargo, en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, esas leyes nacionales entraron en contradicción con las regulaciones locales, llevando a que, mientras crecía la presencia de mujeres en cargos electivos en el resto de Argentina, en la ciudad de Ushuaia, por ejemplo, cayera a cero.

Es en esa ciudad donde las Paritaristas del Fin del Mundo encararon su lucha (exitosa) por la democracia paritaria, usando las herramientas del derecho y la política. En 2022 publicaron Ambiciosas. Crónica de una lucha colectiva, libro que testimonia y resume su recorrido, y que les sirvió de herramienta de incidencia.

 

 

Las visitamos en Ushuaia, la ciudad más austral del continente (y del mundo), rodeada de picos negros manchados de nieve, glaciares, mar, y en la que solo crecen tres especies de árboles. Conversamos dos tardes completas y recorrimos la ciudad: algunos de sus íconos reconocibles por el turismo y los edificios en los que se concentra el poder estatal.

 

 

 

La trama y las trayectorias

“Cuando estudiaba en Córdoba extrañaba mucho todo esto”, dice Constanza Ojeda, y con un gesto amplio de la mano incluye la amplitud del paisaje desde la cuesta que lleva al glaciar Martial. Constanza es nacida y criada en Tierra del Fuego. Se fue a estudiar periodismo y volvió para ejercer acá su profesión. Hasta enero de 2024 trabajó en Radio Nacional, como Luz Scarpatti (hasta diciembre 2023), también periodista, también fueguina, que se mudó de Río Grande a Ushuaia hace unos cuantos años.

Luz conoció a Laura López Entable, publicista y comunicadora política, en una fogata de corpiños. Cuentan que esa es la versión fueguina del “tetazo”4 (imposible desnudar el torso en esta zona austral).

Laura nació en 1982, pocos días después de que terminó la guerra de Malvinas5. “Mi mamá estaba embarazada de siete meses cuando empezó el conflicto”, cuenta. Desde la panza, vivió los simulacros, las sirenas, las corridas a los refugios antiaéreos. “Me acuerdo que en la primaria (agregará después) había muchas chicas que se llamaban Malvina o Soledad” (nombres de cada una de las islas).

Lorena Uribe vive en Río Grande, la ciudad más populosa de la provincia (80.000 habitantes). Manejó dos horas para venir a conversar. Su especialidad es el periodismo judicial. Como Constanza, es descendiente de chilenas y chilenos que emigraron a Argentina. En el caso de los padres de Lorena, huyendo de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Fabiana Ríos es farmacéutica y abogada. Vino a Tierra del Fuego desde su Rosario natal por razones profesionales. Interesada y activa en la vida pública y política, llegó a ser gobernadora. La primera gobernadora mujer de Argentina, la que habilitó el primer matrimonio igualitario del país6. Hoy trabaja mayormente como abogada, representando a mujeres en conflictos por violencia de género.
Ellas son algunas de las actuales once integrantes de las Mujeres Paritaristas de Tierra del Fuego, o Paritaristas del Fin del Mundo, como también se las conoce. Un grupo de mujeres activistas que, militando en distintas causas, se fueron encontrando para promover lo que ellas creen es una de las bases de la igualdad: la paridad real y efectiva en todos los poderes del Estado.

 

 

 

Listas, bancas, preferencias y la foto disparadora

“Cuando decimos paridad integral estamos poniendo adentro el Poder Judicial, la Reforma Judicial. La paridad en todos los Poderes del Estado. Perspectiva de género real, porque escrito hay un montón”, aseveran a coro.

La lucha de las paritaristas como organización empieza en 2015, pero para entenderla hay que irse hasta 2002, el momento en que la Carta Orgánica Municipal de Ushuaia incorpora, automáticamente después del artículo que establece la paridad en las listas electorales, el sistema de preferencias.

Las “preferencias” funcionaron como un desbloqueo, y anularon la paridad efectiva en la representación, dejándola exclusivamente en el plano formal de la composición de las listas.

 

 

En 2015, esto se cristalizó en una imagen excesivamente contradictoria: el Consejo de la ciudad de Ushuaia, compuesto por siete varones, de traje, colocados para la foto, empuñando cada uno su cartel de Ni Una Menos7.

Fabiana Ríos confiesa que fue todo un desafío entender por qué las mujeres desaparecían de la esfera pública, en un país con leyes de Cupo y Paridad. “Si no hubiésemos tenido a esos siete hombres en nuestra cara, capaz no era tan evidente”.

“Lo que más ruido hizo fue que la norma decía que las listas debían ser hechas de manera paritaria. Entonces, empezamos a pensar qué fallaba. Con la Ley de Cupo vigente teníamos entre 30 y 40 por ciento de mujeres en las bancas, con la Ley de Paridad caímos primero al 20, y luego al elocuente cero”, completa.

Sonia Santoro, periodista especializada en género se pregunta en uno de los prólogos de Ambiciosas: “¿Por qué en pleno 2015, cuando el calor del movimiento #Niunamenos empezaba a quemar las columnas vertebrales del sistema patriarcal, en el Consejo Deliberante de Ushuaia la representación de mujeres fue nula? Ni una sola mujer ocupó una banca en pleno siglo XXI. Siete hombres, siete concejales, hablando, decidiendo, votando normas en nombre de todos, de todas, de todes”.

Como en espejo, Diana Maffia contesta desde el otro prólogo: “Las mujeres como colectivo hemos sido por décadas (si nos atenemos a las formas republicanas de nuestro país; podríamos decir centurias desde el nacimiento del Estado moderno; milenios desde las primeras formas de organización social) enajenadas de la ciudadanía mediante todo tipo de maniobras implícitas y explícitas. Ingresadas tardíamente al voto, y más tardíamente aún a los espacios de representación, todavía renuentes a abrirse a la paridad, con partidos políticos misóginos que nos dejan fuera de los espacios de interlocución reales, donde se diseña y se disputa el poder”.

 

 

Volviendo a Tierra del Fuego, Fabiana explica que “el sistema electoral del cuerpo parlamentario de Ushuaia tiene tres elementos: proporcionalidad (sistema D’hondt), paridad y preferencia. Los tres deben conjugarse. Con el sistema D’hondt lo que se establece es qué cantidad de bancas le corresponde a cada partido; con la preferencia, se establece quién es el candidato más votado por un 15 por ciento, (si un 15 por ciento de lxs electores cambia el orden, el más preferido ocupa la banca del primero de la lista).

“El tema es que, en esa aplicación de la preferencia, lo que hicieron fue borrar la paridad. Entonces, ¿qué decían?, que el varón más preferido desplaza a todos. Y siempre en la organización partidaria las que menos recursos tienen para hacer campaña por aparato son las mujeres. En todos los partidos, sin ninguna diferenciación, de izquierda a derecha, los más preferidos han sido varones. Siempre los varones desplazaban a las mujeres. Entonces, nosotras decíamos: ‘¿y la paridad?’, es un principio constitucional tan importante como la proporcionalidad”, amplía Fabiana.

“¿Por qué la paridad no está ahí?, ¿por qué la borran? Háganlas conjugar: el varón más preferido desplaza al varón menos preferido, y la mujer más preferida desplaza a la mujer menos preferida dentro de cada partido. Eso es justamente lo que no querían que sucediera. Constanza acota que, además, el sistema de preferencias rompe alianzas y acuerdos: “cada uno milita individualmente, y en cada elección hay heridxs”.

La articulación de las Paritaristas para lograr modificar esa situación desigual fue amplia. Investigaron, compararon y convocaron a políticas de todos los partidos, muchas de ellas que habían quedado afuera de las bancas por arbitrariedades dentro de sus propias fuerzas.

Así fue como, tras años de militancia y activismo, consiguieron que se dictara el fallo que obligó a conjugar los tres principios: proporcionalidad, paridad, preferencia. Y que lleva el nombre de una de ellas: López Entable8.

En 2022, en la convención constituyente para modificar la Carta Orgánica de Ushuaia, estuvieron presentes y atentas para no dejar pasar lo que el documento debía consagrar: la paridad real y efectiva en la representación, no solo en las listas9.

Uno de los problemas era que, en la carta orgánica anterior, la preferencia había sido establecida como “patrimonio inalterable del pueblo de la ciudad”. “Y ese ha sido uno de los argumentos para descalificarnos una y otra vez. Nos decían que estábamos atentando contra la voluntad popular”, cuenta Lorena.

Tratando de buscar una razón al extraño sistema de las preferencias, Fabiana opina que es la consecuencia de un tiempo de la política, el después de la crisis del 2001, que trajo aparejado el descreimiento del sistema partidario y una fuerte personalización de las y los candidatos.

“¿Y por qué creen ustedes que hay tanta resistencia a la paridad?” “Porque no quieren perder el lugar en las bancas. No quieren perder el poder”, afirma Constanza. “Vos imaginate estos siete (los de la foto), todos tenían aspiraciones de reelegía. Si ellos cedían a la paridad, por lo menos la mitad no iba a poder ser reelegido. Fue en defensa propia, en defensa de sus propios privilegios”, cierra Fabiana.

Después de consagrada la paridad en la Carta Orgánica de Ushuaia, cuyo concejo se compone hoy de cuatro concejalas y tres concejales, los próximos pasos de la organización se orientan a conseguir lo mismo en la ciudad de Río Grande, y en la constitución provincial.

 

 

“Construir algo que nos sirva a todes”

Reproducimos en los párrafos que siguen fragmentos de la conversación coral, potente, entremezclada, que tuvimos una tarde de octubre con fondo de bosque y mar, entre videos, libros, pañuelos y remeras, reflexionando sobre qué es y puede ser, qué habilita y alumbra una democracia con paridad real y efectiva. 

 ¿Cómo definirían democracia paritaria? Además de la perspectiva de género, ¿les parece que puede incluir una perspectiva feminista, popular, territorial, diversa?

Laura: Para mí, democracia paritaria es que las voces de todas, todes y todos estén presentes en la toma de las decisiones que nos afectan globalmente, como sociedad y a cada une. Tiene que ser algo que atraviese cada decisión, un punto de partida. Si vamos a decidir por dónde pasan los colectivos, lo pensamos en función de un criterio democrático paritario, por ejemplo. Entonces, si no estamos sentadas en esas mesas, en esas bancas en donde se toman las decisiones, no está nuestra perspectiva, y quedamos con las mismas decisiones de siempre y un montón de personas y necesidades desatendidas.

Constanza: En el caso de la historia de nuestra ciudad y provincia, siempre ha habido minoría de mujeres dentro de los poderes de decisión. Siempre nos conformamos con eso, con las minorías. De hecho, creo que este movimiento no hubiese surgido si no hubiese pasado que en el Concejo Deliberante eran todos hombres. Eso nos despertó a todas, cómo contábamos. Nos preguntamos qué había pasado que cada vez había menos mujeres. Pero nunca nos preguntamos: «che, ¿quién debate ciertos temas?». En ese Concejo Deliberante de siete hombres pasó que se debatió un proyecto sobre menstruación. Y los siete hombres debatían sobre eso, con una sola mujer, la secretaria de la Mujer. En la Legislatura pasó igual, siempre fuimos minoría, y entonces hay temas que nunca se tocaron. Fabiana lo puede conta mejor, en su experiencia como legisladora.

Fabiana: La primera Legislatura que tuvo el 30 por ciento de mujeres es de 1999. Y pudimos habilitar por primera vez, por ejemplo, Salud Sexual y Reproductiva. E incorporar la vasectomía y la ligadura de trompas en la discusión. Para mí, el concepto de democracia paritaria tiene una relevancia trascendental en relación a los espacios públicos, masculinizados por definición. La misma concepción de ciudadanía siempre fue la de una ciudadanía masculina, burguesa, propietaria.

Laura: Yo creo que los feminismos aportan no solo a una cuestión histórica de los derechos de las mujeres, sino que incorporan una perspectiva más amplia de por sí. Nosotras, por ejemplo, somos todas de organizaciones distintas, y no coincidimos en todo, pero sabemos qué cosas tenemos en común entonces podemos dialogar y tomar decisiones juntas, militar juntas y hacer un activismo juntas. Tenemos compañeras trans, de los barrios populares, y también entendemos que hay otras personas que no tienen su voz representada, o que no todas son como nosotras, y que esas perspectivas tienen que estar presentes para construir algo que nos sirva a todes. Creo que los feminismos tienen ese saber.

Lorena: Claro, y que las mujeres ingresen a los lugares de decisión no garantiza que sean feministas. Pero cuando hay una mujer feminista, la cosa cambia mucho. En la gestión de Fabiana (como gobernadora) hubo ministra de Trabajo, que después fue ministra de Industria, y hubo ministra de Obras Públicas. No era Desarrollo Social y Salud, Educación. Digamos, las mujeres, mujeres muy preparadas para lo que fuera, ocupaban lugares en los que por ahí antes no tenían permitido ingresar.

Fabiana: Lo que permite la democracia paritaria es empezar a visibilizar desigualdades. Entonces, como concepto, si en la vida cotidiana somos mitad y mitad, por qué no en la representación. Digamos, ¿hay una concepción binaria en el sistema electoral? Sí, la hay. Es una concepción binaria, sexogenérica, varón-mujer. ¿Cómo entran las diversidades en esto? Con el feminismo que lo incorpora, que lo entiende, que lo representa y que lo dice, que lo expresa. En la condición de mujer feminista. El feminismo produce todos estos entrecruzamientos, porque en algunos de los problemas que discutimos con las compañeras (trata de personas, explotación sexual para el turismo) están la raza, la clase, la migración. El feminismo trae discusiones que estaban cercenadas del espacio público.

 

 

Contar en primera persona del plural

Ambiciosas. Crónica de una lucha colectiva es un libro coral que, en 169 páginas suma análisis críticos, documentos, fotografías, y la historia, la valiosa historia del trabajo y el ímpetu de este grupo de fueguinas. Un libro en papel es hoy una rareza, por eso les preguntamos qué las llevo a elegir este formato.

“La historia siempre la escriben los varones. Y la historia de nuestra lucha no la iban a contar ellos, con su versión. La íbamos a documentar nosotras. Y queríamos que quedara un registro físico de lo que había pasado. Porque nos parecía que tomar la palabra era también tomar la palabra escrita, y poder contar lo que habíamos hecho le podía acortar el camino a otras compañeras”, resume Fabiana.

También, dirán, porque el libro físico es un objeto de intercambio, un regalo, una presencia. Se lleva a los encuentros, se entrega a une diputade que se quiere sensibilizar, se manda a la prensa. Esto último resalta Constanza, con la idea de la creación de redes, que habilitó la conversación con periodistas y la presencia en medios nacionales.

Laura suma también que importaba hacer un registro de los feminismos australes. “La historia de las paritaristas del extremo sur de la Patagonia argentina”, como dicen en las palabras finales de Ambiciosas ella y Ayelén Martínez.

Como el logo del Fondo de Mujeres del Sur está estampado en su contratapa, nos animamos a preguntar qué les habilitó nuestro apoyo. “Fue el cambio del ostracismo a la posibilidad de ganar agenda pública. Fue una diferencia sustancial: pasamos de circular información en un grupo de militantes a socializar la información masivamente. El contacto personal, el tiempo, poder pagar por el trabajo, todo eso pudimos hacerlo con recursos”, cuentan.

Para terminar estas páginas, citamos un fragmento de las palabras finales de Ambiciosas, útiles de recordar en tiempos de pérdida. “Nos preguntamos ¿de qué están hechos los derechos?, y al repasar las páginas escritas, la respuesta se hizo evidente: están hechos de historias que empezaron otras brujas y continuaron sus hijas, y después sus nietas; están hechos de organización, de insistencias, de sororidad y de construcción colectiva”, también acá, en el fin del mundo.

Para conocer más sobre la lucha de las paritaristas:

Fuente: https:www.mujeresdelsur.org

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