El conflicto petrolero que mantiene tomadas dos plantas de la empresa Repsol en el norte de Santa Cruz no sólo paralizó la producción de los yacimientos petroleros, a causa de la huelga que hoy ingresa en su séptimo día, sino que amenaza con pérdidas potenciales para la industria y para el país estimadas en 1,8 millón de pesos al día, sólo en conceptos de regalías.
La situación planteada, lejos de entrar en un cause razonable, parece complicarse aún más ya que, al menos hasta mañana, seguirá sin variantes, cuando el Ministerio de Trabajo de la Nación cite a los dirigentes gremiales y empresarios para encontrar un punto de acuerdo que permita destrabar el conflicto. Aunque, de acuerdo con fuentes empresarias, de persistir la intransigencia gremial con la toma de las instalaciones, las operadoras no asistirían a esa reunión.
Fuentes de Repsol señalaron a Infobae.com que cada día que pasa con las plantas tomadas, el país corre el riesgo de perder 1.800.000 de pesos. Por lo que la operadora petrolera se plantea ahora si debe parar la extracción de los pozos, ya que han llegado al máximo de almacenamiento en las plantas tomadas.
Repsol formuló la denuncia de ocupación de las plantas ante la Justicia, que quedó en manos de la jueza Graciela Esther Ruata de Leone (entiende en las ocupaciones de las plantas de deshidratación de Pico Truncado y Las Heras) y del juez Marcelo Bailaque (de Caleta Olivia), quienes aún no han ordenado el desalojo a la espera de que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, logre conciliar las partes.
Los ocupantes pertenecen al Sindicato de Petroleros Privados y exigen un aumento de salarios del 30 al 40 por ciento. Las plantas tomadas tienen una dimensión estratégica ya que a ellas llega no sólo el petróleo que extrae Repsol sino el de todas las empresas que operan allí. Repsol actúa como “transportista” del petróleo que produce el resto, por lo cual el conflicto gremial perjudica igualmente a todas las empresas que actúan en la zona norte de Santa Cruz.
fuente InFOBAE