Todo terminó como venía adelantándose en el día de ayer en la comisión que trató la conflictiva “reforma previsional” que propone el Gobierno. Y el principal indicio de lo que hoy iba a suceder lo dieron los propios diputados, oficialistas y opositores, que terminaron a los golpes y empujones en el anexo del Congreso de la Nación. Imagen de dio la vuelta al mundo.
A pesar de todo, Cambiemos insistió en llevar el tratamiento de la ley a Diputados e intenter tratarla de manera urgente y en primer término. Pero todo se desbandó. La gendarmería copó la Ciudad y cercó el Congreso. A metros, miles de manifestantes movilizados en repudio a la reforma. Y pasó lo que se suponía que iba pasar.
Antes de comenzar la sesión de los legisladores, en las calles comenzaron los desmanes. Las fuerzas de seguridad comenzaron a lanzar gases y dispara con balas de goma contra cualquiera que estuviera en frente suyo. No importaba si era manifestante, periodista o un diputado.
Los desmanes llegaron a un nivel que luego de que los diputados opositores se levantaran para suspender la sesión, la aliada de Cambiemos, Elisa Carrió le pidió al presidente de la Cámara, Emilio Monzó, que diera por levantada la sesión. Igualmente, los desmanes continuaron y, parecería, continuarán.