La pelea entre Cristina y Chiche va a terminar con un piquito en un programa de TV”

Las elecciones de octubre renovarán las cámaras de Senadores y Diputados, puestos fundamentales del Poder Legislativo que es, o debería ser, el corazón de la democracia.

Por Enrique Pinti
Especial para LA NACION LINE

«Se trata de una elección importantísima, pero se está relativizando con una campaña bastante pobre.

«Ocurre que en estos tiempos tremendos, no sólo de la Argentina sino del mundo, el Poder Ejecutivo es lo único que importa.

«Esto pasa en Estados Unidos, en Italia, en España y aquí. En versiones pintorescas, con detalles localistas, el Ejecutivo se ha puesto como la estrella de la democracia, pero no debería ser así: el Poder Legislativo debería serlo.

«El Poder Ejecutivo toma esta elección, que está justo en la mitad de la gestión, como un plebiscito. Por eso, el Gobierno tiende a que se convierta en una cuestión de `Estamos de acuerdo´ o `No estamos de acuerdo´ con las líneas generales del Gobierno.

«La campaña, por lo tanto, se desnaturaliza. No se escuchan propuestas y los candidatos no las presentan. Se trata simplemente de contestar los insultos del vecino o del opositor.

Cómo queda Kirchner

«El Presidente ha buscado nacionalizar la elección y es imprevisible lo que la gente pueda llegar a votar. De todas maneras, también saben, -la oposición, el Gobierno y todos-, que éstas son elecciones definitorias a nivel simbólico.

«De todas maneras, las verdaderas elecciones van a venir en 2007, ahí es donde la cosa se pone un poco más complicada. Esta es una carta que se juega.

Los resultados

«Yo ya estoy acostumbrado a mis 65 años a que el Gobierno lea el resultado de la elección de manera que si pierde, le va fenómeno y si gana, le va fenómeno también. Si pierde, el oficialismo va a elaborar que no se trata de una pérdida, sino de una ganancia y si gana va a decir: `Bueno, yo tenía razón´.

«La oposición es igual de sátrapa. Dice las mismas cosas. `Bueno en realidad, los tres votos que hemos sacado significan que el pueblo se ha empezado a concienciar´. Cualquier cosa. Yo ya he escuchado capitalizar fracasos y vengo de una profesión donde eso es cómico, folclórico y pintoresco.

«Los actores, cuando les va mal, dicen: `No, fue por la lluvia´, `Fue por el mundial´, `Fue por el principio de mes´, `Fue por el fin de mes´ o `No me ayudaron las críticas´.

«Nosotros quedamos patéticos diciéndolo. Imagínese cómo puede quedar la gente de la política.

Lo mejor y lo peor de la campaña

«Lo mejor es que se caen las caretas. Se empieza a ver la ausencia de propuestas y la total y absoluta profusión de insultos y lo capaces que son los políticos para el retruécano, la chicana y la tontería. Eso es lo bueno, porque se caen las máscaras. La gente va a empezar a entender que tenemos una clase política deficitaria, que tenemos que reforzarla y que tenemos que exigir su renovación. Lo malo es exactamente lo mismo.

«La falta de memoria nos da la posibilidad de decir `Que vuelvan todos, porque peor que éste no van a ser´. Son cosas que nos pintan de cuerpo entero como inmaduros en general. Por supuesto que no es toda la gente igual. Por supuesto que es un porcentaje. Pero yo creo que es un porcentaje que mueve en las encuestas y en los medios de comunicación esta historia de que finalmente no era tan malo.

El resultado más disparatado

«El más inesperado de todos los resultados puede ser que gane Chiche Duhalde en la provincia de Buenos Aires y que en la Capital gane Bielsa. Eso sería un poco raro de entender y disparatado. Todo lo demás… bueno, en la dimensión desconocida se puede esperar cualquier cosa.

«Con esto no me refiero a que sea un disparate que ganen o que pierdan, sino a que no están dadas las condiciones ni los números. Así lo indica el olfato previo.

El futuro de la pelea Cristina – Chiche

«Seguramente la disputa va a terminar con algún piquito en algún programa de televisión. Yo veo que se pelean mucho en un momento y después se vuelven a amigar.

«A veces uno dice: `¿Para qué hablaré tanto?´, `¿Para qué me comprometeré tanto?´. Después terminan todos amigos y uno queda como cuando te metés en una pareja que se separó y ella te dice que él era pegador y él le cuenta a los amigos que ella era una desgraciada que se acostaba con el lechero…

«Después se amigan y uno queda pésimo porque se solidarizó y dijo por todos lados `El le pega´ o `Ella le mete los cuernos´.

«Esa es la sensación que yo tengo con las peleas políticas: después todos se vuelven a amigar y uno queda en el medio como un tonto.

«Esto se aplica a la pelea entre Kirchner y Duhalde también. Fueron amigos. Pero uno termina por convencerse de que en la política no hay amigos. Hay aliados y los aliados son circunstanciales. Ya en nuestro país se ha hecho cualquier tipo de mezcla. Se han mezclado el peronismo y el gorilismo para tener poder, se han mezclado Alfonsín y Menem. A partir de ahí, el disparate es total y absoluto.

«Yo veo en otros países como Francia, España y Estados Unidos no hay este tipo de alianzas. La gente más o menos de izquierda es más o menos de izquierda. La gente más o menos de derecha es más o menos de derecha y si se alían, lo hacen con porciones que tengan algo que ver con ellos. Acá es catastrófico. Las alianzas de la Argentina son realmente grotescas.

La farándula

«Personajes como Moria Casán, Zulma Faiad y Ethel Rojo le aportan movimiento y mediatización a la campaña. Cosas que no hacen al fondo de la elección ni al fondo de nada.

«La gente se distrae diciendo `Qué van a hacer, qué no van a hacer´, `Tienen derecho, no tienen derecho´, `Pero las plumas, pero el culo´… En fin: toda una serie de cosas que no tienen nada que ver con la política y que no le añaden absolutamente nada sustancial.

«¿Si me sorprendieron estas candidaturas? No, para nada. Yo tengo la palabra sorpresa borrada de mi vocabulario. El médico me pidió que por favor trate de no sorprenderme de nada porque mi corazón puede no resistirlo. Así que ya espero cualquier cosa. Además, no es la primera vez: con candidatos insólitos ya estamos curados de espanto.

El día después

«Imagino el día después de las elecciones con todos recomponiéndose, lamiéndose las heridas haya salido lo que haya salido y diciendo que ganaron. Todos. Los que perdieron, los que ganaron, todos.

«Los que pierden por mucho, los que ruedan por el piso, optan por un período de silencio que dura entre 15 y 20 días.»

Lo invitamos a escuchar con esta nota el audio de la entrevista.

La semana próxima, el escenario político, a cargo del historiador Felipe Pigna.

Link corto: http://www.lanacion.com.ar/740219

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