Como hace muchos años no pasaba, y luego de registrarse temperaturas de hasta -20° bajos cero de sensación térmica, el lecho del Rio Grande se encuentra cubierto por una gruesa capa de hielo que impide no solo que circule el agua debajo de ella, sino que también reduce la cantidad de agua que pueden absorber las bombas de la planta de El Tropezón, a esto hay que agregarle que al circular agua bajo esta capa de hielo arrastra mucho sedimento y eso también complica el funcionamiento de las bombas, lo que hace que haya menos presión o directamente falta de agua en algunos sectores de la ciudad.
Los que hace muchos años que viven aquí recordaran que en algún momento se llegó a dinamitar la zona donde funciona la planta potabilizadora para que circulara más agua y de paso limpiar el cauce del rio.
Hoy el agua que llega a la planta es mucho menos que con temperaturas más altas, por lo que habrá que esperar a que el duro invierno que estamos atravesando comience a ser menos agresivo.
Fuente:lalicuadora.
