El relevamiento realizado por Periodismo para Todos entre las fábricas radicadas en la región más austral del país, da cuenta del trabajo que realizan las industrias tecnológicas y advierte sobre la falta de desarrollo productivo y una especie de «boom importador», cuando muchos de esos insumos que se traen de China, como los tornillos, podrían fabricarse en la Argentina.
Aunque las empresas fueguinas dedicadas a la tecnología están exentas del pago de aranceles de importación y otros impuestos fijados en la ley 19.640, los propios CEO de las firmas admiten que el 90% de lo que usan para armar teléfonos, televisores y computadoras, es importado. Sin embargo, el desembolso del Estado previsto para 2012 en promoción industrial a Tierra del Fuego es de 5.200 millones de pesos, es decir 520 mil pesos por cada trabajador.
Los economistas Eduardo Levy Yeyati y Andres López, ambos profesores de la UBA, plantearon el alto costo que tiene para el Estado mantener este modelo productivo y alertan sobre la ausencia de un proyecto productivo que lleve al desarrollo de nuevas tecnologías y de una industria real, una industria que se dedique a producir y no a armar. Dado que la principal tarea es ensamblar las piezas que llegan de afuera y preparar los productos para la venta en mostrador, el cierre de las importaciones provocó una retracción en el sector que obligó a despedir a unos cuatro mil trabajadores en los últimos meses. Ahora, los empresarios afirman que la situación mejoró y que no existen nuevos despidos ni suspensiones.
Pero los números no son alentadores. Además de las trabas a las importaciones, los últimos informes de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa hablan de una desaceleración del consumo: el mes pasado las ventas de electrodomésticos y electrónicos cayó el 6,8%. Y los datos de la Dirección de Estadísticas y Censos local, indican que hubo una baja generalizada en la fabricación de los productos electrónicos en abril.
Fuente: Clarin