Rio Grande- Estas fotografías que ilustran estos comentarios fueron tomadas la semana pasada por Gustavo Lorda, bajo una pertinaz lluvia a 20 cuadras del centro de la ciudad, en los terrenos ubicados detras de la sede de la Asociación Rural de Tierra del Fuego.
Allí en una de las dos o tres casillas que se salvaron de la topadora enviada por alguien que aun no dio la cara y abandonados por todo estamento publico sobreviven estas criaturas y sus padres, abandonados a su suerte.
Frio, mala alimentación, sin servicios, sin agua, sin cloacas, sin siquiera una canilla,los chicos pagan las culpas de los adultos que no entienden que son solamente eso, niños, que no son delincuentes, que su único mal es haber nacido en un hogar humilde.
Pero esto no esta en la agenda de quienes detentan el poder de decisión y no importa como haran para sobrevivir al invierno que se acerca, que enfermedades contraigan, hoy todo se centra en las campañas políticas, la foto, el abrazo, al entrega de la máquina de cocer o cosas por el estilo, el futuro de estos niños no esta en la discusión.
Esto no es Namibia, ni Ginea, ni Salvador o una fabela brasileña, es Rio Grande Tierra del Fuego.
Una realidad que nos duele a muchos y otros ignoran
Las fotografías que se publican en este informe fueron tomadas por Gustavo Lorda y muestran, como ya lo hemos hecho en otras oportunidades una realidad de una crudeza brutal, semejante a paises como Congo, Nueva Guinea, fabelas de Brasil o estados aun mas desarrollados. Sin embargo estos niños viven en la margen sur del Rio Grande a 20 cuadras del centro de la ciudad, en las peores condiciones, sin ningún tipo de servicio, sin ninguna ayuda. A pesar de esto, muchos optan por no mostrarlo, por no contarlo, y hasta disfrazarlo para justificar lo injustificable. Esto tambien es Tierra del Fuego, esto esta fuera de la agenda electoral, fuera de las campañas, fuera de la camara, fuera de nuestra consciencia, alguien dijo alguna vez, los niños primero, parece que aquí alguien se lo olvido. Nuestro agradecimiento a carolina Boldrini y a Gustavo Lorda por el material fotográfico.
