El concurso, promovido por el autodenominado “Gobierno de las Islas Malvinas”, invitaba a jóvenes universitarios a visitar las islas con todos los gastos cubiertos. La consigna consistía en explicar en inglés por qué desean “conocer a sus vecinos de las Malvinas”, instalando, en cierto punto, la idea de que los isleños son parte del entorno regional. Los ganadores también debían ser activos en redes sociales; en cierto punto, accionar como “voceros” del gobierno ilegítimo británico.
Silencio oficial, una vez más
Lo más alarmante es la falta de respuesta del Gobierno argentino. A diferencia de años anteriores, cuando la Cancillería expresó un “categórico rechazo” al certamen, esta vez no hubo pronunciamientos contundentes. El silencio oficial valida por omisión la estrategia británica y permite que esta acción se desarrolle sin oposición institucional, hecho sumamente grave para el reclamo legítimo de soberanía argentina sobre las Islas.
En contraste, el Gobierno de Tierra del Fuego y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego han solicitado al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que rechace el concurso y desincentive la participación estudiantil. También parlamentarios del Mercosur han impulsado una declaración de repudio, calificando el certamen como un intento de manipulación cultural y política.
Pese a todo, la ausencia de una postura unificada del Estado argentino debilita el reclamo soberano y deja la causa Malvinas expuesta a una campaña de desmalvinización sostenida. Uno de los pocos funcionarios actuales en pronunciarse en contra de tal iniciativa fue Carlos Bianco, Ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, afirmando que la propuesta es “una nueva provocación que busca legitimar una ocupación ilegítima”.
Entre billetes, concursos y petróleo: la estrategia británica
En esta “nueva edición”, los diez finalistas del concurso provienen de universidades de todo el país, como la Universidad de San Andrés, Buenos Aires; la Universidad de Congreso, Mendoza; la Universidad Nacional de Rosario, Santa Fe; la Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, entre otras. Por el momento, los directivos universitarios no han expresado algún tipo de repudio por la decisión de postulación de sus estudiantes.
No obstante, a esta reciente “ofensiva simbólica” se suman otros hechos, como la reciente emisión de billetes en las Islas Malvinas con la imagen del Rey Carlos III. Aunque también incluyen elementos de la fauna local, como el albatros y el pingüino rey, la inclusión del monarca británico constituye un gesto político explícito que refuerza la identidad británica ilegal de las Islas. Esta decisión también pasó desapercibida para el Gobierno argentino; incluso aquellos medios de comunicación que lo reportaron, como Escenario Mundial, han sido criticados.
Lamentablemente, los ejemplos del accionar ilegítimo británico sobran. A finales del año pasado, desde el gobierno ilegal de las islas impulsaron un proyecto de “reurbanización”, llevado adelante por la Defence Infrastructure Organisation (DIO). El mismo incluía mejoras civiles como una escuela primaria, pero también infraestructura militar como sistemas de defensa aérea y embarcaderos estratégicos.
Otra conducta similar se observa en el sector hidrocarburífero, donde la empresa británica Rockhopper Exploration, junto con la israelí Navitas Petroleum, ha asegurado 140 millones de dólares para avanzar en la explotación ilegal de petróleo en el yacimiento Sea Lion, ubicado al norte del archipiélago. Este megaproyecto, calificado como ilegal por el Gobierno argentino, implica perforaciones en aguas en disputa y refuerza el control de facto del Reino Unido sobre los recursos naturales de las islas.
Desde concursos universitarios, billetes con la imagen del rey, hasta proyectos de infraestructura y explotación de recursos, el Reino Unido no ha parado de promover una proyección de poder explícita y unilateral sobre las Malvinas para consolidar su presencia. Y la falta de respuesta oficial de la Argentina, lamentablemente, colabora con este presente. Frente a este avance político y diplomático, Argentina debe reforzar y promover una estrategia soberana más firme y coherente, con acciones que respalden los rechazos que sólo quedan en papel.
Fuente:Escenario Mundial