Jorge “Pulpo” Águila es periodista, nacido en Río Grande en el año 63. Se desempeña en los medios de comunicación desde hace más de 30 años. “El Pulpo”, como todos los conocen, es casi un antiguo poblador, en este Centenario de la ciudad, contó a La Licuadora que siente respecto de esta fecha tan peculiar para los riograndenses.
“Nací en el año 63 en la ciudad de Río Grande, jugando en las veredas, en las calles, con botas de goma, andando mucho, mucho en trineo. Me acuerdo que en una época éramos 5 mil o 5 trescientas personas, que cuando éramos Territorio se había hecho un censo, y éramos solamente 5 mil habitantes”.
“Cuando llegó el año 80 éramos 16 mil más o menos, pero éramos todos nacidos e hijos de esta tierra, era muy poca la gente que llegaba, por lo general llegaban de Chile, de Porvenir, de Punta Arenas”, cuenta “El Pulpo”.
“Pasaron los años, llegaron las fábricas, después del 75, ya con la Ley 19.640, en la década del 80 comenzó a llegar una gran cantidad de gente” y agrega: “yo lo veía con alegría, porque mi pueblito iba creciendo y se transformaba en ciudad”.
En el mismo sentido, el periodista aclaró: “tenía amigos que se enojaban mucho por la llegada de gente de afuero, no fue mi caso, a mí me encantaba que llegara gente de otro lado”.
“Mi papá llegó en 1958, cuando no había casi nadie, y yo nací en el 63. La ciudad empezó a expandirse, las fábricas comenzaron a llegar, las empresas petroleras también había muchas y ya para la época del 80 tenía 16 o 17 años”, recuerda, “yo trabajaba en el aeropuerto, en Aerolíneas Argentinas y tenía la posibilidad de ver las mudanzas completas, colchones, camas desarmadas, bolsos, valijas, mochilas familias enteras que se venían a vivir”.
De pueblito a ciudad
En otro párrafo, Jorge explicó una vez más el malestar que le generaba a un sector de la comunidad riograndense la llegada de personas, no sólo de otras provincias, sino también del exterior. Todos en busca del mismo objetivo, un futuro mejor para sí, y para los propios.
“Hubo vecinos a los que no les gustó, pero de buenas a primeras pasamos a ser una gran ciudad. De hecho, vivimos al ritmo de una gran ciudad. Mi mamá iba a unas cuadras a buscar agua, y eso cambió con la llegada de gente”, refiere “el Pulpo”.
“La ciudad se hermoseo, y ahora ¿viste lo que es Río Grande?, se preguntó, de hecho, “seguimos teniendo alma de pueblo”.
“Pasaron un montón de cosas, yo lo viví de un modo muy particular, ya en el 87, 88, comenzamos a trabajar en la radio y empezamos a ver, a escuchar cómo se instalaban las fábricas, cuanto ganaban en las fábricas y la gente seguía viniendo, y llegaba más gente y más gente. Empezaron a hacer plazas, ahora tenemos una plaza en cada barrio” y de modo anecdótico indicó: “por momentos los que nacimos acá creíamos que estábamos viviendo en Hollywood, no habíamos visto nunca a tanta gente”.
Con alegría y con un dejo de nostalgia, “el Pulpo” dice para concluir: “son lindos recuerdos, lo viví muy bien, me gustó mucho haber nacido acá, vivir acá, crecer acá, tengo mi familia, mis amigos, mis seres queridos. Fue muy lindo, es muy lindo y cada día va a seguir siendo más lindo Río Grande, seguro que sí”.