En paralelo, YPF, la mayor productora de combustibles del país, salió a cerrar la compra desesperada de un buque de petróleo de Pan American Energy que estaba destinado a la exportación. Y el Gobierno abrió ayer una nueva vía de negociación con el gremio. Desde hace 15 días, el sindicato de jerárquicos de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, conducido por José Lludgar, reclama el pago de diferencias salariales por reencuadramientos y la reincorporación de unos 170 despedidos por parte de YPF. En el marco de esa protesta, ese sindicato está de paro y tomó la planta de Terminales Marítimas Patagónicas (Termap). Se trata de un punto neurálgico para las petroleras, que producen crudo y lo almacenan a través de esa empresa. Además, amenaza con afectar el suministro de gas. Lludgar confirmó a El Cronista que esta semana comenzó una nueva gestión del Ministerio de Planificación, a cargo de Julio de Vido, para encauzar el conflicto. La voz cantante es Roberto Baratta, coordinador de esa cartera, que ayer se puso en contacto con el titular del gremio en varias ocasiones. “Siempre tengo expectativas de solución, pero hasta ahora no hubo avances”, explicó Lludgar. Varias empresas debieron suspender la producción de crudo o están por hacerlo debido a la falta de capacidad de almacenamiento. Entre ellas, la chilena Sipetrol; Oxy, recientemente vendida a la china Sinopec; la local Capsa y la propia YPF. PAE, la segunda productora del país, aún no tiene problemas. Desde esa cuenca, denominada del Golfo San Jorge, se extrae un 45% del petróleo del país.
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