La educación argentina enfrenta una década de deterioro constante. Según un nuevo informe de Argentinos por la Educación, en 21 de las 24 provincias del país el gasto real en educación se redujo durante 2024, y en 19 jurisdicciones el nivel actual está por debajo del registrado en 2014.
El estudio, titulado “Financiamiento provincial: análisis del presente en perspectiva de la última década”, fue elaborado por Osvaldo Giordano (presidente del IERAL de la Fundación Mediterránea), junto a María Sol Alzú y Martín Nistal. Los datos muestran que, aunque hubo algunos intentos de recuperación en los últimos años, la inversión educativa continúa muy lejos de los niveles esperados.
En promedio, las provincias destinan el 75% del gasto educativo total del país, y casi el 90% de esos fondos van a salarios. Pero entre 2014 y 2024, 16 provincias redujeron la proporción del presupuesto destinada a educación, una señal clara de pérdida de prioridad política.
Presupuesto en educación: un retroceso generalizado
En 2023, el gasto educativo provincial representó el 3,84% del PBI, una cifra estable pero muy inferior al 6% establecido por ley. La inflación, la caída del empleo y el deterioro del poder adquisitivo limitaron la capacidad de los gobiernos provinciales para sostener la inversión.
Durante 2024, solo Chaco, Neuquén y Santiago del Estero lograron aumentar el gasto real en educación, mientras que el resto de las provincias registraron caídas. En la región Pampeana —que incluye Buenos Aires, Córdoba, CABA, Santa Fe, La Pampa y Entre Ríos—, todas las jurisdicciones sufrieron recortes reales, pese a concentrar la mayor población escolar del país.
El economista Osvaldo Giordano explicó que estos resultados son consecuencia de “la reducción del PBI per cápita, la alta inflación, la nula generación de empleo de calidad y la caída de los salarios”. Según advirtió, el sistema educativo sufre un “intenso proceso de degradación” que impacta especialmente en los hogares más vulnerables.
El impacto del fin del FONID
Uno de los factores más determinantes del último año fue la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), que representaba entre el 7% y el 10% del salario bruto docente y era financiado por la Nación.
Con su eliminación, las provincias debieron recurrir a recursos propios para compensar el recorte. Solo Chaco, Neuquén y Santiago del Estero lograron absorber parcialmente el impacto, mientras que 11 provincias recortaron otros rubros —como infraestructura o programas escolares— para cubrir los sueldos.
El economista Darío Rossignolo (FCE-UBA) explicó que, entre 2014 y 2024, “16 provincias destinaron una porción menor de sus recursos a la educación, y los salarios docentes retrocedieron en términos reales”. Aunque en 2025 se registró una leve mejora en 13 distritos, 21 jurisdicciones siguen por debajo de los niveles de 2023. Solo Chaco, Santiago del Estero y Río Negro muestran salarios superiores a los de hace una década.
Diferencias regionales y desigualdades crecientes
En la región de Cuyo, todas las provincias, salvo San Luis, gastan menos en educación que en 2014. San Luis mantiene el porcentaje más alto de gasto educativo (alrededor del 30%), aunque los salarios docentes en toda la región siguen por debajo de los niveles de hace una década.
El NEA repite el mismo patrón: solo Chaco logró sostener el crecimiento del gasto desde 2020, mientras que Corrientes, Formosa y Misiones mostraron fuertes caídas presupuestarias. Misiones, además, se ubica entre las provincias con los salarios docentes más bajos del país.
En el NOA, únicamente Santiago del Estero conserva salarios por encima de 2014, mientras que Catamarca, Tucumán y Salta muestran retrocesos en el último año.
La Patagonia, por su parte, muestra una realidad más heterogénea. Neuquén es la única provincia con un gasto educativo superior al de 2014, mientras que Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego presentan salarios altos, pero sin crecimiento real reciente. Río Negro es, junto con Chaco y Santiago del Estero, una de las tres provincias donde los docentes ganan hoy más que hace diez años.
Una década de estancamiento estructural
El diagnóstico general del informe es contundente: el financiamiento educativo provincial atraviesa un estancamiento estructural. A pesar de leves mejoras en algunos distritos, el peso del gasto educativo dentro de los presupuestos locales se redujo, y los salarios docentes no lograron recuperar el terreno perdido frente a la inflación.
Para los especialistas, la educación dejó de ser una prioridad de inversión pública. El desafío para los próximos años será doble: recomponer el poder adquisitivo de los docentes y recuperar la capacidad de financiamiento sostenible. Sin una política federal de transparencia y seguimiento presupuestario, advierten, las brechas entre provincias seguirán ampliándose, profundizando la desigualdad educativa en la Argentina.
Fuente: GLP
