Ensayó todo tipo de argumentos para asegurar que se haría cargo de su lugar en la Cámara baja y que su trabajo en el Palacio San Martín terminaría el 10 de diciembre, cuando comenzará el mandato de los nuevos diputados.
Cumplió con la primera parte de la promesa: la semana pasada dejó la Cancillería en manos de su hasta entonces segundo, Jorge Taiana.
Cuando estaba todo dispuesto para que asumiera como diputado nacional por el oficialismo sorprendió con el anuncio de su renuncia a la banca. Eran las 9.30 y faltaban pocos minutos para que comenzara la ceremonia que lo iba a ungir como diputado.
Otras frases
«Más de 400 mil ciudadanos de la ciudad de Buenos Aires pusieron su voto diciendo «a este hombre lo quiero en el Congreso»».
«Yo voy a tener cuatro años de diputado».
«Cuando a usted lo vota la gente, usted firma un contrato moral implícito».
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