La construcción se recupera a un ritmo moderado

Según nuestras estimaciones, la construcción cayó 7% en 2009. La merma se concentró entre el cuarto trimestre de 2008 y el tercer trimestre del año pasado. En esos doce meses la caída acumulada llegó a 9,6%. El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) que elabora el INDEC también registró una contracción en 2009 (-1,9% i.a.), pero ésta se ubica muy por debajo de nuestras estimaciones. Diversos elementos permiten ver que la caída fue mayor a lo que informan las estadísticas públicas. Por caso, los despachos de cemento retrocedieron 5% en 2009 y el Índice Construya 10,8%.

También cayó el empleo registrado (-12,3% en promedio), la cantidad de empresas en el sector (-13%) y la superficie permisada (-15% i.a.).
 Pese a que la caída anual luce abultada, “sólo” amplificó la retracción del PBI 1,8 veces, mientras que durante la recesión de 1999-2002 esta relación llegó a 3,2 veces.
 La moderación en la retracción de la construcción se debió en parte al rol estabilizador de la obra pública. El gasto de inversión real directa y transferencias de capital se expandió 37% en términos reales el año pasado.
 A diferencia de otras economías del mundo, el impacto directo de la crisis de las hipotecas sub-prime fue menor. Los precios de las viviendas casi no se modificaron y el efecto del canal crediticio sobre la actividad fue acotado debido al reducido tamaño del sistema financiero local y de los préstamos hipotecarios.
 Si bien diversos indicadores del sector reflejan una importante mejoría respecto de los deprimidos niveles de actividad de fines de 2008 y principios de 2009, en los últimos meses se observa cierto estancamiento en términos desestacionalizados.
 Además, los permisos de edificación se están recuperando muy gradualmente y se encuentran muy por debajo de los niveles récord. Por otra parte, la encuesta cualitativa del sector arrojó un moderado optimismo para 2010: la mayoría de los encuestados no espera mayores cambios en la actividad.
 Estos indicadores muestran que la recuperación de la construcción efectivamente no es muy dinámica.
 A futuro se suman dos factores positivos que impulsarán la actividad. Primero, hay muy pocos activos cuya rentabilidad supere la inflación real y la cosecha récord permitirá que una parte de los excedentes generados vaya a ladrillos.
 El principal condicionante del sector, sigue siendo la incertidumbre. Esta exacerba el cortoplacismo de los negocios y la fuga de capitales y desalienta la concreción de proyectos de inversión. Además, la obra pública no sería tan dinámica como el año pasado.

La construcción en 2009

En el informe pasado destacamos que luego de seis años de crecimiento consecutivo la actividad económica cayó 3,8% en 2009. En éste, nos centraremos en la situación actual y en las perspectivas de uno de los sectores más afectados por la reversión del ciclo económico: la construcción.
Según nuestras estimaciones la actividad del sector cayó 7% en 2009. La retracción se concentró entre el cuarto trimestre de 2008 y el tercer trimestre del año pasado. En esos doce meses la caída acumuló 9,6%.

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) que elabora el INDEC también registró una contracción en 2009 (-1,9% i.a.), pero ésta se ubica muy por debajo de nuestras estimaciones.
Existen diversos elementos que permiten comprobar que la caída fue mayor a la reflejada en las estadísticas públicas. Un primer indicio surge de la evolución de los principales indicadores privados. En particular, los despachos de cemento (-5% i.a.) y el índice Construya (-10,8% i.a.) sintieron fuertemente el impacto de la recesión.
Por otra parte, las retracciones evidenciadas en el empleo registrado (-12,3% i.a. en promedio), en la cantidad de empresas en el sector (-13% i.a.) y en la superficie permisada (-15% i.a.) también sugieren que la caída en la construcción en 2009 fue mayor a la informada oficialmente.
Pese a que la retracción del sector luce abultada, cabe destar que amplificó la retracción del PBI en 1,8 veces, mientras que durante la recesión de 1999-2002 esta relación llegó a 3,2 veces. Más aún, el retroceso de la actividad del sector estuvo en línea con la baja del PBI bienes, mientras que en la anterior contracción el ratio fue 2,3.
La mayor moderación del impacto de la crisis sobre el sector en comparación con otros episodios se debió en parte al rol estabilizador de la obra pública. El gasto en inversión real directa y transferencias de capital se expandió 37% en términos reales el año pasado.
A diferencia de otras economías del mundo, también fue menor el impacto directo de la crisis de las hipotecas sub-prime. Los precios de las viviendas casi no se modificaron y el efecto del canal crediticio sobre la actividad fue acotado debido al reducido tamaño del sistema financiero local, y de los préstamos hipotecarios en particular. Es más el “boom” que se registró en el sector tras la devaluación estuvo motorizado casi exclusivamente por recursos propios. El financiamiento hipotecario ha estado prácticamente ausente.
En el país, en cambio, la caída en la construcción respondió al freno en los niveles de actividad económica, la fuga de capitales, y la elevada incertidumbre. Todos estos factores se combinaron y potenciaron a fines de 2008.
Sin un peso preponderante del crédito, la recesión redujo los excedentes para destinar a la construcción. Peor aún, la feroz sequía desplomó los ingresos agropecuarios que se destinan, en parte, a comparar inmuebles. Por último, la mayor incertidumbre exacerbó la dolarización de portafolios en detrimento de la inversión en ladrillo.
Además, la caída en los ingresos reales de las familias acentuó el deterioro de la relación salarios/inmuebles, dado que en dólares el valor de las propiedades no cayó en 2009. La menor cantidad de transacciones inmobiliarias –las escrituras en la ciudad de Buenos Aires cayeron 25%- también afectó negativamente el desarrollo de nuevos emprendimientos.
Si bien la construcción comenzó a crecer en términos interanuales a fines del año pasado, desde el segundo trimestre de 2009, gracias a la estabilización de la economía (local e internacional), se observa una desaceleración de la caída. El freno de la fuga de capitales y la mejora en las expectativas observados a fines de año, consolidaron la recuperación del sector.

Perspectivas para 2010

La recuperación de los últimos meses alcanza a todas las actividades, aunque se observa un dinamismo dispar entre las diversas ramas. En este sentido, la construcción se está recobrando pero a un ritmo lento.
Si bien diversos indicadores del sector reflejan una importante mejoría respecto de los deprimidos niveles de actividad de fines de 2008 y principios de 2009, en los últimos meses se registra cierto estancamiento en términos desestacionalizados. Además, como se observa en el gráfico los niveles de actividad se encuentra por debajo de los pre-crisis.

Asimismo, los permisos de edificación -que reflejan el inicio de nuevos proyectos-, se están recuperando muy gradualmente y se encuentran muy por debajo de los niveles récord de 2007-2008. Por caso, en enero 2010 la superficie total autorizada creció 9,1% i.a. pero cayó 28% respecto del primer mes de 2008 ubicándose incluso por debajo de los niveles de enero de 2007 y 2006.
Cabe destacar, que la encuesta cualitativa que realiza el INDEC para el sector arrojó un moderado optimismo para 2010. De hecho, la mayoría de los encuestados respondió que no espera mayores cambios en la actividad. Como se observa en la tabla, las perspectivas de los empresarios ligados a la obra pública son más pesimistas que aquellos que dependen de la obra privada.

Todos estos indicadores muestran que la recuperación de la construcción efectivamente no es muy dinámica. No obstante, a la hora de trazar las perspectivas del sector para este año también hay que sopesar los riesgos y oportunidades del sector.
A futuro se suman dos factores positivos que impulsarán la actividad. Primero, hay muy pocos activos cuya rentabilidad supere la inflación real, por lo que la inversión edilicia es una alternativa atractiva a la hora de resguardar ahorros.
Además, la cosecha récord permitirá que una parte de los dólares generados vayan a ladrillos. La proporción de fondos que se canalizan hacia al sector será menor que otros años puesto que los productores agrícolas primero tienen que pagar deudas o cubrir pérdidas de la mala campaña de 2009 (por la sequía). Luego, es probable que reinviertan una parte de las utilidades y, por último, ahorren esos fondos.
El principal condicionante del sector, sigue siendo la incertidumbre. Esta exacerba el cortoplacismo de los negocios y la fuga de capitales y desalienta la concreción de proyectos de inversión. A esto se le suma que los márgenes de rentabilidad ya no son tan elevados como lo fueron los primeros años post convertibilidad y los costos crecerán significativamente este año.
Un punto importante a monitorear es lo que suceda con la obra pública. Como comentamos inicialmente, el gasto de capital morigeró la caída de la construcción en 2009. El problema es que paralelamente, el resultado fiscal sufrió un fuerte deterioro por lo que esperamos que la obra pública sea menos dinámica este año.
En suma, la construcción crecerá en 2010 pero con menor intensidad que las demás actividades. Esto significa que no alcanzará los niveles de 2008. De hecho, tras caer 7% el año pasado, esperamos un incremento en torno de 5%.

Fuente:Ecolatina especial para La Lcuadora.

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