Golpeadas por la recesión y el tarifazo, el gobierno impulsa medidas para apuntalarlas:Las PyMEs en situación crítica

Lun 05/09/16 .-En Argentina, las pequeñas y medianas empresas son de gran relevancia para la economía ya que representan, según los datos oficiales, un98% del total de firmas y emplean al 75% de la población económicamente activa.Por este motivo, resulta muy importante monitorear la situación que están atravesando.

Las medidas que tomó el gobierno durante los primeros meses de gestión afectaron negativamente la actividad en general afectando en mayor medida a las PyMEs. A la devaluación y el aumento de los combustibles, se sumó el tarifazo: si bien la Corte falló para revertir la suba del gas, esta medida no incluye a las PyMEs (sólo a los usuarios residenciales), por lo que las alzas llegaron hasta 500 impactando negativamente en el margen de rentabilidad de las firmas.

También impacto en sus costos el fuerte incremento de los alquileres. A diferencia de las grandes empresas, muchas PyMEs no poseen locales propios y deben afrontar plenamente dicho aumento de costos.

El impacto de estas medidas se potenció en un contexto de fuerte caída de la demanda interna. La aceleración de la inflación generó un efecto negativo sobre los ingresos reales de las familias, mientras que la fragilidad laboral provocó potenció retracción del consumo, reduciendo las ventas de bienes y servicios. Si bien esto también afecta a las grandes empresas, la contracción de las ventas de las PyMEs ha sido más aguda y su capacidad para hacer frente a contextos recesivos y de deterioro de la rentabilidad es menor.

A estas cuestiones se suma el encarecimiento del crédito, tras la suba de tasas de interés en pesos por parte del BCRA: el financiamiento caro en medio de un escenario de fragilidad económica como la actual implicó otro dolor de cabeza para las PyMEs. A esto se le suma el estiramiento de la cadena de pagos que generó problemas de liquidez. Por último, la elevada presión fiscal (nacional, provincial y municipal) heredada del gobierno anterior resulta asfixiante para muchas de estas empresas.

¿Qué cambió para las PyMEs en los últimos meses?

Las políticas que desde comienzo de año llevó adelante el gobierno para corregir los desequilibrios macroeconómicos tuvieron un impacto negativo que afectó en mayor medida a los sectores más vulnerables. Dentro del universo de las empresas, la situación de las PyMEs es particularmente preocupante.

Según la Fundación Observatorio PyME, las cantidades vendidas por parte de las pequeñas y medianas empresas industriales cayeron 9% i.a. en el segundo trimestre del año, tras haber bajado 2% i.a. en los primeros tres meses del año. En promedio, la merma de la producción de la PyME´s industriales durante el primer semestre fue de 6% i.a., superior a la retracción observada en la industria en su conjunto: según el Estimador Mensual Industrial del Indec, la caída fue de 4% i.a. en los primeros seis meses. Asimismo, la cantidad de obreros ocupados por las mismas registró descensos de 2%i.a. en el segundo trimestre.

El deterioro se profundizó en julio: según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) la producción de las pequeñas y medianas empresas industriales bajó un 8% i.a., acumulando diez meses consecutivos de caída. Además, un 70% de empresas registró bajas interanuales en su producción en julio y el 40% finalizó el mes con pérdidas.

Vale destacar además, que según Kantar Worldpanel el consumo masivo cayó 4% i.a. en el primer semestre del año pero la caída fue más marcada en el canal almacenes (-7% i.a.) asociado a pequeños comercios. El autoservicio (medianos comercios) cayó 4%  en línea con el descenso del consumo masivo.

Frente a este escenario, el gobierno lanzó una serie de medidas tendientes a mejorar el entorno de las PyMEs. Por caso, ya en marzo el Ministerio de Producción anunció créditos por un monto de $ 340 millones, otorgados a través del Fondo Nacional de Desarrollo para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (FONAPyME) para sectores de producción estratégica, fortalecimiento competitivo y eficiencia energética. Asimismo, entre mayo y junio el Banco Central amplió la Línea de Crédito para la Inversión Productiva (LICIP) dirigida a PyMEs creada durante el kirchnerismo, a la vez que otorgó nuevos créditos a tasa subsidiada, a través del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).

En abril el gobierno continuó aplicando medidas para ampliar las herramientas de financiamiento, y aumentó a $ 100 millones el límite para la emisión de obligaciones negociables de las PyMEs, mientras que en el mismo mes la AFIP anunció la flexibilización de los topes para los planes de facilidades de pago accesibles para aquéllas que presentasen deudas con el organismo, de manera de aliviar su carga impositiva.

Por otra parte, en julio, teniendo en cuenta el proceso inflacionario existente en la Argentina, la Comisión Nacional de Valores (CNV) decidió actualizar el monto nominal de facturación para considerar a una empresa como micro, pequeña o mediana (tramos 1 y 2), duplicando los que regían hasta entonces, de manera de ampliar el universo de empresas beneficiadas y potenciar el alcance de las políticas.

No obstante, la medida más destacada se aprobó en julio, cuando el Congreso aprobó la ley de fomento a las PyMEs, un paquete de políticas principalmente tributarias, destinadas a fortalecer el entorno de las mismas y reducirles la carga impositiva.

Dentro de las medidas que incluye dicha ley, destaca el incremento de un 50% en la suma máxima otorgada desde el gobierno a las empresas en situación crítica por cada trabajador, a través del Programa de Recuperación Productiva (REPRO). Es decir que, en total el monto máximo concedido desde el Estado a las empresas en problemas pasará a ser de alrededor de $ 9.000 por empleado. De esta forma, el gobierno busca apoyar a aquellas empresas que tengan dificultades para hacer frente al pago de salarios y contribuciones, sosteniendo el nivel de empleo y evitando despidos.

Además, la ley PyME estipula el alargamiento de plazos para efectuar el pago del IVA y la eliminación de la Ganancia Mínima Presunta (GMP). En primer lugar, las PyMEs podrán pagar el IVA a los noventa días de facturado, lo cual resulta una medida sumamente útil en un contexto en que la cadena de pagos se estira. Asimismo, se establece también el pago a cuenta de Ganancias del Impuesto a los Créditos y Débitos (Impuesto al Cheque), lo que propicia la bancarización y las actividades registradas, a la vez que reduce el costo de operación, factor que compensa parcialmente el incremento general de las tasas de interés.

Por último, la eliminación de la GMP a la PyME´s entrará en vigencia en 2017, lo que resulta importante en materia de reducción de la presión tributaria para el año entrante, ya que dicho impuesto es independiente de la caída de las ventas (se impone sobre el stock de bienes en lugar del flujo).

En esta misma línea se destaca la normativa que obliga a aseguradoras a invertir en cheques de pago diferido, para dar volumen a ese mercado, bajando el costo del crédito y mejorando el acceso a un instrumento definanciamiento utilizado por las PyMEs. La ley también ofrece, para aquellas empresas que realicen inversiones productivas, la posibilidad de convertir el crédito fiscal en un bono para cancelar tributos nacionales y estabilidad fiscal (es decir que no podrán ver incrementada su carga tributaria total). En complemento, ambas medidas buscan aliviar las cargas que enfrentan las compañías de menor envergadura a la hora de invertir. Vale destacar esta iniciativa, ya que las PyME´s son pilares básicos de la producción y del empleo nacional.

Si la actividad no repunta, las PyMEs seguirán en problemas

Los paliativos que aplicó el gobierno para las PyME´s son útiles en un escenario de deterioro de la demanda interna, caída de los márgenes de rentabilidad (suba de costos) y alargamiento de la cadena de pagos (producto de la recesión).

Medidas que tiendan a aumentar el capital de trabajo y reducir los costos de financiamiento, operación y personal, tal como propone la Ley PyME son positivas, pero el gobierno demoró mucho en su implementación. Muchas de estas firmas ya se encuentran en una situación comprometida (durante el segundo trimestre del año, se profundizó el deterioro de los primeros meses), y los beneficios van a estar plenamente operativos recién a fines de año.

Más aún, para que las PyME´s puedan superar definitivamente esta coyuntura adversa se necesita que la economía argentina y en particular el mercado interno recuperen dinamismo. Las medidas oficiales pueden morigerar parte de los impactos negativos de la recesión pero no alcanzan para hacer florecer a estas empresas que son la clave del empleo tanto en nuestro país y como en el mundo.

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