Se dispara la morosidad: alerta en bancos y financieras

Endeudados 15/11/2025.- Un estudio de SIISA advierte que los atrasos en los pagos se incrementan tanto en bancos como en entidades no bancarias, con un crecimiento inédito de la mora entre los sectores de mayores ingresos. Tierra del Fuego entre las mas endeudadas con tarjetas de crédito, mas de 50 mil personas se encuentran en esta situación, nota adjunta.

La morosidad en el sistema financiero argentino continúa en aumento y, en los últimos meses, mostró un cambio de tendencia relevante: el crecimiento de los atrasos en los pagos comenzó a extenderse hacia los sectores de mayores ingresos. Así lo señaló un estudio elaborado por SIISA, empresa especializada en tecnología y análisis crediticio, en base a datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y otras fuentes oficiales.

Según el informe, el ratio de irregularidad del crédito —que incluye préstamos personales, tarjetas de crédito, préstamos de consumo, hipotecarios y prendarios— se ubicó en 3,7% en el último mes analizado, lo que representa un incremento de 0,5 puntos porcentuales respecto del mes anterior.

Al mismo tiempo, las moras menores a 90 días, que tradicionalmente se encontraban en torno al 2%, treparon al 5%. Es decir, crecieron los atrasos iniciales, una señal temprana de estrés financiero en los distintos segmentos de clientes.

El aumento de los incumplimientos se verificó tanto en los créditos otorgados por los bancos como en el sistema financiero no bancario. En el primer caso, las moras tempranas se ubicaron en 4% en cantidad de créditos y 5% en montos, mientras que en el sector no bancario las tasas fueron 6% y 7%, respectivamente.

La particularidad de esta etapa, destacó el informe, es que la mora comenzó a crecer entre los sectores de mayores ingresos, aquellos que suelen tener un comportamiento de pago más estable y que históricamente habían sido un sostén para la estabilidad del sistema de créditos.

“Que la mora empiece a crecer entre los sectores de mayores ingresos es el dato más revelador. Habla de un estrés financiero que ya no se limita a los segmentos más vulnerables, sino que empieza a alcanzar a quienes históricamente daban estabilidad al sistema”, explicó Alberto Teszkiewicz, coordinador de desarrollo e investigación de SIISA.

Diferencias por edad: los jóvenes acceden menos y se atrasan más

El análisis también segmentó el comportamiento crediticio por grupos etarios. De acuerdo con los datos del informe, los jóvenes son los que reciben menos crédito: representan el 7% de la cantidad de préstamos y el 3% de los montos otorgados, frente a los adultos menores de 60 años, que concentran el 71% en cantidad y el 79% en montos.

Esta menor participación de los más jóvenes se asocia, según el estudio, a una baja tasa de empleo formal, menores ingresos y mayor incumplimiento en el pago de sus compromisos financieros.

Al observar el nivel de mora, los jóvenes presentan atrasos en el 8% de sus créditos —por 10% del monto total en mora temprana— y en el 9% de los créditos —por 10% del monto— en el caso de atrasos mayores a 90 días. El informe remarca que “la diferencia entre cantidades y montos se relaciona con que se atrasan en créditos de mayores montos”, lo que añade un elemento de preocupación para el sistema.

Por su parte, los adultos menores de 60 años y los adultos mayores muestran una mayor solidez en el cumplimiento de los pagos. En estos grupos, la mora temprana y la mora de más de 90 días se mantienen en niveles de 5% y 3%, tanto en cantidad como en monto, lo que revela un comportamiento más estable frente a sus obligaciones financieras.

En el caso de los adultos mayores, el informe indica que reciben el 23% de los créditos y concentran el 18% de los montos, una relación que se vincula con ingresos más bajos en comparación con la población económicamente activa, pero con un nivel de cumplimiento relativamente mejor que el de los segmentos más jóvenes.

Brechas de género en el acceso al financiamiento

El estudio de SIISA también profundiza en las brechas de género dentro del sistema financiero. En línea con los datos de la Cepal y ONU Mujeres, las mujeres en Argentina perciben en promedio 13% menos de ingresos laborales que los hombres, una diferencia que se amplía al 14% en el sector privado.

Esta desigualdad de ingresos tiene un impacto directo en el acceso al crédito. Aunque las mujeres reciben el 52% de la cantidad total de préstamos, solo acceden al 41% de los montos otorgados. Es decir, toman más créditos en número, pero por montos menores que los de los varones.

En esa línea, el informe detalla que el monto promedio de los créditos concedidos a mujeres equivale al 64% del promedio otorgado a los hombres. Se trata de una brecha que revela cómo las desigualdades del mercado de trabajo se trasladan directamente al sistema financiero y condicionan las posibilidades de financiamiento de una parte importante de la población.

“El menor crédito promedio tiene motivos multicausales: menores ingresos y mayor dificultad para demostrarlos, dado el mayor grado de informalidad, mayor desocupación y subocupación, entre otros factores”, detalló Teszkiewicz al analizar las razones detrás de esta brecha estructural.

Banca tradicional y sistema no bancario: dos puertas de entrada al crédito

El informe señala que la banca tradicional continúa siendo el principal canal de otorgamiento de créditos en el país. Los bancos siguen concentrando la mayor porción de los montos y del volumen total del financiamiento destinado a familias y personas.

Sin embargo, las entidades financieras no bancarias se consolidan como una alternativa de acceso, especialmente para los segmentos de menores ingresos, jóvenes y mujeres. Actualmente, este tipo de entidades son responsables del 46% de la cantidad de créditos otorgados y del 17% de los montos totales.

Este fenómeno responde, según el estudio, a la combinación de varios factores: mayores requisitos de la banca tradicional, dificultades para demostrar ingresos formales y la expansión de productos de crédito ofrecidos por financieras, emisoras de tarjetas no bancarias y otros actores del sistema. Para muchos sectores, esa vía se transforma en la puerta de entrada principal, aunque en muchos casos con condiciones más exigentes en términos de tasas y costos.

Un cambio de tendencia y una doble presión sobre el sistema

El estudio concluye que el aumento de la mora en los sectores de mayores ingresos constituye un cambio relevante en el comportamiento del crédito en Argentina. Se trata de un fenómeno que, de acuerdo con SIISA, “rompe con todas las tendencias históricas” y obliga a mirar con atención la evolución del sistema en los próximos meses.

“Además del crecimiento de la mora entre los sectores de mayores ingresos —una señal que rompe con todas las tendencias históricas—, persiste una fuerte concentración de falta de acceso entre jóvenes y mujeres. Los jóvenes siguen accediendo menos al crédito y se atrasan más, y las mujeres continúan recibiendo montos menores”, concluyó Teszkiewicz.

De esta manera, el informe de SIISA muestra que la situación del crédito en Argentina enfrenta una doble presión: por un lado, el aumento generalizado de la mora, tanto en bancos como en entidades no bancarias, y por otro, la extensión de los atrasos hacia los sectores tradicionalmente más solventes, en un contexto de persistente desigualdad en el acceso al financiamiento y brechas que se mantienen según edad, género y nivel de ingresos.

Fuente: GLP y La Licuadora.

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