Más de un kirchnerista acérrimo se debe haber frotado las manos cuando vio el resultado con el que se convirtió en ley la expropiación de la exCiccone. Por más que la oposición se descargó con todo contra el Gobierno durante el debate, y hasta muchos de los que votaron en contra también lo hicieron, a la hora votar el kirchnerismo estuvo cerca de lograr los dos tercios de los presentes en la Cámara baja.
Miremos el resultado: 145 votos a favor, 78 en contra, 4 abstenciones, dan como resultado un triunfo K por casi el 64 por ciento. A dos puntos de los dos tercios de los presentes. Obvio que los opositores que votaron por la afirmativa no harían lo mismo con una reforma constitucional, pero el resultado no deja de avivar las mentes más entusiastas del kirchnerismo.
La distancia numérica entre oficialismo y oposición es importante desde el 10 de diciembre pasado, pero a eso hay que sumar la disciplina de sus miembros: a la hora de las sesiones, están cuando hay que dar quórum, y si bien no todos hablan, a la hora de votar… alcanza con ver los resultados.
Pareciera ser que la orden clara emanada desde la plana mayor K es que no dejar que una victoria se vea menguada por razones innecesarias.
En el caso de la oposición, no se observa en lo más mínimo semejante disciplina.
Veintinueve fueron los ausentes a la hora de votar la expropiación de Ciccone, de acuerdo con los registros de la Cámara de Diputados de la Nación. Según pudo verificar parlamentario.com, la mayor cantidad correspondió al Frente Peronista que conduce Enrique Thomas. De 21 integrantes, faltaron 8 cuando la votación, lo que representa un 38 por ciento.
Según sostuvo gente del equipo de la diputada denarvaísta Natalia Gambaro, ella estaba presente a la hora de votar y lo hizo en contra. Pero la aclaración formulada a parlamentario.com el jueves pasado no fue consignada por las autoridades de la Cámara, que no hicieron corrección alguna, por lo que en las planillas sigue figurando ausente.
El 25 por ciento de los integrantes del bloque radical no estuvo presente cuando el tablero marcó el resultado de la votación sobre Ciccone. Diez sobre 40 diputados, muchos de ellos que habían hablado durante la sesión, no estuvieron a la hora de votar.
El Frente Amplio Progresista funciona como un interbloque. Faltaron una socialista, uno diputado del Gen, otro de Unidad Popular y uno del Frente Cívico. Total, 4 ausencias sobre 22 miembros: 18 por ciento.
Similar porcentaje corresponde al Pro, que cuenta con once miembros en la Cámara baja y faltaron dos a la hora de votar: 18 por ciento.
Faltaron también un diputado del MPN, José Brillo, que hubiera votado a favor, y Marcela Rodríguez, del monobloque Democracia Igualitaria y Participativa, que lo hubiera hecho en contra.
Pero en el oficialismo apenas se registraron tres ausencias: los cegetistas Facundo Moyano y Francisco Plaini y Mabel Müller. Apenas 3 de un bloque de 116. Esto representa apenas el 2 por ciento de los integrantes del bloque kirchnerista.
¿Cuánto hubiera cambiado si los que votaban en contra hubieran estado presentes a la hora de la verdad? La ley se hubiera aprobado, tal cual se sabía desde que el PEN la mandó, pero los 67 votos de diferencia hubieran trocado por 42, y la oposición hubiera pasado el centenar de votos.
Teniendo en cuenta que Claudio Lozano se hubiera abstenido al igual que su bloque y que el juecista Ernesto Martínez lo hubiera hecho a favor -en su discurso así lo anticipó, aunque con fuertes críticas a Amado Boudou, al que tildó de “pirata del asfalto”-, el resultado hubiera sido 145 a 101, y suponiendo ausentes a ambos, el porcentaje de la victoria kirchnerista se hubiera reducido al 58 por ciento.
