Lo hicieron durante una confrerencia de prensa conjunta en la que se dedicaron fuertes elogios. Pero en ese escenario, Kirchner envió un mensaje al empresariado con quien antes se había cruzado duro: sostuvo que los aumentos de tarifas se darán de manera paulatina. Minutos antes, el presidente español reafirmaba la voluntad de su país de seguir invirtiendo en la Argentina.
De esta manera, inversiones y tarifas se convirtieron en dos de los ejes de la agenda de la gira que Kirchner realiza en Madrid y que lo tendrá en España hasta el próximo sábado.
En tiempo y forma. “La situación de los contratos de las privatizadas se va a ir resolviendo en tiempo y forma, de manera paulatina. La mayoría de los aumentos ya tiene aprobación del Congreso. Pero el Gobierno debe darle equilibrio a este tipo de políticas y coordinar la relación entre el costo y el servicio [de las empresas] para avanzar con seriedad”, aseguró Kirchner ante una pregunta periodística.
Además, manifestó su confianza en que aumenten las inversiones ibéricas en el país, destacó el mejoramiento de su relación con el empresariado local y volvió a agradecer la ayuda del gobierno español durante la crisis de 2001.
«Tengo muchas esperanzas de que se profundicen las inversiones y sabemos que así va a ser», sostuvo. En este marco, recordó que las empresas con capitales en el país enfrentan «expectativas de rentabilidad muy interesantes» y agregó que «se han resuelto muchos problemas» de la relación entre el empresariado local y el Estado argentino.
Unas horas antes, Kirchner había protagonizado un fuerte cruce justamente con ese sector a quien después halagó públicamente.
Fue durante el almuerzo que le ofreció el titular del Consejo Superior de Cámaras, Javier Gómez-Navarro.
Allí Kirchner optó, de manera imprevista, por contestarle al discurso de bienvenida del propio Gómez-Navarro que tras elogiar al Presidente y su gestión, destacó que en el «gran esfuerzo inversor» de su país «han surgido algunos problemas relativos a la actualización de los servicios públicos y sus costes».
Tras esas palabras, el mandatario argentino pidió el micrófono y le reclamó a los ejecutivos un ejercicio de «autocrítica». Los cuestionó con dureza por haber invertido en los años 90 cuando la “imprevisibilidad” era mucho mayor que ahora, según evaluó.
«España invirtió en los años 90 grandes sumas de capital. No existe mayor imprevisibilidad que en ese momento [por la década pasada]. Ustedes sabían que había un gran déficit fiscal y que la paridad se mantenía por el endeudamiento. Mi primera pregunta es ¿Cómo hoy se habla de seguridad de inversión en Argentina cuando el contexto macro y el funcionamiento interno es altamente previsible?», les advirtió el Presidente.
«Relación excelente». Pero en la conferencia y junto a Zapatero, Kirchner planteó un paralelo en la relación con el empresario ahora con respecto a la visita a España en 2003. «Si comparamos con mi primera visita, la relación es excelente. He tenido conversaciones francas sobre la voluntad [de los ejecutivos] de aportar al crecimiento», indicó.
Agradecido. Fue después de esas palabras conciliadoras que el primer mandatario volvió a agradecer el apoyo a los argentinos que emigraron a España tras la crisis de 2001.
Deuda. Dijo que España fue «casi el único país» que asistió económicamente a la Argentina en aquel momento con un gesto que calificó como «loable» y ratificó que se pagará la deuda de alrededor de 900 millones que la Argentina contrajo entonces.
Agregó que el tema «está en manos» de los ministros de Economía de ambos países y que «en las próximas semanas» habrá definiciones sobre cómo se concretará el pago.
Elogios y respaldo. Rodríguez Zapatero, por su parte, ratificó que su país seguirá invirtiendo en la Argentina, en un mensaje cargado de elogios a su par argentino.
Con un fuerte respaldo, el líder socialista sostuvo que “la Argentina ha vuelto y ya no se va a ir nunca”, en referencia a la salida de la crisis que azotó al país.
Rodríguez Zapatero ratificó que seguirán y crecerán las inversiones españolas en la Argentina. “Estamos convocados a abrir una etapa nueva en la relación donde se sumen nuevas iniciativas en el ámbito bilateral, tanto político como económico y cultural, lo que va a marcar el rumbo de ambos países”, sostuvo.
Fin de la crisis. Zapatero esgrimió también un balance sobre la salida de la crisis de la Argentina, en sintonía con las palabras de ayer del rey Juan Carlos I. “La Argentina ha vuelto y ya no se va a ir nunca”, aseguró el presidente español.
El reclamo de aumento de tarifas de los empresarios con compañías en el país necesita justamente de esas palabras que marquen el fin de la crisis nacional.
Derechos humanos. Rodríguez Zapatero dedicó gran parte de su discurso a repartir elogios hacia la política de derechos humanos implementada por Kirchner. Agradeció “la creación de la unidad especial de investigación por casos de españoles desaparecidos en la Argentina” y llamó al mandatario nacional como “ejemplo” y “baluarte” para toda América latina.