Fue el primer movimiento político concreto del ex ministro de Economía, que durante el encuentro dijo que “el país necesita una alternativa” para las próximas elecciones. No aclaró si será candidato, porque su estrategia es no hacerlo durante este año. Quiere evitar que la campaña se adelante, con lo que su figura quedaría expuesta a un desgaste mayor.
La reunión se realizó en un piso del hotel Sheraton de Retiro. Estuvieron los diputados peronistas que integran el grupo “El general”: Jorge Sarghini, Juan José Alvarez, Francisco de Narváez y Eduardo Camaño. Por el radicalismo participaron el presidente del comité nacional, Roberto Iglesias; su antecesor Angel Rozas; los jefes de los bloques legislativos, Fernando Chironi (diputados) y Ernesto Sanz (senadores), y el presidente de la convención nacional, Adolfo Stubrin.
LA NACION habló con la mayoría de los protagonistas en el lobby del hotel. El resultado más relevante del encuentro fue que Lavagna, los legisladores peronistas y los dirigentes radicales quedaron en volver a encontrarse. El ex ministro pidió, además, ideas y proyectos porque está convencido de que se deben discutir cuestiones de orden programático y no sólo electoral.
El concepto que más se repitió durante la extensa conversación refiere a la necesidad de encarar la construcción de una «etapa superadora» en la Argentina.
«Nos dijo que él puede tener un protagonismo importante en la Argentina, pero hasta la candidatura hay un trecho», afirmó cauteloso el senador Sanz.
«Está ojeando»
«¿Usted sabe jugar al truco?», preguntó a LA NACION otro de los radicales participantes, mientras buscaba ansioso a su chofer. «Bueno, se lo digo así: Lavagna está ojeando. Pero tenga algo claro: cuando uno ojea se tiene que sentar a jugar», afirmó el dirigente. Así explicó su impresión de que el ex ministro ya tomó su decisión de enfrentarse en las urnas al proyecto para 2007 que liderará, sea candidato o no, el presidente Néstor Kirchner.
Lo mismo creen los dirigentes del PJ, pero aclararon dos cuestiones: su apoyo a Lavagna es a título personal y no en nombre del bloque Justicialismo Nacional (allí reportan también menemistas y seguidores de Adolfo Rodríguez Saá), y que el ex presidente Eduardo Duhalde no está detrás de la candidatura del ex ministro.
Todos coincidieron en que el discurso privado del ex funcionario es casi calcado del que pronuncia en público. Lo único que se permitió contar en privado es que recibe muchas llamadas desde que mostró sus diferencias con el Gobierno. Además, planteó sus dudas acerca del año próximo.
Pasadas las 18, Lavagna se abrochó el sobretodo y se fue del hotel rápidamente. Se sonrió, sorprendido, cuando la cronista de LA NACION le preguntó por la reunión. Hasta ese momento había sido el primer encuentro político reservado. Se excusó porque estaba apurado y no quiso decir nada.
Su plan de ahora en adelante es medir sus apariciones públicas. Pero hay algo que tiene decidido: mantener sus cuestionamientos sobre algunos aspectos del gobierno que integró por casi tres años. Cree que ahora deberá seguir enfrentando una ofensiva desde la Casa Rosada; ayer el Presidente volvió a criticarlo públicamente sin nombrarlo.
«Lavagna tiene las mismas diferencias con el Gobierno que nosotros, que venimos criticando el pensamiento hegemónico y la falta de políticas de Estado a largo plazo», señaló Iglesias a LA NACION.
Los dirigentes radicales se fueron satisfechos después del encuentro. Fue un gesto valorado por ellos que el ex ministro quisiera hablar cara a cara con quienes manejan el partido.
Un rato después de la reunión, el ex presidente Raúl Alfonsín volvió a apuntalar la candidatura del ex funcionario de Kirchner. Dijo que Lavagna es la «figura precisa» para encabezar una candidatura presidencial en 2007 y lo elogió: «Fue fundamental para la recuperación económica».
Lavagna ya se había reunido con los dirigentes del PJ cuando le pidió a Sarghini un encuentro para empezar a analizar el futuro.
«En función de la historia que nos une y de las coincidencias sobre el futuro es que comenzamos a pensar en que Lavagna puede encabezar una alternativa», dijo ayer uno de los ex duhaldistas. De ahora en adelante, el grupo «El General» seguirá muy de cerca los movimientos del ex funcionario con la intención de sumar otros sectores al eventual frente electoral para el año que viene.
La reunión de ayer también fue organizada por el ex ministro de Economía, que acordó con Iglesias el encuentro ampliado unos días antes.
Hubo masas, té y café. El clima fue distendido. Sobre el final se dijo que, a medida que «crezcan las coincidencias de ideas», el proyecto irá tomando forma. Hasta ahí llegaron.
Ninguno de los presentes quiso decir más de lo necesario porque el objetivo es ir despacio y buscar más adhesiones a la «alternativa» o «etapa superadora» que el ex ministro de Economía pretende encarnar.
Por ahora, sólo lo hará con gestos. Sin demasiadas palabras.
Por Paola Juárez
De la Redacción de LA NACION
Críticas kirchneristas
* El diputado nacional Carlos Kunkel (FPV-Buenos Aires), uno de los representantes del kirchnerismo, acusó ayer a Roberto Lavagna de haber renunciado al Ministerio de Economía cuando «empezaron a escapársele las variables económicas de las manos y no supo controlar la situación». «No supo, no pudo no quiso solucionar el pico inflacionario producido durante la primavera de 2005», dijo. En declaraciones radiales, el legislador consideró que «no es el mejor comienzo» para una candidatura presidencial aparecer «con Terragno como potencial vicepresidente y Alfonsín y Duhalde como respaldos más notorios».