Cuatro de cada 10 desempleados tiene menos de 24 años. En total suman 718.000 los jóvenes y adolescentes desocupados, sobre 1,8 millón de personas sin trabajo. A su vez, la tasa de desempleo juvenil alcanza al 26,3%, más que duplicando el promedio general.
Estas cifras fueron difundidas, ante 150 personas, en un Seminario sobre Trayectorias Laborales realizado ayer en el Ministerio de Trabajo donde se presentaron 6 estudios de la cartera laboral. Los trabajos fueron comentados por Bernardo Kosacoff, de la CEPAL, Pedro Galín, de la OIT Argentina y Martín Moreno, director de Estadísticas. El ministro Carlos Tomada cerró el evento.
El Informe sobre desempleo marca que la desocupación golpea con más fuerza a los jóvenes y que «la probabilidad de los jóvenes de estar desempleados es 3 veces mayor, mientras entre los adolescentes es 4 veces superior a la de los adultos».
En parte este fuerte peso de los menores de 24 años en el desempleo total se debe a que los planes sociales asisten a los jefes y jefas de hogar que constituyen una minoría en el sector juvenil.
Aún así, el estudio de la cartera laboral, en base a cifras de fines de 2004, revela los «principales hallazgos y conclusiones» del diagnóstico laboral:
De los 718.000 jóvenes desocupados, 387.000 son varones y 331.000 mujeres. Pero en relación a la cantidad de gente en actividad, la tasa de desempleo entre los varones de 15 a 24 años es del 24,1% y entre las mujeres asciende al 29,5%.
El desempleo juvenil se concentra en los grupos sociales más vulnerables. Y en especial en las mujeres y los menos educados.
La mayor parte de los jóvenes desempleados provienen de hogares de escasos recursos, muchos de los cuales se encuentran en situación de pobreza. «Se genera con ello un círculo vicioso de transmisión intergeneracional de la pobreza».
«La incorporación temprana al mundo del trabajo por parte de los jóvenes es un factor relevante que condiciona la culminación de los estudios requeridos para el acceso a un empleo de calidad». Alrededor del 80% de los jóvenes ocupados o desempleados abandonó la escuela, mientras entre los inactivos la asistencia escolar trepa el 76%.
El estudio dice que los adolescentes desocupados que no asisten a la escuela suman 154.000, de los cuales sólo una cuarta parte culminó los estudios secundarios. El 69,9% son desocupados cesantes, «lo que da cuenta de inserciones tempranas en el mercado laboral», a la vez que «tres cuartas partes residen en hogares que se hallan por debajo de la línea de pobreza».
Sin embargo, el grupo más vulnerable lo constituyen «los 320.000 jóvenes de 15 a 19 años que no trabajan, no buscan trabajo ni estudian». Este sector estrictamente no integra la legión de desocupados (porque no busca trabajo) pero el estudio de Trabajo dice que se trata del «núcleo duro de exclusión». Y agrega: «es un grupo especialmente vulnerable a la anomia y el riesgo social, en muchos casos vinculado al desarrollo de formas ilegales y extralegales de subsistencia».
Por último el Informe agrega que hay 69.000 jóvenes de 20 a 24 años con responsabilidades familiares, de los cuales la mayor parte no completó la enseñanza secundaria.
LA SITUACION SOCIAL: 320.000 ADOLESCENTES QUE NO TRABAJAN NI ESTUDIAN
Cuatro de cada 10 desocupados tienen menos de 24 años
Lo asegura un estudio que presentó el Ministerio de Trabajo. Hay 718.000 jóvenes y adolescentes que no encuentran empleo. Tienen tres veces más posibilidades de ser desocupados que los adultos.
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Ismael Bermúdez.
ibermudez@clarin.com
Cuatro de cada 10 desempleados tiene menos de 24 años. En total suman 718.000 los jóvenes y adolescentes desocupados, sobre 1,8 millón de personas sin trabajo. A su vez, la tasa de desempleo juvenil alcanza al 26,3%, más que duplicando el promedio general.
Estas cifras fueron difundidas, ante 150 personas, en un Seminario sobre Trayectorias Laborales realizado ayer en el Ministerio de Trabajo donde se presentaron 6 estudios de la cartera laboral. Los trabajos fueron comentados por Bernardo Kosacoff, de la CEPAL, Pedro Galín, de la OIT Argentina y Martín Moreno, director de Estadísticas. El ministro Carlos Tomada cerró el evento.
El Informe sobre desempleo marca que la desocupación golpea con más fuerza a los jóvenes y que «la probabilidad de los jóvenes de estar desempleados es 3 veces mayor, mientras entre los adolescentes es 4 veces superior a la de los adultos».
En parte este fuerte peso de los menores de 24 años en el desempleo total se debe a que los planes sociales asisten a los jefes y jefas de hogar que constituyen una minoría en el sector juvenil.
Aún así, el estudio de la cartera laboral, en base a cifras de fines de 2004, revela los «principales hallazgos y conclusiones» del diagnóstico laboral:
De los 718.000 jóvenes desocupados, 387.000 son varones y 331.000 mujeres. Pero en relación a la cantidad de gente en actividad, la tasa de desempleo entre los varones de 15 a 24 años es del 24,1% y entre las mujeres asciende al 29,5%.
El desempleo juvenil se concentra en los grupos sociales más vulnerables. Y en especial en las mujeres y los menos educados.
La mayor parte de los jóvenes desempleados provienen de hogares de escasos recursos, muchos de los cuales se encuentran en situación de pobreza. «Se genera con ello un círculo vicioso de transmisión intergeneracional de la pobreza».
«La incorporación temprana al mundo del trabajo por parte de los jóvenes es un factor relevante que condiciona la culminación de los estudios requeridos para el acceso a un empleo de calidad». Alrededor del 80% de los jóvenes ocupados o desempleados abandonó la escuela, mientras entre los inactivos la asistencia escolar trepa el 76%.
El estudio dice que los adolescentes desocupados que no asisten a la escuela suman 154.000, de los cuales sólo una cuarta parte culminó los estudios secundarios. El 69,9% son desocupados cesantes, «lo que da cuenta de inserciones tempranas en el mercado laboral», a la vez que «tres cuartas partes residen en hogares que se hallan por debajo de la línea de pobreza».
Sin embargo, el grupo más vulnerable lo constituyen «los 320.000 jóvenes de 15 a 19 años que no trabajan, no buscan trabajo ni estudian». Este sector estrictamente no integra la legión de desocupados (porque no busca trabajo) pero el estudio de Trabajo dice que se trata del «núcleo duro de exclusión». Y agrega: «es un grupo especialmente vulnerable a la anomia y el riesgo social, en muchos casos vinculado al desarrollo de formas ilegales y extralegales de subsistencia».
Por último el Informe agrega que hay 69.000 jóvenes de 20 a 24 años con responsabilidades familiares, de los cuales la mayor parte no completó la enseñanza secundaria.