Maravillas de este siglo Pobres provincianos

María Rosa Beltramo   Vaya a saber por qué, aunque el país tiene 27 millones de pobres, cada vez que hay que hablar de ellos salen a buscarlos por las provincias. La tele porteña podría acudir a cualquiera de los desposeídos que suelen arrimar dolores y pedidos a su mesa de entradas, pero por esas… Leer más »

María Rosa Beltramo

María Rosa Beltramo

 

Vaya a saber por qué, aunque el país tiene 27 millones de pobres, cada vez que hay que hablar de ellos salen a buscarlos por las provincias.

La tele porteña podría acudir a cualquiera de los desposeídos que suelen arrimar dolores y pedidos a su mesa de entradas, pero por esas cosas raras de la vida, si se trata de generar impacto, la pobreza se escribe con «P» de provincia.

Y de la extendida geografía nacional, la que siempre está disponible para sensibilizar a la audiencia es Chaco que a estos fines forma parte de lo que se etiqueta como “interior profundo” a diferencia del interior a secas que suele describir a las capitales de provincia.

Cuando un comentarista se declara descorazonado por la situación del país aparecen en su discurso “los niños del Chaco”.

El enfrentamiento entre el puerto y el interior que reavivó hasta la exasperación la administración de Javier Milei no es un asunto nuevo ni depende estrictamente de cuestiones ideológicas.

Representantes del más rancio conservadurismo, integrantes de partidos tradicionales y progresistas de todas las épocas tienen formas coincidentes de pensar el país y registrar sus problemas, de acuerdo al lugar que habitan.

La tele es una vidriera en la que se exhibe con cierta impudicia una división que tiene raigambre histórica y se manifiesta en cuestiones trascendentes y también en las más insignes tonterías.

Los encargados de difundirlas pueden ser gente de tierra adentro que trabaja en la capital pero la cercanía del obelisco les condiciona la mirada.

Lo de «los niños pobres del Chaco» es una referencia permanente que interpela a todos.

Las provincias tienen límites precisos. La nación, en cambio, es un concepto más abstracto. Los medios metropolitanos se autoperciben como integrantes de la nación. Los demás son provincianos.

El litio es un recurso nacional. No de Jujuy, Catamarca o Salta.Y el petróleo es argentino. Se extrae en Chubut, Mendoza, Neuquén y Santa Cruz, dato que únicamente merece comentarse si surge alguna discusión por regalías. La pobreza, en cambio, es casi siempre chaqueña.

En ocasiones puede ser santiagueña; sobre todo cuando se juega algún partido en el estadio Madre de Ciudades. De manera automática aparecen algunas de esas eminencias grises que proponen demolerlo en defensa de los pobres .

Pueden ignorar las dificultades de la población nativa todo el año, pero basta que aparezca la silueta característica de la cancha para que se acuerden de los pobres.

La villa 31 no para de crecer pero, gracias a Dios, no se les ha ocurrido dinamitar el Colón -que también se hizo y funciona con dinero estatal-porque lo consideren una afrenta para los pobres niños porteños.

Nunca se sabe si es porque en Buenos Aires está claro que el hambre no está vinculado a la apertura de la temporada lírica o porque los chaqueños tienen algo en el ADN que los convierte en los pobres perfectos, vistos desde Corrientes y Esmeralda.

Fuente: cadena3

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