Una comisión recomendará acciones a Bush a fin de acelerar la democracia en la isla

* Su misión será «apresurar y facilitar» el fin de la dictadura * Preocupa la influencia del régimen comunista en la región * Buscan evitar el ascenso al poder del hermano de Fidel Castro

WASHINGTON.- Preocupado por la creciente influencia de Fidel Castro en América latina, gracias a sus lazos con el presidente venezolano, Hugo Chávez, y la reciente victoria del líder cocalero Evo Morales en Bolivia, el gobierno de Estados Unidos anunció que tomará nuevas medidas para apurar una transición democrática en Cuba.

La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, dijo anteanoche que «ha llegado la hora» de que se produzca un cambio en la isla, al anunciar la reanudación de las reuniones de la Comisión de Ayuda para una Cuba Libre, cuyo objetivo es «apresurar y facilitar» el fin de la «cruel dictadura» de Castro. Según señaló Rice, la comisión estudiará «medidas adicionales para ayudar a los cubanos a acercar el día en que estarán libres de la opresión».

Estados Unidos quiere evitar que Castro, de 79 años y que aparentemente tiene problemas de salud -la inteligencia norteamericana cree que sufre mal de Parkinson-, sea sucedido por su hermano Raúl Castro, de 74.

Aunque Washington -que mantiene un embargo económico a la isla desde 1961- no ha especificado cómo conseguirá su objetivo, Rice anticipó que algunas de las medidas que seguirá recomendando la comisión serán negarle fondos al gobierno cubano y proveer información a los habitantes de la isla para romper el bloqueo informativo que mantiene el régimen.

«La reanudación de las reuniones de la comisión, en estos momentos, envía un mensaje importante al pueblo cubano, a la actual dictadura y a nuestros amigos y aliados», dijo Rice. El mensaje es que «después de 46 años de una cruel dictadura ha llegado la hora del cambio en Cuba».

La comisión, formada por altos funcionarios del gobierno, fue creada a fines de 2003 por el presidente George W. Bush para elaborar recomendaciones para apurar la transición democrática en la isla. El primer informe fue presentado a Bush en mayo de 2004.

Las medidas adoptadas sobre la base de ese reporte -que apuntaban a fortalecer las sanciones a la isla- fueron muy controvertidas y chocaron con la oposición de los cubanos en Estados Unidos, principalmente por las restricciones a los viajes y a los envíos de dinero a la isla. Las remesas que muchos cubanos en Estados Unidos envían a la isla son una importante fuente de ingresos para sus familias en Cuba.

Rice dijo que uno de los objetivos de la comisión será ahora animar a los aliados de Washington a «que estén listos para apoyar a Cuba cuando surja la inevitable oportunidad de un cambio genuino». La decisión de reactivar esta comisión fue interpretada como un indicador de la inquietud de la Casa Blanca por la ascendente influencia del gobierno cubano en América latina. «Esto demuestra la preocupación por la cada vez mayor influencia hemisférica de Castro y la necesidad de cortar la cabeza de la serpiente antes de que siga creciendo», dijo al diario The Miami Herald Mauricio Claver-Carone, director del Comité de Acción Política US-Cuba Democracy.

La Casa Blanca tiene la mira puesta en dos de los principales aliados de Castro en la región: Chávez, con quien Washington tiene una relación cada vez más tensa, y Morales, otro crítico de Estados Unidos que el domingo pasado arrasó en las elecciones presidenciales bolivianas.

Mientras se espera la presentación del nuevo informe, prevista para mayo próximo, el gobierno cubano inició recientemente una campaña contra la comisión, a la que acusó de haber elaborado un plan para apoderarse de Cuba y eliminar de la isla la educación y servicios de salud gratuitos. El gobierno definió al informe presentado en 2004 como «un documento de anexión».

En respuesta, el representante de Estados Unidos en La Habana, Michael Parmly, defendió el informe y dijo que se trataba de una lista de formas en que el gobierno norteamericano podía ayudar a los cubanos.

Parmly fue blanco anteayer de toda la artillería política del gobierno de Castro por sus «actividades provocadoras y cínicas». La Habana acusó al jefe de la misión diplomática de Estados Unidos de organizar a los disidentes de la isla para derrocar a Castro. Esto ocurre diez días después de que Parmly invitara a disidentes a su residencia de La Habana para celebrar el Día de los Derechos Humanos, ocasión en la que denunció los «atropellos» del gobierno de Castro contra los cubanos.

Agencias AP, EFE y AFP

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