I. La posible evolución del gasto nacional en jubilaciones durante 2025
El gasto público nacional en jubilaciones y pensiones contributivas constituye el
principal gasto del Sector Público Nacional. En efecto, su dinámica define en buena medida la evolución posible del total del gasto primario. Por lo tanto, resulta sumamente relevante estudiar su dinámica posible a lo largo del año 2025.
Luego de un comienzo de año en 2024 con bajas reales significativas en el gasto en jubilaciones y pensiones contributivas, el nivel de gasto se estabilizó después del cambio en la movilidad. Posteriormente, debido al esquema de actualización de haberes, la baja de la inflación permitió una cierta recuperación del gasto real, ya que, en noviembre de 2024 el gasto mensual en jubilaciones con bono incluido resultó prácticamente igual en términos reales al de noviembre de 2023.
Dado lo anterior, en el Gráfico 1 es posible observar las variaciones interanuales reales proyectadas del gasto en jubilaciones y pensiones contributivas (con bono incluido) durante lo que queda del 2025. Estas proyecciones se basan en el gasto realizado en los primeros dos meses del año y en el mantenimiento del bono de $70.000 durante todo el año. Como puede observase, en la primera parte del año se esperan variaciones interanuales reales elevadas, debido a la baja base de comparación del año 2024. Luego, el crecimiento se ralentizaría hacia la última parte del año, terminando en diciembre con una suba del 3,5% respecto al mismo mes del año 2024.
Como resultado de las proyecciones para cada mes, en el año 2025 el gasto ascendería a $49.000.000 millones en moneda de febrero de 2025, lo que implicaría un incremento real del 11% respecto al año 2024. En el gráfico 2 puede apreciarse esta variación, que ceteris paribus, le pone un piso de crecimiento real no menor al gasto primario.
II. Dado el gasto en jubilaciones proyectado para 2025 ¿Qué puede pasar
con el gasto primario? Después de analizar la dinámica proyectada del gasto en jubilaciones para 2025, que representa aproximadamente el 40% del gasto primario total, resulta fundamental evaluar el posible desempeño del resto de los gastos y del gasto primario en su conjunto.
Si bien es imposible prever con exactitud la evolución del gasto primario en 2025, dado que depende de decisiones gubernamentales que cambian con el tiempo, este análisis presenta dos escenarios posibles. Estas proyecciones se basan en el proyecto de Presupuesto 2025, presentado por el gobierno nacional en septiembre de 2024, y en la evolución del gasto en jubilaciones analizada previamente. En ambos casos, se asume un crecimiento real de la
economía del 5% y se examinan distintos ajustes en los principales componentes del gasto, de manera que el gasto primario anual crezca al mismo ritmo que la economía, es decir al 5% real.
En el primer caso analizado, se consideran los siguientes supuestos: Reducción real interanual del 34% del gasto en los subsidios a la energía (igual caída que en 2024), incremento del 20% en las transferencias corrientes y de capital a las provincias, crecimiento del 17% en la inversión real directa (según el Proyecto de Presupuesto 2025) y expansión del 9% en la masa salarial (según el Proyecto de Presupuesto 2025).
Utilizando estos supuestos, para que el gasto primario crezca al mismo ritmo que la economía, otros gastos deberían mantenerse constante en términos reales. En efecto los gastos de transferencias a las universidades, programas sociales, prestaciones del INSSJP, subsidios al transporte, entre otros, tendrían un cambio real nulo.
Un aspecto importante que surge, es la capacidad de financiamiento del aumento del gasto en jubilaciones y pensiones contributivas, por parte de la reducción del gasto en subsidios a la energía. En efecto, una baja real del 34% de subsidios a la energía, permite financiar el 59% del incremento del gasto en jubilaciones. Por ende, si los subsidios se redujeran en un 58% real
respecto al año previo, situación poco probable, se financiaría el 100% del incremento del gasto en jubilaciones.
Por otro lado, en el segundo caso, se modifican los supuestos del caso 1, ya que se supone que los gastos sin incremento del caso 1 pasan a crecer un 5% real. Esto hace que los otros gastos disminuyan el crecimiento del caso 1. Siempre se tiene la restricción que el gasto primario total crezca al 5%, manteniendo constante la suba del gasto en jubilaciones y la baja en subsidios a la energía
Lógicamente, un incremento de los gastos que en el caso anterior se mantenían constantes en términos reales, genera una menor suba de los otros gastos, dada la pauta de un gasto primario total con un incremento del 5%. En el siguiente gráfico 5 es posible observar las
diferencias entre el primer caso y el segundo.
Entre el caso 1 y el caso 2, se destaca el descenso del incremento del gasto en transferencias a provincias del 20% al 14%, el descenso de incremento en inversión real directa de 17% a 11% y el descenso de incremento del gasto en masa salarial del 9% al 3%. Lógicamente, el menor incremento de estos gastos en el caso 2, permite que los gastos sin incremento del caso 1 tengan uno del 5%, manteniendo constante su participación en el producto bruto interno,
dada la pauta de incremento del gasto primario total del 5%.
III. ¿Cómo puede terminar el nivel real de cada gasto en 2025?
Por último, dada la posible variación real de cada gasto en 2025, resulta interesante comparar el nivel con el cual terminarían el corriente año respecto a 2023. Por ello, en el gráfico 6 y 7 se presentan las comparaciones del gasto real anual.
Tanto en el primer caso como en el segundo, se destaca que el gasto en jubilaciones y pensiones contributivas con bono incluido terminaría el año 2025 con el incremento anteriormente mencionado respecto de 2024 y se mantendría un 7% por debajo del gasto de 2023. Por el lado del gasto en subsidios a la energía, de darse la baja interanual del 34% en 2025, terminaría el año con un nivel un 57% menor al del año 2023.
Si en 2025 el gasto primario sube un 5% real respecto al de 2024, terminaría con un nivel real un 24% menor al del año 2023.
En el caso 1 se destaca que la masa salarial terminaría el año 2025 un 13% por debajo de 2023, mientras que en el caso 2 terminaría 2025 en un nivel 18% por debajo del de 2023. En el caso de las transferencias corrientes a provincias sucede algo similar entre los casos analizados, en el primer caso el gasto real alcanzaría en 2025 un nivel un 61% menor al de 2023, en cambio,
en el segundo caso, el nivel sería un 63% menor.
IV. Consideraciones finales
Para finalizar, se aclara que este informe no es una propuesta de modificación de gastos de determinada manera ni una proyección, sino una presentación de alternativas posibles, dada una pauta de crecimiento real del 5% para todo el gasto primario. Es altamente probable que, dada la suba real que va a tener el gasto en jubilaciones y pensiones, el gobierno nacional ajuste la dinámica del resto de gastos, de modo tal de no aumentar la participación del gasto
en la economía y sostener el superávit fiscal, pilar fundamental de la política económica del gobierno.
Resulta muy importante lo que suceda con el gasto en subsidios a la energía, fuente clave del financiamiento de la suba del gasto en jubilaciones y, por ende, del mantenimiento del superávit de las cuentas públicas. En el primer bimestre del año, los subsidios a la energía arrancaron con una caída real interanual del 43%.
Fuente Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF)
