Suspendieron a último momento la cumbre entre Kirchner y Tabaré

No había acuerdo sobre los alcances de la comisión binacional que se formará COLONIA, Uruguay.– Cuando estaba todo listo para la esperada reunión entre Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez, la cumbre entre los presidentes de Uruguay y la Argentina se suspendió hasta “el miércoles o jueves próximo”. La versión oficial: se necesita una semana más para “redactar un documento completo” sobre el conflicto bilateral por las papeleras acusadas de contaminación.

La información que trascendió: la Argentina quería un documento muy preciso para definir los alcances y atribuciones de la comisión técnica; Uruguay no lo aceptó.

Es cierto que no se pusieron de acuerdo. Pero las negociaciones no fracasaron, si bien son delicadas y complejas.

Se debate, en rigor, sobre la comisión técnica que definirá el impacto ambiental de las plantas de pasta celulosa de las empresas Botnia (Finlandia) y ENCE (España), que se instalarán en Fray Bentos. La comisión recomendaría soluciones para que no contaminen. Ello constituye el nudo del conflicto binacional que debían resolver hoy, políticamente, Kirchner y Tabaré, en esta ciudad, desde las 10. Pero el encuentro se canceló, sorpresivamente, anoche, cerca de las 21.

“El documento que iban a firmar mañana (por hoy) era tan breve, genérico y abstracto que era inaceptable para los asambleístas de Gualeguay- chú, que iban a redoblar su protesta. Es muy delicado el tema y ellos están muy duros”, dijo a LA NACION una alta fuente gubernamental.

Los ambientalistas exigen “contaminación cero” y los más duros reclaman que las papeleras se radiquen en otro lugar. “Esta es una postura de máxima”, relativizan cerca de Kirchner. Para el Gobierno, hay que evitar el impacto ambiental; pero las plantas se harán y será en Fray Bentos. El Presidente procuraba definir con mucha precisión los puntos del impacto ambiental sobre los cuales la comisión técnica debía definir y trabajar durante los próximos 90 días luego de que Botnia y ENCE paralizaron sus obras por ese lapso para permitir un acuerdo.

«Qué se hará con los residuos sólidos, los líquidos, qué inversiones hay que hacer para neutralizarla», dijeron a LA NACION fuentes cercanas al jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

«Es un problema de tiempo», explicaron. Los gobiernos deben definir los alcances, atribuciones y tareas de esa comisión de expertos, imparcial e incuestionable, que hará los estudios de impacto ambiental.

Al parecer, el texto que se trabajaba no llegaba a hilar tan fino. Otras fuentes oficiales aseguraron que el gobierno de Uruguay se negó a precisar esos aspectos. «Ellos tienen un problema interno muy grande; los partidos Blanco y Colorado se oponen a ir a fondo», dijo una alta fuente argentina.

De hecho, el presidente Tabaré Vázquez centró su propuesta, anteayer, en un «monitoreo conjunto», lo cual presupone que Uruguay haría las plantas con la tecnología prevista y sin mayor expectativa en mejorarla, a los ojos argentinos. Y esa condición era irritativa para los asambleístas de Gualeguaychú y Colón, de Entre Ríos, que comenzaron a rechazarla ayer por la tarde y que podrían redoblar su protesta y los cortes de ruta, según advirtieron.

Para la Argentina, primero está definir la comisión técnica, sus alcances, el informe de impacto ambiental y determinar el modo de evitarlo o neutralizarlo. Luego, acordaría un monitoreo conjunto.

«Los uruguayos no digieren una consultoría independiente», dicen del lado argentino. «Esto evidencia que son contaminantes y por eso la situación es de difícil salida», dicen fuentes gubernamentales.

«Los uruguayos no querían precisar los aspectos del impacto ambiental porque ello presuponía que hay impacto ambiental. Entonces se tensó», dijo otra fuente allegada a las negociaciones. «De hecho, Uruguay nunca tuvo intenciones de dar información de las plantas», agregó.

«No era conveniente hacer la reunión para tener un fracaso. Hubiera sido un paso atrás», dijo a LA NACION desde Buenos Aires, por teléfono, ese informante.

Por ese motivo, Kirchner pidió postergar la discusión una semana y llegar a la cumbre con un acuerdo más afinado. Vázquez estuvo de acuerdo. Esas conversaciones fueron llevadas durante todo el día de ayer entre los dos interlocutores más activos del conflicto bilateral: Alberto Fernández y su par uruguayo, el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández.

«Nosotros preguntamos si podíamos postergar y Uruguay nos dijo que si hace falta tiempo no hay problema», dijeron en el gobierno argentino.

Sugestivamente el comunicado del gobierno uruguayo informó en esta orilla que la cumbre se suspendió «hasta nuevo aviso» porque las partes «necesitan más tiempo para ajustar detalles del documento conjunto que está en elaboración». Agregó: «Oportunamente informaremos la nueva fecha de la reunión», decía. Desde la Casa Rosada se informó que la reunión se hará el «miércoles o el jueves» de la semana próxima.

En Buenos Aires, Alberto Fernández dijo a LA NACION que «se decidió posponer el encuentro para poder completar la documentación técnica y definir los puntos específicos del peritaje que hará la comisión de técnicos».

Previamente, Alberto Fernández se había reunido durante un par de horas con el canciller Jorge Taiana en Balcarce 50. Recién regresado de Nueva York, Taiana debía fijar con el jefe del Gabinete los nombres de los expertos que propondrá la Argentina.

Por las dudas, en las más altas esferas del Gobierno negaron que la suspensión «haya sido producto de una ruptura en las negociaciones».

En el gobierno uruguayo dejaron trascender que Kirchner se oponía a que las plantas siguieran haciendo obras civiles, más allá de que frenaran las estrictamente técnicas.

Otro interrogante es la composición de la comisión técnica: no se sabe si serán expertos argentinos y uruguayos o si intervendrán especialistas de terceros países.

Por Mariano Obarrio
Enviado especial

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