Atención primaria de la Salud: Los números en salud no mienten

Argentina 15/12/2025.- “En teoría se podría brindar para toda nuestra población la canasta de bienes y servicios del Plan Médico Obligatorio con solo el 59% del gasto actual de la Argentina”, en materia de salud, sostiene el autor. Y detalla las inexactitudes de algunas declaraciones y estadísticas oficiales.

En días recientes un muy prestigioso funcionario de Salud Pública, argumentó en un evento sectorial, que el gasto en salud como % del Producto Interno Bruto no era un buen indicador y que la Argentina “con 1000 / 1200 dólares por cápita no podría pretender el tipo de servicios que se brindan en España”.

En otra oportunidad, también mencionó que: “hay un problema severísimo de financiamiento, hace 15 años que tenemos el mismo dinero por persona … para atender la salud…el uso del presupuesto en remedios pasó del 12-15% al 30%, aumentó la población con demandas sociales, hay más soluciones para aumentar la longevidad y se vive más años, junto con otros indicadores que hacen que… cada año se necesite un 3% más de dinero por persona y por año para acompañar esas tendencias”.

En el primer caso debemos afirmar que los números citados no son correctos y en el segundo, la afirmación lleva a la muy falsa conclusión de que los problemas del Sistema de Salud Argentino se resolverían simplemente con mayores presupuestos cosa que tampoco es cierta.

Datos y no relatos

Sostenemos que cuando la especulación da paso a la medición, las conclusiones deben definir los debates. Datos objetivos, la evidencia empírica y métricas cuantificables deben privar; todo esto en lugar de argumentos incontrastables, opiniones personales o habilidades retóricas que no deben contar como válidas.

Veamos en primer lugar sólidos datos de Sistemas de Salud comparados (OCDE):

Argentina: Expectativa de vida al nacer ambos sexos 74,6 años; Expectativa de vida sana (HALE) 64,8 años; Mortalidad materna 33 por 100.000, Gasto en Salud como proporción del PIB 10,4 %; Gasto en salud por cápita US$ corrientes 1371; Gasto en salud por cápita ajustados por poder adquisitivo (PPP) US$ 3.234.

Chile: Expectativa de vida al nacer ambos sexos 79 años (casi 5 más que nosotros); Expectativa de vida sana (HALE) 67,7años (3 más que nosotros); Mortalidad materna 9,9 por 100.000 (un 70% menos que nosotros): Gasto en Salud como proporción del PIB 10,8 %; Gasto en salud por cápita US$ corrientes 1547; Gasto en salud por cápita ajustados por poder adquisitivo (PPP) US$ 3.374.

Hasta aquí vemos cómo con un gasto similar (ajustado por poder adquisitivo PPP), Chile obtiene resultados evidentemente mejores (recalquemos una vez más, nuestra vergonzosa mortalidad materna).

Cuando los servicios de Atención Primaria funcionan bien, los Hospitales tenderán a estar vacíos, y cuando estos no existen, las salas de Guardia se encuentran atiborradas»

Por si esto fuera poco, mencionamos desde la tribuna la importancia de ver el paradigmático caso de un país pobre, que ha organizado su Sistema de Salud prolijamente.

Costa Rica: Expectativa de vida al nacer ambos sexos 78,6 años (4 más que nosotros); Expectativa de vida sana (HALE) 67,6 años (3 más que nosotros); Mortalidad materna 24 por 100.000 (casi un 30% % menos que nosotros): Gasto en Salud como proporción del PIB 6,8 % (un 40 % menos que nosotros); Gasto en salud por cápita US$ corrientes 979; Gasto en salud por cápita ajustados por poder adquisitivo (PPP) US$ 1.935.

Entonces es evidente que con los mismos recursos (Chile) o aun con mucho menos (Costa Rica) se pueden hacer las cosas bien, así que sería bueno que profundicemos todos un poco más (antes de dar discursos al reverendo p…)

En estas reuniones también se suele argumentar el problema de los “determinantes en salud”, pero en lugar de modelos sociológicos simplistas y a veces muy politizados, recomendamos generalmente visualizar mejor un modelo “matricial y multifactorial de Salud individual y Pública” enriquecido con todos sus datos.

Atención con «incentivos perversos»

Técnica y diplomáticamente ya nos referimos a una situación de: “curvas de utilidad divergentes”. Sin embargo, en el influyente New England Journal of Medicine, los muy conocidos Cutler & Huckman (2025 DOI: 10.1056/NEJMp2513434) afirmaron recientemente:

“El sistema de salud estadounidense ha operado durante mucho tiempo con incentivos perversos: si bien habría mayor valor moral y económico en mantener a las personas sanas que en tratarlas una vez que enferman, el sistema centra sus recursos principalmente en el tratamiento, no en la prevención. Los médicos y otros profesionales de la salud están capacitados para diagnosticar y tratar enfermedades; pero ni ellos ni los hospitales donde trabajan pueden mantenerse fácilmente si se esfuerzan por impedir que las personas utilicen los servicios que ofrecen”.

Es evidente que el Sistema Argentino adolece del mismo problema, sobresimplificadamente siempre afirmamos que cuando los servicios de Atención Primaria funcionan bien, los Hospitales tenderán a estar vacíos, y cuando estos no existen, las salas de Guardia se encuentran atiborradas.

Brindar la canasta completa incluida en el PMO incluyendo programas preventivos, prestaciones ambulatorias e internaciones y las prestaciones especiales (que incluyen medicamentos de alto costo), costaría al 31 de julio de 2025 $ 69.492″

Por otra parte, la “Medicina organizada para pobres” en muchas instituciones, demuestra la ineficiencia relativa tanto técnica como económica (con baja utilización de capacidades instaladas, inaccesibilidad o inadecuación en otras). Según una fuente muy calificada, un muy viejo y “nada tolerable” argumento circula apun por los pasillos de algunos nosocomios: “los gobiernos hacen que nos pagan y nosotros hacemos que trabajamos”.

Desde luego estas situaciones, tampoco favorecerán buenos indicadores sanitarios tal como hemos venido registrando desde hace tantos años. Por otra parte, no debemos ignorar que muy poderosos intereses industriales, no están interesados en la prevención; apropiándonos parcialmente de un concepto vertido por otros, les interesa más una redituable “cronificación fármaco-dependiente que la prevención o curación”.

Programa Médico Obligatorio

Con lujo de detalles, el equipo liderado por el Dr. Van der Kooy ha venido documentando y costeando desde hace 15 años, la canasta de bienes y servicios para la salud incluidos en el mal denominado PMO. Decimos “mal denominado” ya que desde su constitución solo ha sido obligatorio de brindar, a una pequeña parte de la población asociada a Empresas de Medicina prepaga u Obras Sociales Nacionales. Ni los servicios públicos de Hospitales ni otras estructuras que brindan ciertos servicios, se han comprometido con esto.

Según esta importante fuente de datos, brindar la canasta completa incluida en el PMO incluyendo programas preventivos, prestaciones ambulatorias e internaciones y las prestaciones especiales (que incluyen medicamentos de alto costo y baja incidencia), costaría al 31 de julio de 2025 $ 69.492 (es decir US$ 50,18 por cápita por mes.

Reforma sanitaria: una deuda impostergable con el presente

Trasladado esto a octubre pasado, se podría estimar en $ 75.318,67 (es decir US$ 51, 41 por cápita por mes). Pero obviamente, estos números corresponden a poblaciones normalmente distribuidas etariamente hasta los 64 años.

La incidencia de medicamentos en estos valores ha venido creciendo abismal e irracionalmente (casi un 43% incluyendo los copagos), merced esto a la judicialización y la notoria inexistencia de evaluaciones costo-efectividad científicas e independientes (necesitaríamos una Dra. Kelsey manejando nuestra ANMAT).

Los resultados sanitarios no reflejan mejoras significativas, ni de la expectativa de vida al nacer ni de la expectativa de vida sana en Argentina. Muchos nuevos medicamentos (o recombinaciones de antiguos), brindan solo efectos paliativos o se disfrazan bajo la muy intencionalmente imprecisa capa de coadyuvantes.

Según estimaciones recientes, nuestra población era de 46.234.830 personas al 1 de julio de 2022 y dentro de esta, los mayores de 65 años constituimos casi el 12 % de la misma. Suponiendo según estadísticas actuariales (SOA), que los mayores podemos consumir en promedio un 350% más (obviamente gradualmente hasta el último año de vida), podríamos entonces polinomialmente ajustar 3,5 veces el 12 % del gasto per cápita para brindar el PMO a toda la población argentina, lo que resultaría en US$ 66,84 mensuales o solo US$ 802,08 anuales per cápita.

Está claro que este número excluye totalmente gastos administrativos y de gestión (muchos de los cuales podrían eficientizarse mucho con HC ordenadas y gestionadas con IA). En teoría entonces, se podría brindar para toda nuestra población la Canasta de bienes y servicios del PMO (la cual también podría ser mejorada con mejores modelos de APS) con solo el 59% del gasto actual de la Argentina.

Seguramente transformar esto requeriría -no de motosierras- sino cirugías mayores con bisturí y laser, eliminando actividades de “subsidio a la oferta” de los que “hacen que trabajan” y seguramente, la aplicación de “leyes coránicas” a miles de curros sectoriales y extra- sectoriales que han venido impidiendo que todos los argentinos puedan gozar de servicios de salud efectivos, eficientes y accesibles.

Fuente: Perfil

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