Piden investigar si el Riachuelo daña la salud de los vecinos

No existen estudios epidemiológicos sobre los 5 millones de pobladores de la cuenca Matanza- Riachuelo. Más de la mitad no tiene cloacas y más de la tercera parte carece de agua potable.

Gabriel Giubellino. DE LA REDACCION DE CLARIN.
El Riachuelo contamina a la población? Aunque la respuesta parezca obvia, esta pregunta sigue siendo válida. El defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, no encontró a nadie que le respondiera científicamente, con estudios epidemiológicos en la mano, qué enfermedades causa en la población vecina. Por eso le pidió al Ministerio de Salud de la Nación que proyecte un estudio que lo determine.

La resolución de la Defensoría recomienda que «en un plazo perentorio» la máxima autoridad sanitaria del país «proyecte la realización (…) de un relevamiento de impacto actualizado sobre la salud del núcleo problacional lindante a la ribera de la cuenca hídrica Matanza-Riachuelo (en especial, de los menores de edad) de tóxicos ambientales». Quiere conocer las enfermedades «cuyas causas generadoras guarden directa relación con la contaminación» de la cuenca.

La Defensoría comenzó a actuar a partir de dos denuncias. Una la realizó la Asociación de Vecinos de La Boca. «Nos cansamos -dijo su presidente, Alfredo Alberti, a Clarín-. Dijimos basta al ver que se desviaron fondos destinados al saneamiento de la cuenca para planes sociales. Nos cansamos de que limpien lo que se ve, lo superficial y no ataquen las causas.»

Después de estudiar el tema, la asociación concluyó que las primeras tareas a encarar para evitar que se siga ensuciando son proveer cloacas y agua potable a la población de la cuenca. «Son cinco millones de personas, de las cuales el 55% no tiene cloacas y el 35% no tiene agua potable. También hay que darles servicio de recolección de basura domiciliaria a los barrios; romper el círculo vicioso de la miseria.»

El de los desechos industriales es otro de los grandes temas. «Sabemos que son 80 empresas las responsables del 80% de la contaminación, las que tiran los metales pesados», dice Alberti. «A estas empresas hay que darles un plazo real, que se cumpla, para que hagan las cosas bien.»

Otra denunciante fue María del Carmen Brite, vecina de Villa Inflamable, cerca del Polo Petroquímico de Dock Sud. La mujer relató que sus tres hijos padecieron problemas «cutáneos, bronquiales y de visión». «Me encuentro atada de pies y manos», dijo al presentarse en la Defensoría. Aludía a la falta de respuesta que tienen sus quejas.

La Defensoría de la Nación trabajó en colaboración con la Defensoría de la Ciudad, la Universidad Tecnológica Nacional y organismos como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), las fundaciones Ciudad y Ambiente y Recursos Naturales, y Poder Ciudadano.

También consultó a la Dirección Nacional de Epidemiología y a los hospitales Cosme Argerich, Pedro Fiorito y Ana Goitía. Ninguna de estas instituciones tiene realizados relevamientos sobre enfermedades causadas directamente por la contaminación del Riachuelo.

Pero la Defensoría encontró al director asociado del hospital Fiorito, Enzo Vaccaro Vázquez. El está contaminado con tolueno, un químico muy tóxico usado como solvente y en la industria del petróleo (ver Intoxicados…).

«De los consultados, ninguno tiene estudios para mostrar, pero todos tienen la misma apreciación, que es de sentido común: la contaminación del Riachuelo está impactando en la salud de la gente. Por eso queremos que se estudie sobre todo a los chicos, que son los que por jugar más se acercan al agua», dijo Mondino.

«Lo menos que pedimos -siguió- es que hagan estudios serios, responsables y actualizados que demuestren la incidencia en la salud de la población de las actividades industriales, el vertido de desechos cloacales y los basurales a cielo abierto. Después habrá que tomar medidas.»

La Asociación de Vecinos de La Boca entiende que lo que falta para comenzar a solucionar este gran problema ecológico es decisión política.

Ponen como ejemplo lo que sucedió con un crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 1997. Fueron 250 millones de dólares destinados al saneamiento de la cuenca, de los cuales se usaron apenas tres millones.

«Otros 150 fueron destinados a la cuenta de Planes Sociales», asegura Alberti. «Los especialistas nos dicen que lo que se gasta en atender la salud de los afectados es mucho más que lo que se gastaría en hacer las obras necesarias», agrega Cristina Fins, vicepresidente de la Asociación.

En busca de un compromiso político, esta asociación está teniendo entrevistas con los candidatos. «En el nivel local, a nivel de los candidatos a jefe de Gobierno de la Ciudad, estamos teniendo buenas respuestas», cuenta Alberti. «A nivel nacional parece que están haciendo la plancha. El tema está en una de las propuestas de Adolfo Rodríguez Saá. Nadie más quiere hablar de esto.»

TESTIMONIO
Intoxicados con tolueno

El médico clínico Enzo Vaccaro Vázquez, director asociado del hospital Fiorito de Avellaneda, recibe al cronista con una fotocopia en la mano. Es una nota del Zonal Clarín Avellaneda/Lanús. Se titula: «Treinta médicos y enfermeras están intoxicados con tolueno». Vaccaro Vázquez es el médico número 31.

«No estoy intoxicado por ser médico, sino por ser vecino del Polo Petroquímico de Dock Sud. Ese lugar intoxica, enferma y mata», asegura. «La población está expuesta a contaminación por plomo, benzeno, mercurio, tolueno».

El artículo que blande da cuenta de una denuncia de la filial Avellaneda de la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA). En noviembre del año pasado, médicos de la unidad sanitaria San Martín de Porres, de Villa Inflamable, detectaron que 25 chicos tenían manchas en la piel y problemas respiratorios. Los médicos decidieron someterse a análisis para detectar agentes contaminantes. Y descubrieron que treinta de ellos, de unidades sanitarias de Dock Sud, Sarandí, Dominico y Wilde, están contaminados con tolueno.

«No es chiste: es un cancerígeno», dice Vaccaro Vázquez. Sus síntomas son dolores musculares, cansancio, temblores, insomnio. A largo plazo puede producir neurosis graves, parálisis y leucemias. «Este problema es un fenómeno sumergido, pero afecta a miles. Hace poco atendimos a una mujer que sufría abortos repetidos. Se hizo un estudio en el hospital Fernández y le dio contaminación con mercurio. ¿Qué esperamos para hacer algo?», se pregunta.

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