A pocas horas de que cerca de 7 millones de alumnos, de 6 a 14 años, comiencen el ciclo escolar, los padres deberán destinar el 26% más del presupuesto familiar, en comparación con 2005, para poder cumplir con la canasta escolar.
Si bien la mayoría de los útiles escolares registra aumentos promedio en el orden del 19%, el incremento de este año se explica, principalmente, en la suba de los precios en indumentaria, que incluye uniformes, equipos de gimnasia, sweaters y calzado.
En 2005, un relevamiento realizado por LA NACION en hipermercados, librerías y negocios especializados en ropa escolar situó la canasta escolar en $ 260,52. Hoy, para adquirir los mismos elementos (consignados en la infografía) en los mismos lugares, se necesitan $ 328,27 por alumno. Es decir, casi $ 68 más que, traducido en porcentajes, representa un 26% de incremento.
Las mayores alzas se registran en zapatos, zapatillas e indumentaria deportiva. Otras subas importantes se notan en las populares mochilas con rueditas. Los precios que menos se dispararon fueron los guardapolvos de calidad standard. En los hipermercados, por ejemplo, adquirirlos este año cuesta sólo un peso más, aunque la diferencia es mayor en prendas de más calidad.
«Macarena, por favor, elegí una cartuchera más barata», le rogaba el viernes a la noche una madre a su hija de 11 años en el Carrefour de Salguero y Figueroa Alcorta. La chica estaba empecinada en comprar una de tres pisos, de género y plastificada, que costaba $ 37. La autoridad de la madre dispuso adquirir otra, mucho más simple y pequeña, en oferta, a $15,99.
Angela Equetino, una ama de casa que recorría las góndolas de librería junto a sus tres hijos de 7, 9 y 11 años, se agarraba la cabeza. «Las cajas de hojas familiares y los cuadernos de marca de tapa dura y forrados están carísimos. Me pregunto por qué les exigen que sean de tapa dura», cuestionó y se lamentó por los intereses en las compras en cuotas. «Si dicen que los precios se van a mantener durante el año, por qué recargan tanto», despotricó.
Los acuerdos
«No creo en los acuerdos de precios de los que habla el Gobierno», disparó María, ingeniera de clase media que ya en febrero había comprado en Makro el grueso de los útiles escolares. Esta vez completó «la lista de lo necesario» con cantidades importantes de provisiones, como paquetes de galletitas, dulces y alfajores para que sus hijas tengan con qué entretener el estómago en las jornadas de doble escolaridad.
Patricia Otegui, una psicóloga con hijos en primero y tercer grado, agradeció «la lista de útiles bastante respetuosa» que recibió del colegio. «En música, computación y catequesis nos sugieren que reutilicemos los cuadernos poco usados del año anterior, cosa que haré», dijo. Y añadió: «Lo más duro vendrá esta semana, cuando nos den la lista de los textos escolares, sobre todo los libros de inglés».
Ayer a la mañana, en Unicenter, Mario González, un padre médico y divorciado que asistía a su hijo de 13 años con una larga lista confeccionada por el chico, mostró su pragmatismo. «Voy a comprar sólo lo que me alcance, porque yo tengo sólo un sueldo estatal». Y, rápido, volvió a colocar prolijamente en la góndola el compás de acero inoxidable a $ 23,90 que su hijo Hernán, sigilosamente, había introducido en el carro, aprovechando la distracción de su padre, que conversaba con LA NACION.
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/