Durante la exposición, que duró casi dos horas, el jefe del Palacio de Hacienda no respondió preguntas de los diputados, lo que desató el enojo de la oposición.
De todas maneras, aún antes de que el funcionario se presentara en la Cámara baja, desde varios sectores, llovieron críticas a las estimaciones oficiales. Los economistas privados desconfían de la suba de precios prevista debido a la intervención oficial del Indec y a que sus propios pronósticos la sitúan en torno al 20%.
El proyecto prevé un crecimiento de la economía y del consumo del 4%, un aumento del 5,6% de la inversión, un alza del 6,6% en las exportaciones y una suba del 7,9% en las importaciones. Estos supuestos implican una fuerte desaceleración: todas las variables, salvo las dos primeras, crecen este año a tasas de dos dígitos.
Por ello la oposición sostiene que el crecimiento vuelve a estar subestimado, lo que le otorga al Gobierno la opción de utilizar discrecionalmente todos los ingresos excedentes –por el mayor crecimiento real- que se originen por encima de las estimaciones oficiales.
Las finanzas públicas. Sobre la base de las proyecciones macroeconómicas, el Estado prevé obtener $ 185.539,7 millones el año próximo, lo que supone una presión tributaria equivalente al 20,7% del producto bruto interno (PBI).
“Por ingresos tributarios y contribuciones de la seguridad social se prevérecaudar el 93,5% de los ingresos corrientes y el 93,3% de los ingresos totales proyectados, representando un aumento de 0,23 puntos adicionales en términos del PBI”, señala el proyecto de ley.
La letra del proyecto prevé gastos totales consolidados del Sector Público Nacional por $ 177.209,0 millones, equivalente al 19,76% del PBI, en tanto que al descontar el gasto por intereses de la deuda pública, el gasto primario representa el 17,54% del PIB. En otras palabras, el pago de intereses implicará 2,22 puntos del producto.
El proyecto prevé un superávit del 3,15% ($ 28.242 millones), tal como lo anticipó en su momento la senadora y candidata oficialista Cristina Fernández de Kirchner y un excedente financiero –ahorro total, tras el pago de intereses de la deuda- del 0,93% ($ 8330,7 millones)
La opocisión. «A diferencia de los años anteriores donde la declaración de recursos resultaba inferior a la real en razón de la subestimación en el crecimiento del Producto bruto Interno (PBI), en este caso se agrega la subestimación en la tasa de inflación», estimó el diputado nacional Claudio Lozano.
«En este sentido, es tan falso el supuesto que incluye el presupuesto de que la economía crecerá solo el cuatro por ciento, como la proyección de un índice de precios implícitos del 10,6% para el 2008», agregó el economista de la CTA.
Según los cálculos de Lozano, considerando simplemente que el PBI crezca un 6% anual, la subestimación en materia de recaudación tributaria ascendería a $ 15.931 millones para el conjunto del Sector Público y de $ 10.553,63 millones para la Administración Nacional.
El economista Javier González Fraga fustigó los números oficiales para el presupuesto del año que viene. «La inflación es totalmente imposible de lograr», afirmó a LANACION.com el hombre que en un hipotético gobierno de Roberto Lavagna ocuparía el Ministerio de Economía.
«Ya tienen ocho puntos [de inflación] escondidos si deciden blanquearla. Sólo podrían lograr el índice oficial estimado porque [el secretario de Comercio Interior, Guillermo] Moreno es capaz de dibujar cualquier cosa», dijo y agregó: «Hablemos de inflación real. Si la ponen, sin contabilidad creativa, en un 12% será un éxito».
El analista coincidió con el crecimiento previsto para el año entrante. «Ese número no me sorprende. Antes lo hacían de pícaros [la subestimación del presupuesto], ahora son realistas», afirmó el economista que maneja una expansión de la economía de entre un 3% y 5% debido a los problemas energéticos y a la caída de las inversiones.