¿PATOTEROS O PATOVICAS?

Un hecho insólito ocurrió en Río Gallegos la semana pasada el cual se trata de tapar. Los custodios presidenciales que protegen a Máximo Kirchner chocaron a un comerciante de la ciudad y luego lo golpearon . Hay denuncias y muchas ganas de dar un escarmiento.

De acuerdo a información producida por el periodista local Héctor Barabino OPI tuvo conocimiento de un hecho que tiene distintos flancos desde donde se pueden hacer algunas críticas por el hecho en si, por las personas involucradas y por la actitud de quienes produjeron el suceso.

Nos enteramos que un comerciante local fue agredido por el personal afectado a la seguridad de la familia del presidente que se encontraba, en esos momentos, realizando una tarea de custodia y resguardo del joven Máximo Kirchner quien se desplazaba en su vehículo particular

Cómo fue

El Jueves de la semana pasada a las 22:00 hs aproximadamente se desplazaba un flamante Ford Focus con un conocido comerciante de Río Gallegos al volante quien había cerrado su negocio y portaba encima la recaudación del día de alrededor de 600 pesos.

+ ampliar Tucumán y Maipú

Cuando llegó a la intersección de las calles Tucumán y Maipú vio acercarse temerariamente por los retrovisores una Ford Ranger azul con los vidrios polarizados que prácticamente abalanzándose sobre su auto lo chocó de atrás.

Si bien este tipo de accidentes es bastante frecuente en nuestra ciudad el comerciante disgustado por la imprudencia del conductor de la camioneta se dispuso a parar a fin de verificar los daños que le habían ocasionado, pero grande fue su sorpresa cuando observó que la camioneta maniobró hacia uno de los laterales y salió disparada hacia adelante sin detener su marcha .

Muy disgustado el hombre siguió al rodado mayor y cuando éste se detuvo pocas cuadras más adelante donde se encuentra la casa familiar del Dr Néstor Kirchner, se bajó del auto para increpar al conductor de la Ranger mientras caminaba decididamente hacia ese rodado.

Mayor fue aún su sorpresa cuando desde adentro de la camioneta empujaron la puerta abriéndola con gran violencia y haciendo que ésta impacte de lleno en toda su humanidad arrojándolo al piso , al punto que el cristal se destrozó con el golpe.

Según lo relata el atemorizado vecino, rápidamente se abalanzaron sobre él un par de hombres que lo amenazaron y se identificaron como custodia presidencial y uno de ellos le dijo “Somos de la custodia de Kirchner y podemos hacer lo que se nos antoje”.

Acompañando la acción intimidatoria de las palabras se llevaron las manos al cinto preguntándole “si quería ver” en clara alusión a las armas que portaban, lo que obviamente terminó por disuadir a este hombre de pueblo de toda resistencia.

Inmediatamente lo trasladaron detenido a la Comisaría 1º donde permaneció demorado y se labró la denuncia correspondiente . En todo momento los custodios aludieron a la actitud agresiva del comerciante, hecho con el cual fundamentaron su excesiva respuesta.

Una vez en la Comisaría el atribulado conductor se enteró que en realidad lo que sucedió era que inconscientemente se había interpuesto entre la camioneta Ford Ranger azul y un automóvil particular propiedad del Máximo Kirchner hijo del presidente , a quien esta gente oficiaba de custodios.

+ ampliarSeccinal 1°

La otra historia
Ya en la Seccional se comenzó a vivir otra situación muy particular porque a los pocos minutos empezaron a llegar personas que en su mayoría son conocidas por todos y cada uno de los que habitan la capital de la provincia.

Arribó el delegado de la SIDE en Río Gallegos , el Crio retirado Wilfredo Roque ex jefe de policía en la gobernación del Dr Kirchner, también llegó el médico personal de Máximo, el Subsecretario de Seguridad de Santa Cruz Balois Pardo , el Segundo Jefe de la policía el Comisario Lanesán y el Juez Santiago Lozada .

Por razones no muy bien definidas el Juez Lozada ordenó una inmediata requisa en el auto del comerciante y en el de su esposa que se encontraba en ese momento en su domicilio particular.

Obviamente pocos entendían qué pruebas podrían encontrarse allí que justificara la actitud de agresión que habían invocado los custodios en su descargo al dejar sentado que lo vieron en una actitud sospechosa y con intenciones de agredirlos , de esta manera justificaron lo que debiera entenderse fue un acto defensivo ante el supuesto ataque del propietario del Ford Focus.

Más tarde, cuando todo se había calmando, cuando las voces y la adrenalina habían bajado lo suficiente como para poder pensar, el comerciante amigo de muchos viejos habitantes de esta ciudad del sur, fue invitado a ir a una habitación contigua dentro de la misma Seccional y allí le explicaron la situación, le dieron una justificación de lo ocurrido, le pidieron que entendiera el contexto en el que se había generado toda aquella confusión y le insinuaron que guardara la reserva del caso dado el nivel de importancia de las personas involucradas.

A las 04:00hs de la madrugada del viernes pudo salir de la Comisaría 1º rumbo a su casa. Con visibles hematomas en la cara producto de los golpes el hombre transitó con su auto chocado por la guardia presidencial las cuadras que lo separaban hasta su domicilio. En ese trayecto juró llevar adelante la denuncia que en estas horas interpuso por lesiones y amenazas contra la custodia presidencial.

Ya en su casa pudo comprobar que en la memoria de su teléfono figuraban varias llamadas ingresadas de larga distancia. Cuando pudo atender uno de los llamados le pidieron que “descomprimiera la situación” y confesó que estas comunicaciones en cierta manera le han causado preocupación.

De acuerdo a lo que trascendió sobre los contenidos de algunas de esas conversaciones, en una de ellas no le ofrecieron reparar su auto sino darle otro nuevo, todo aparentemente, para que el caso no llegue a la opinión pública.

El comerciante medita los próximos pasos. En principio posee la intención de seguir adelante con la acción legal y presentarse como querellante , pero no lo oculta, tiene miedo.

Algunos datos para analizar

Cuando uno piensa en cuestiones de seguridad obviamente que lo hace partiendo de la premisa que quienes están dentro de esta actividad son especialistas.

Ser especialista en seguridad presidencial significa haber adoptado un conocimiento muy particular de las obligaciones en materia de comportamiento, desplazamiento, prevención, contramedidas, actuación y resguardo. Sin contar por supuesto el entrenamiento para repeler ataques, las técnicas de escape y protección del funcionario cuya vida se esté resguardando.

En virtud de los datos iniciales que tenemos, lo cuales ampliaremos a partir de la investigación que estamos llevando a cabo, la custodia del hijo del presidente estaría integrada por gente que no es de esta ciudad. Desconocemos hasta el momento qué preparación especial poseen esta gente y si han realizado los cursos necesarios para dominar todo tipo de técnicas en la difícil tarea de resguardar la vida presidencial y/o de la familia de éste.

Inicialmente todo indica que el primer error de la custodia ha sido el de dejar abierto un espacio suficiente entre su vehículo y el protegido (en este caso el de Máximo Kirchner) que le permitió interponerse entre ambos a un auto particular.

Cuidar este detalle es básico en una situación de cobertura ya que si supuestamente el funcionario o la persona vigilada va a ser blanco de un atentado, la primera acción que realizarán los agresores será la de separar, suprimir y obstaculizar el desplazamiento de los custodios. A partir de allí el blanco que ellos eligieron estará sin protección y pueden abordarlo con total tranquilidad.

El vehículo de custodia debe tener siempre a la vista al protegido y es necesario que éste tome conciencia de la labor de aquellos para colaborar en la efectividad del trabajo que realizan. Obviamente en Río Gallegos, por las características del lugar no existe tal conciencia y es por ello que se relaja la seguridad hasta límites que la hacen desaparecer virtualmente como tal.

Conceptos básicos
Todo custodio y más aún cuando lo es de un presidente o su familia, posee ciertas atribuciones específicas que lo diferencian de los demás custodios que proveen la seguridad a otros funcionarios o empresarios.

Hay ciertas prerrogativas de los custodios presidenciales que le permiten acceder a determinados lugares, conducirse de determinada manera, portar armas, circular sin restricciones, solicitar la colaboración inmediata de cualquier autoridad y en ciertas condiciones interrumpir, bloquear, incautar y hasta disparar las armas que llevan de acuerdo al grado de complejidad de la coyuntura y las necesidades que tenga para preservar la vida del Presidente o su familia. Por esa razón el custodio no puede usufructuar casi impunemente de esas particulares licencias haciendo uso y abuso de las mismas sin correr el riego de producir hechos como los descriptos.

Otra de las particularidades de estas custodias es la preparación personal para el contacto físico, generalmente son personas bien entrenadas en el arte de la defensa personal, el manejo de armas y poseen un perfil psicológico que los hace actuar con total rapidez y serenidad superando el estrés de combate que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de su protegido, pues en él están contenidos el poder de reacción, la velocidad para pensar, para seleccionar alternativas hasta para interponerse entre el presidente y los disparos si hace falta, tal como sucedió en el incidente que hace muchos años lo tuviera como blanco al presidente de EEUU Ronald Reagan cuando su custodio fue baleado al cruzarse frente a los disparos para salvarlo del atentado.

Es decir que ser un custodio de estas características requiere no solo preparación sino vocación y entrega a un trabajo que de hecho es de alto riesgo. Esto claro que aplicado en un país en serio o donde el concepto de seguridad está íntimamente ligado a la figura del presidente y su entorno. En Argentina, donde el primer mandatario se le escapa a la custodia, donde se desmantela de un momento para otro un cuerpo de elite o donde se pone en manos de las FFAA esta tarea, cualquier cosa está bien y recién cuando aparecen las consecuencias las autoridades toman contacto con la realidad que les pasó por encima.

Cuidado con la patota.

Lo sucedido el día jueves en Río Gallegos posee algunos aspectos a tener en cuenta:

• La Ford Ranger al golpear al Ford Focus ocasionó un daño y consecuentemente una reacción previsible y lógica del conductor del auto. Los custodios lo sabían .

• A pesar de ello agredieron al conductor del auto justificando luego que la reacción sobrevino como consecuencia de que pensaron que lo intentaba agredir. De todos modos ellos conocían de antemano que habían colisionado un vehículo y que quien se dirigía a increparlo era un particular , por lo tanto no es coherente la reacción que sobrevino. Es imposible que lo justifiquen en el marco de la actividad de vigilancia.

• Teniendo en cuenta los datos anteriores, inclusive la portación de armas y que numéricamente eran más que el “agresor” los custodios, por el contrario, debieron recurrir al convencimiento, tratar de serenar y contener al comerciante y explicarle lo más ordenadamente posible lo que pasó.

• Debieran haber llamado a la policía para que intermedie e inmediatamente deslindar en ellos todo tipo de acción y trámites sin involucrarse en toda esta cuestión porque estaban rompiendo otra regla: en ese momento eran desviados de su objetivo principal que era la seguridad del hijo de presidente.

• Si hubieran pensado como verdaderos custodios no se habrían enredado en esta reyerta porque podrían haber sido víctimas de una tarea de distracción para que dejar indefenso a su protegido, cuestión que evidentemente ni se les pasó por la cabeza.

• La seguridad presidencial evidentemente actuó con el nivel de un patovica y este no es precisamente el comportamiento que uno espera de personal de resguardo de un funcionario.

Las consecuencias por este tipo de actitud de patoteros no se pueden evitar y mucho menos tratar de disfrazarlas o disimularla porque nada de lo narrado puede connotar otra cosa que una reacción callejera lo que de por si es impropio de un custodia presidencial y más aún si a esto le agregamos el marco geográfico donde se produce, que no es la Capital Federal donde el ritmo y las amenazas son sustancialmente mayores.

Que una custodia presidencial golpee a un particular luego de haberle chocado el auto, independientemente de las circunstancias que solo ellos pueden y deben saber, es un acto irracional más aún cuando con una simple llamada pueden contener a la persona con la autoridad habilitada para ello y posteriormente expresarle las explicaciones si las hubiere.

Cualquier otro comportamiento que exceda a los manuales de procedimientos denota una evidente falta de profesionalismo y debe replantear en las autoridades respectivas la conveniencia de tener en un cuerpo especial de vigilancia a personas sin la debida preparación que no dudan en mostrar la patente de guapos.

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